Crece la inversión textil en Vietnam, Cambodia y Myanmar
El alza de los costes en China está provocando desde hace varios años la inversión textil en países vecinos, como Vietnam, Cambodia y Myanmar, que se benefician de esta situación.
06.04.2017.- Un reciente informe de Tokyo Shoko Research indica que el año pasado quebraron 110 empresas japonesas, víctimas del China Risk, una combinación letal de alzas en los costes productivos y de aumento de la tensión política y social en China, que afecta especialmente a la inversión textil.
Muchas empresas japonesas ya no invierten en China sino que lo hacen en países cercanos como Vietnam, Myanmar, Cambodia o Bangladesh, porque los costes son más bajos. Hace ya tiempo que incluso los inversores chinos están invirtiendo en esos países.
Lo que se denomina el China Risk causó en 2016 la pérdida de 1.638 empleos. El 68% correspondió a empresas mayoristas; otro 33% a grupos manufactureros. El sector más dañado por esta situación fue el confeccionista, donde hubo 54 bancarrotas casi la mitad del total.
La inversión japonesa se acentúa en esos países
Mitsuhiro Harada, autor del studio, señala que en este momento el alza de los costes en China supone una amenaza para las empresas japonesas que producen allí. Antes se habían sentido atraídas por China por los bajos costes manufactureros y multiplicaron su producción allí. Esta ventaja, sin embargo, ha desaparecido estos últimos años, al tiempo que en Japón crecía el consumo de productos fast fashion. Todo ello ha llevado a la bancarrota a bastantes empresas que antes ya estaban luchando por sobrevivir.
Las empresas carecían de suficientes recursos para auumentar la eficiencia de la producción y competir con los distribuidores de fast fashion, como Uniqlo. Además, la edad de los propietarios de esas empresas de tipo medio era superior a la de cualquier otro sector. Muchas veces no quisieron o no supieron renovar sus empresas y tuvieron problemas para encontrar un sucesor adecuado.
Sadayoshi Tamura, portavoz de la Federación Textil de Japón, concedió que el alza de los costes en China ha dañado a muchas de sus empresas asociadas, pero añadió que algunas de ellas declararon la bancarrota en China para liberarse del pasado, conseguir capital fresco y empezar a operar en Myanmar, Cambodia, Laos o Bangladesh, países con sueldos bastante más bajos que los de China.
Algunos analistas consideran que esta nueva situación no es especialmente extraordinaria: esto sucede por culpa de la evolución del mercado -asegura Lam Peng Er, socio senior del East Asian Institute de la Universidad Nacional de Singapur-. Es algo totalmente normal. La supervivencia de las empresas depende de muchos factores: quiénes sean sus competidores, qué tecnología usan, con qué rapidez se adaptan a los cambios de la economía china, etc. Uniqlo tiene mucho éxito y también se aprovisiona en China. Algunas empresas japonesas han trasladado ya sus fábricas a Vietnam o Myanmar. De todas formas, China seguirá siendo muy importante para las empresas japonesas porque un país pequeño, como Myanmar, no puede sustituir en modo alguno a China. En el futuro, las inversiones seguirán haciéndose también en China, pero además en algunos de los países que están cerca de ella.
John Wong, otro asesor del East Asian Institute de Singapur, advierte que lo peor está todavía por llegar: si en el futuro el presidente Trump decidiese imponer un arancel elevado a los artículos procedentes de China, Chica debería recortar su producción. Esto también afectaría a los fabricantes de Japón, Coresa, Taiwan e incluso de los mismos Estados Unidos.
Crece la inversión textil en Vietnam
Las inversiones extranjeras en el sector vietnamita de textil/confección están creciendo, a pesar del hundimiento parcial del TPP y del Brexit, que está ralentizando la economía británica. También se ha deshinchado un poco la inversión china.
Entre los principales proyectos de inversión destaca la construcción de un parque industrial dedicado a textil/confección que estará situado en la ciudad de Hué, la antigua capital imperial del país. Incluirá almacenes de materia prima, servicios de diseño y producción de productos finales, destinados sobre todo a la exportación. Además, alentará la inversión internacional en el país.
Vietnam aumentará este año sus exportaciones y sus ventas domésticas
Al mismo tiempo, y como había sucedido en China hace ya años, bastantes empresas vietnamitas –grandes y pequeñas- están trabajando para mejorar su participación en el mercado doméstico, a través del branding y de la mejora de sus sistemas de distribución.
La industria vietnamita espera aprovechar los acuerdos de libre comercio que se están discutiendo en estos momentos –entre ellos el de ASEAN con China y la consolidación del ASEAN Economic Community– para aumentar sus ventas exteriores. El Fondo Monetario Internacional considera que la economía del país crecerá este año en torno al 3,5%. El Banco Mundial deja esa cifra en un 3,1%.
