La compañía también ha decidido cerrar de manera momentánea la fábrica de México, que el grupo ya tenía antes de la compra de las factorías de Sara Lee, según indica hoy el diario económico Cinco Días, que también subraya que la maquinaria sigue en la fábrica mexicana, a la espera de retomar la actividad cuando el mercado americano se reactive. Pero Dogi no habla de cierre, sino de «reestructuración de sus actividades en México», que espera que empiecen a dar resultado en el segundo semestre del año.El vicepresidente ejecutivo del grupo, Ferran Conti, ha calificado esta operación de «muy exitosa», porque ha conseguido eliminar las pérdidas provocadas por la falta de actividad y mantener a los clientes americanos, que ahora sirven desde las plantas europeas y asiáticas. La compañía tuvo que tomar esta decisión ante la debilidad el dólar y la búsqueda de productos más baratos por parte de sus clientes.En Europa, la demanda se comportó de forma parecida al año anterior, excepto en Alemania, lo que afectó a la rentabilidad de la fábrica que el grupo tiene allí. Sin embargo, el mercado asiático ha reaccionado, según Conti, «con mucha fuerza», sobre todo en las últimas semanas, que es cuando ha mejorado el control de la neumonía atípica en Hong Kong, donde Dogi tiene ubicada su planta. La compañía ha destacado también que continúan los planes de expansión en Asia a pesar de la aparición de la SARS, ya que la entrada de pedidos sigue aumentando.
Dogi cerró el primer trimestre de este año con pérdidas de 1,1 millones de euros, según comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Facturó hasta el 31 de marzo 40,7 millones de euros y registró pérdidas en sus ventas de un 15,9%, respecto al mismo periodo del año anterior. La compañía sigue sumando pérdidas, sobre todo después de cerrar el 2002 y el 2001 con números rojos.Controlada por la familia Doménech, Dogi cuenta con 7 plantas de producción en España, Francia, Alemania, México, China, Tailandia y Filipinas y emplea a 1.977 personas. |
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