F. Baratech para La VanguardiaLas ventas de La Industrial Sedera de dichas sociedades cayeron de 3.600 a 2.300 millones de pesetas, la cota más baja del decenio. Paralelamente a este fuerte retroceso, la tinta roja apareció en el balance por vez primera en seis años. Las cuentas de explotación pasaron de 444 millones de beneficio a 2 de pérdida, y el resultado final se saldó con un déficit de 54 millones, contra beneficios de 668 millones el ejercicio anterior. El 86% del giro provino de la exportación. La empresa tiene su sede en Sant Feliu de Llobregat y contabiliza 1.260 millones en fondos propios. La planta industrial, sita en Reus, está provista de 50 telares electrónicos ultramodernos. Desde noviembre último, el director general es Marco Corno, ciudadano italiano que hasta la fecha había prestado sus servicios en la empresa Candy Ibérica. Al mismo tiempo, se han designado nuevos directores industrial, comercial y de mercadeo. El consejo de la entidad está formado por Carlos y Alberto Viladomiu Comella, Luis Viladomiu Piera, Marcos Viladomiu Veloso, José Pedro Carbonell Coll, Rafael Ester Ureña y Juan Guillén Francolí. La compañía ha absorbido su filial Textil Plaza, que gira 300 millones anuales. En cuanto a Sedunión, de Mollet del Vallès, el pasado ejercicio supuso una radical transformación de su estructura, ya que la empresa abandonó la producción propia, cerró la planta de tintes y licenció a medio centenar de trabajadores, con un coste económico de 300 millones de pesetas. Las arcas sociales acusaron el esfuerzo y la cuenta de resultados arrojó un saldo negativo de 280 millones, frente a los 156 millones, también negativos, del ejercicio anterior. Las ventas se fijaron en 1.870 millones, a los que hay que añadir más de mil millones de las filiales Área Textil XXI, Bertex y la agrupación de interés económico Sedarel. El consejo está formado por Inés Guardiola Amat, viuda de Godia, Tomás Batlló Umbert y Javier Amat Badrinas.
Un año malo para Sedunión y la Industrial Sedera
17/04/2000
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