Mayor presencia china en Vietnam
Durante los dos primeros meses de 2017, Estados Unidos ha sido el país con mayor inversión directa en Vietnam, con 608 millones de dólares, un 30% del total. Le sigue Singapur, que ha invertido 167 millones de dólares en el país.
La inversión extranjera directa (FDI) en enero y febrero de este año creció un 21,5% más que en el mismo periodo de 2016. La provincia más beneficiada ha sido la de Binh Duong, que recibió 791 million. Le siguió Ho-Chi-Minh City, con 519 millones.
Como consecuencia del probable retroceso del TPP, China está aumentando su presencia económica en Vietnam, en parte gracias al RCEP, el acuerdo de libre comercio entre los países de la ASEAN, entre los que está China.
Vietnam aumentará este año sus exportaciones y sus ventas domésticas
China sigue siendo el principal socio comercial de Vietnam. En 2016 las exportaciones vietnamitas a China crecieron un 3,4%, mientras que las chinas a Vietnam lo hicieron solo en un 0,4.
Corea del Sur y Estados Unidos son otros socios fundamentales para Vietnam En 2016 sus ventas a Corea crecieron un 29,4%. En cuanto a Estados Unidos, sus ventas aumentaron solo un 0,3% mientras que las compras lo hicieron un 14,6.
Los artículos más exportados con los teléfonos móviles y sus accesorios, que suponen el 16,”% de todas las exportaciones. La segunda partida está constituida por los textiles y la confección, que suponen otro 15%; la tercera, por ordenadores, otros productos electrónicos y sus accesorios. La primera partida en las ventas de Vietnam a Estados Unidos está constituida por los textiles y prendas confeccionadas
Cambodia: aumento sólido de la producción industrial
Cambodia está viviendo un fuerte proceso de industrialización. Durante los cinco últimos años ha doblado el número de fábricas. Según datos del Ministerio de Industria, a fines de 2016 el país contaba con 1.578 fábricas, frente a las 907 de 2012. El sector más importante es el confeccionista, que genera algo más del 10% del PIB y que proporciona 600.000 puestos de trabajo.
Entre 2001 y 2006 aumentó bastante la inversión textil y el número de fábricas confeccionistas creció un 60% y se situó en un total de 1.000. Gracias a la política gubernamental de diversificación industrial, el sector alimentario y el metalúrgico crecieron más que el textil¨un 82 y un 141%, respectivamente.
El valor de las exportaciones de todos los sectores creció un 77% durante los cinco últimos años. Oum Sotha, portavoz del Ministerio de Industria, ha declarado que el gobierno pretende aumentar la producción industrial del país entre un 30 y un 40% durante los cinco próximos años. Durante los últimos 20 años, ha sido el sexto país del mundo por su ritmo de crecimiento, con una media anual del 7,6%. Por otro lado, el porcentaje de habitantes que viven en la pobreza ha pasado del 50% a solo el 13%. Las locomoras del cambio han sido la agricultura, el sector confeccionista, el turismo y la construcción.
Myanmar debe mejorar las relaciones laborales
Myanmar, otro centro de producción confeccionista en el sudeste asiático, también recibe mucha inversión textil extranjera. En las afueras de Yangon, el centro de actividad comercial del país, se está construyendo una zona industrial que ha recibido ya inversiones por encima del billón de dólares, gracias sobre todo a los incentivos fiscales gubernamentales.
Los trabajos han comenzado también en la Dawei Special Economic Zone, un proyecto que ha encontrado muchas dificultades financieras hasta que el gobierno ha decidido intervenir. Se trata de un proyecto entre el gobierno del país y un consorcio en el que figuran la mayor parte de las empresas del país. Cuando esté terminado, contará con un puerto, un parque industrial y una conexión ferroviaria con Bangok y la región del Mekong.
Lo expertos, sin embargo, urgen a los empresarios y compradores de su sector textil y confeccionista a mejorar la atención a los derechos de los trabajadores, que en el sector confeccionista son sobre todo chicas jóvenes. Un reciente informe del Netherlands Center for Research on Multinational Corporations titulado The Myanmar Dilemma describe la situación, con base en las entrevistas realizadas a 400 trabajadorees de 12 empresas. El salario mínimo legal es de 2,65 dólares diarios, pero los nuevos trabajadores y los aprendices cobran por debajo de esa cifra. Para conseguir un sueldo decente deben trabajar hasta 11 horas diarias. La legislación, sin embargo, permite pagar los llamados sueldos de la pobreza, tolera el empleo laboral a partir de los 14 años, limita las posibilidades de que los trabajadores formen sindicatos, etc.
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