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Desmontando 50 mitos sobre la moda sostenible


21/05/2024

The Crisps ha publicado un largo artículo en que explica y critica 50 mitos tradicionales sobre la moda sostenible.

The Crisps, un boletín sobre sostenibilidad y comunicación honesta en moda, ha publicado un artículo para desmentir 50 mitos sobre la sostenibilidad en el sector textil-moda.

Lavado verde, greenwashing, sostenibilidad de la moda
Abundan mitos y mentiras alrededor de la sostenibilidad en moda. (Imagen de archivo)

Sus autoras son Tanita Hecking y Lavinia Muth y consideran que existe abundante desinformación sobre la sostenibilidad en la moda. A veces los consumidores reciben información errónea o tergiversada, datos obsoletos, etc. pero no pueden verificar su veracidad. En este artículo, Pinker Moda no coincide necesariamente con todo su contenido, que constituye un resumen del tema.

«Queríamos crear un recurso del que la gente pudiera aprender», han asegurado las autoras. «Durante un año hemos dedicado más de 50 números a un aspecto concreto de la moda sostenible porque queríamos ofrecer información detallada. Ahora, para celebrar nuestro primer aniversario, los reunimos todos en esta información, ordenados por bloques temáticos».

En él, además, The Crisps incluye las fuentes documentales de cada tema, que Pinker Moda omite en este resumen. Los lectores interesados siempre pueden acudir al texto original (al final de esta información), donde sí aparecen.

Las certificaciones textiles

Mito 1: Las certificaciones garantizan que una marca o producto es completamente sostenible

Desafortunadamente, no es tan sencillo. Las certificaciones pueden ser indicaciones útiles, pero la mayoría tiene alcances específicos y se centra en facetas particulares de la sostenibilidad, como el abastecimiento de materiales o los procesos de producción. Algunas pasan por alto otras áreas cruciales, como la responsabilidad social. Otras se basan solo en una autoevaluación.

Las certificaciones textiles no son siempre sinónimo de moda sostenible. (Imagen de stock)
Las certificaciones textiles no son siempre sinónimo de moda sostenible. (Imagen de archivo)

La Changing Markets Foundation analizó 10 certificaciones en 2022. «La mayoría de las iniciativas analizadas -concluyó– no logran mantener altos niveles de ambición. Por lo tanto, simplemente proporcionan una cortina de humo para empresas que quieren dar la impresión de que están dando pasos hacia la moda sostenible. Por otro lado, la mayoría ha comprometido su independencia. Como iniciativas voluntarias, son vulnerables a la influencia de las marcas que las financian o que están involucrados en su gobierno».

Mito 2: Hay que confiar en las prendas certificadas

Certificaciones como Fair Trade, GOTS (Global Organic Textile Standard) y B Corp pueden indicar ciertos estándares éticos y ambientales, pero no garantizan una sostenibilidad completa ni prácticas éticas en toda la cadena de suministro. Lamentablemente, hemos visto varios casos de certificaciones que no cumplen con sus estándares. El último ejemplo es Better Cotton, uno de los principales sistemas de certificación del algodón. En un informe reciente del grupo Earthsight, ha sido vinculado con la deforestación ilegal, los abusos contra los derechos humanos y el acaparamiento de tierras en Brasil.

Mito 3: El algodón no certificado es malo

Es posible que algunos agricultores no estén certificados, pero pueden implementar las mismas o mejores prácticas que un agricultor certificado. Algunos agricultores podrían optar por no solicitar la certificación por diversas razones, incluida la falta de incentivos económicos. El algodón no certificado no es malo en sí mismo. Hay grandes productores de algodón que no están certificados, pero usan prácticas agrícolas que son excelentes para sus condiciones locales.

Mito 4: El poliéster reciclado certificado es rastreable y no tiene un impacto negativo

La trazabilidad en la cadena de suministro del poliéster reciclado suele ser opaca. Aunque las certificaciones, como Global Recycled Standard (GRS), pueden proporcionar cierta seguridad sobre el contenido reciclado y sobre las prácticas sociales y ambientales, no garantizan una trazabilidad completa. Como señaló la Changing Markets Foundation, las empresas no están obligadas a publicar los datos de la cadena de suministro, lo que reduce la transparencia sobre su eficacia.

Además, los procesos pueden involucrar múltiples ubicaciones geográficas e intermediarios, lo que complica el seguimiento de las prácticas ambientales utilizadas en cada etapa.

