Los jueces han tomado ya una primera decisión, todavía no vinculante, para que One-A –empresa creada por 4 antiguos empleados de Lenzing, que ha conseguido un contrato de asistencia con una firma china- deje de usar la tecnología de hilatura de Lyocell, que está patentada por Lenzing. La decisión implica también que One-A no puede transmitir a otros esta tecnología y que las fibras obtenidas por One-A o sus clientes no puedan ser vendidas sin el consentimiento de Lenzing.

Lenzing es propietaria de varias patentes relativas al proceso de hilatura, que garantizan la calidad de las fibras Lyocell.

Lenzing se propone ejercer acciones similares contra toda violación de los derechos generados por sus patentes.

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