Lencería vintage, por Rosario Puñales
Rosario Puñales, un nombre tan guerrero como el de sus creaciones, nació en el seno de una familia alicantina, donde ya su abuelo y su padre fueron mayoristas de tejidos. Este último, como buen emprendedor mediterráneo que sabe adaptarse a las circunstancias, fue agente en España de varias marcas extranjeras de moda, como Fruit of the Loom y Jeerzes, y creó también una cadena de tiendas multimarca que llegó a tener una decena de puntos de venta. En los años 90, cuando despegaron con fuerza las cadenas monomarca, las fue cerrando al tiempo que iniciaba una actividad industrial que le llevó a la serigrafía y al bordado.Rosario vivió en primera persona toda esa evolución, manejando muestrarios, visitando ferias y apasionándose sobre todo por los materiales más exquisitos: encajes, blondas, guipur, chantilly, tejidos antiguos, etc. Creó con varias amigas la marca de camisetas Matalamamá y poco a poco se orientó hacia un trabajo de carácter más creativo que los propios materiales dictaron que fuese en el sector lencero.
Etapa de formaciónSe imponía, sin embargo, un período de formación que vivió en varias etapas. La primera, en el Instituto Catalán de la Moda, de Barcelona, donde aprendió diseño de moda y patronaje. Después en la Central Saint Martins y en el Chelsea College of Art & Design, de Londres, donde estudió a fondo los materiales textiles y sus posibilidades, sobre todo la estampación.Más tarde, permaneció todo un año en el Museo Textil de Kyoto profundizando todavía más en las técnicas niponas de tratamiento del tejido y especialmente en la estampación textil: “Fui seleccionando los centros donde hice estudios en razón de los profesores que iba a tener. Además, lo que a mí me interesaba más es el tejido y el modelaje que permite”, explica. Sólo después llego al patronaje. Tanto en la Central Saint Martins como en el Museo de Kyoto sus trabajos merecieron el primer premio en sendos concursos y exposiciones de diseño.Vuelta a España, en 2006 fue seleccionada para desfilar en El Ego de Cibeles. En febrero de 2008 fue elegida por Igedo para participar en la sección de jóvenes diseñadores de Body Look, su espacio de moda íntima: “Mi presencia en Body Look ha tenido sobre todo un enorme efecto mediático. Pasaron a verme muchos periodistas y editores, a través de los que me van llegando contactos de interés comercial. La editorial HarperCollins, por ejemplo, me quiere incluir en una guía internacional de diseñadores, que seleccionará un centenar de nombres”.Las primeras coleccionesAunque todavía colabora con la empresa familiar, por ejemplo, con la realización de una colección anual para el mercado de las Islas Baleares, estos dos últimos años los ha dedicado casi exclusivamente a la creación permanente de su colección.“Tengo una colección, con unos cien modelos, que voy renovando continuamente, sobre todo porque muchos de ellos usan tejidos vintage, de los años 20 y 30, que se me acaban. Son series forzosamente limitadas. Sólo mantengo de forma permanente en catálogo unos pocos modelos. Esto significa que en la mayor parte de los casos mis clientes no pueden pedir reposiciones. Sé que tiene su peligro, pero mi experiencia es que crea un aliciente muy fuerte entre mis detallistas y mis clientes finales. Quedan enganchados y a la siguiente temporada repiten”.La producción la realiza en un taller externo, en Badalona, que ya le ha demostrado que trabaja bien y que entiende su enfoque.La difusión de su colección y su venta la hace ella misma personalmente porque se considera la persona más capacitada para presentarla de forma convincente: “Mi enfoque funciona, asegura. No me cuesta despertar el interés de los detallistas seleccionados que visito, porque yo ofrezco una colección de gama alta, con series limitadas. Y si un detallista tiene dudas, le doy la vuelta a la prenda y le enseño mi etiqueta personal, que incluye el nombre de la prenda, la línea a la que pertenece, su número de serie y un breve comentario personal”.Por ahora, sin embargo, la comercialización está sólo en manos de unos pocos detallistas en Barcelona, Madrid, Valencia, Baleares, etc. Bastantes de ellos son tiendas especializadas en lencería femenina, pero también hay algunos que son puntos de venta conceptuales, uno que es más bien un anticuario, etc.Para iniciar sus ventas en el extranjero le ha resultado útil la experiencia en Body Look. “Además, me he planteado tener un stand en el salón de la Lencería de París, en la sección Spice Garden. También me está ayudando mucho el Gremio de la Confección de Barcelona, que fue el que canalizó la ayuda que recibí de CPD y que ahora me busca otras oportunidades”, subraya.Su colección, con un aire general entre perverso e inocente, tiene siempre tres líneas permanentes:- Romántica, con encajes de colores suaves y sutiles, en blanco, beige, rosa, etc., y con los modelos para novia.
– Cabaret, con prendas sensules y eróticas en negro, rojo y morado, con bordados, transparencias, calados y azabaches.
– Exótica, inspirada en los colores intensos de Oriente (verde, naranja o azul), con aplicaciones de strass.La colección se completa con batas/ kimono de seda, peinadores de blonda, combinaciones y vestidos de encaje muy delicados.