Así lo afirmó con motivo de su despedida en la dirección artística del Tenerife Espacio de las Artes (TEA), que ha desempeñado desde la inauguración del centro en octubre de 2008. Javier González de Durana aseguró que cuando recibió la oferta de dirigir el Museo Balenciaga sintió “reeditar las emociones y el impulso heroico de poner en marcha algo”, pues reconoció “que no sé mucho de Balenciaga pero sí de museos, pues es el cuarto que pongo en marcha”.

Detalló que “hasta ahora sólo se ha inaugurado” el edificio del museo, con unos 9.000 metros cuadrados y seis trabajadores, y él se propone “ordenar todo”, redactar un plan museológico y definir la labor de la plantilla. “Me voy a sumergir en un campo que siempre me ha apetecido mucho, el de la moda, que permite hacer prospecciones sobre el cuerpo social por su relación con la antropología, la cultura, la psicología, la economía y la industria”, añadió.

Aseveró también que una prenda de alta costura tiene una función utilitaria puesto que es arte aplicado, para ser llevado, y que conecta con sus experiencias anteriores en la dirección museística por el componente creativo de la imaginación de la moda. Además, recuerda que el diseñador vasco relacionaba su ropa con la arquitectura, la pintura y la música, y que en su moda se ven paralelismos con la obra de los arquitectos Le Corbusier, Mies Van der Rohe, la escultura de Jorge de Oteiza y la música de Olivier Messiaen.