El reciclaje de poliéster todavía requiere una cantidad significativa de energía, a menudo derivada de fuentes no renovables. También puede implicar el uso de químicos, particularmente si se descomponen los plásticos en fibras reutilizables. Estos procesos pueden liberar toxinas y emisiones que contribuyen a la contaminación y a la emisión de gases de efecto invernadero. Y todavía habría que hablar sobre los microplásticos. Por lo tanto, afirmar que no tiene impactos negativos o que es totalmente rastreable simplifica demasiado una cuestión compleja.

Los químicos en la moda

Mito 5: Existe una moda sin productos químicos

En primer lugar, nunca habrá una moda totalmente libre de químicos. El debate sobre los productos químicos en la moda se equivoca porque todo es química. La Fundación ZDHC lo aclara perfectamente: lo químico se ha convertido en sinónimo de peligroso y lo natural en de libre de riesgos. El mercurio, el arsénico e incluso el veneno de serpiente son sustancias químicas naturales, pero muy tóxicas. Incluso la sustancia química más necesaria para los humanos –el oxígeno– es mortal en grandes cantidades.

Los tintes y otros procesos son la antítesis de la moda sostenible. (Imagen de stock)
Los tintes y otros procesos son la antítesis de la moda sostenible. (Imagen de archivo)

En lugar de referirnos a las sustancias químicas como buenas o malas, hemos de verlas en términos de cantidades aceptables o peligrosas. Por lo tanto, no se deben utilizar frases como «moda libre de químicos«. Una alternativa más creíble y precisa sería «químicos bajos o reducidos». Esta alternativa transmite el compromiso de minimizar el uso de químicos en lugar de pretender su ausencia total, que rara vez se puede lograr en la producción textil.

Mito 6: No se utilizan productos químicos con materiales naturales

Toda producción textil implica el uso de productos químicos, ya sea en el teñido, el acabado o el procesamiento de fibras. Esto es cierto incluso para los materiales naturales. Por lo tanto, afirmar la ausencia total de sustancias químicas es engañoso y falso en la mayoría de los casos. Además, el término productos químicos no debe utilizarse como sinónimo de productos químicos peligrosos. El sector textil/moda debe centrarse en eliminar gradualmente los productos químicos nocivos y aumentar el uso de alternativas más seguras.

Circularidad. ¿Son sus productos circulares?

Mito 7: Un producto de moda puede ser circular

La circularidad es un proceso, no una característica de las prendas. (Imagen de archivo)

En sí mismos, los productos no pueden ser circulares. Sólo pueden diseñarse, estar preparados para ella circularidad porque la circularidad es un sistema. En un mundo ideal, todos los productos estarían diseñados para este sistema y podrían reciclarse o reutilizarse infinitamente. La forma en que diseñamos, producimos, consumimos y gestionamos los residuos está cambiando por completo. Significa que tenemos que utilizar la manera correcta para no caer en una perspectiva sesgada de la realidad, que lamentablemente sigue siendo tomar-hacer-desperdiciar.

Consumismo. El consumismo y la sobreproducción nos están dañando

Mito 8: Puedes hacer el bien comprando ropa

Es una narrativa que se ha difundido ampliamente: compre el producto XYZ y mejorará XYZ. Pero eso no es cierto. Simplemente comprar una prenda de vestir no soluciona la crisis climática. No detiene la pérdida de biodiversidad. Tampoco promueve salarios dignos. Las marcas que promocionan un producto de esta manera no se limitan a realizar un greenwashing. Están obstaculizando un cambio real. ¿Por qué? Porque muchos de los problemas que enfrenta nuestra industria se deben al consumismo. Comprar más no es la solución.

La moda sostenible debe alejarse del modelo consumista actual. (Imagen de stock)
La moda sostenible debe alejarse del modelo consumista actual. (Imagen de archivo)

Decrecimiento

Mito 9: El decrecimiento llevaría al paro y a la pobreza a muchos trabajadores

Una preocupación que surge a menudo cuando se habla de decrecimiento es que causa pérdida de empleos. Los estudiosos del decrecimiento, sin embargo, sostienen que no sería una recesión, sino una reducción planificada. En pocas palabras, el decrecimiento es una reducción planificada y democrática de la producción y del consumo en los países ricos para reducir las presiones y desigualdades ambientales y mejorar el bienestar.

Mito 10: El crecimiento económico siempre es beneficioso y necesario para el progreso

El afán de decrecimiento es cada vez más fuerte entre los expertos en sostenibilidad. ¿Por qué? Porque la mayoría de los problemas de nuestro sector radica en el concepto de crecimiento ilimitado, que conduce a la degradación ambiental y a la desigualdad social. Usamos demasiados recursos, producimos demasiado, consumimos demasiado y tiramos demasiado. Contrariamente a la creencia de que el crecimiento económico es el único camino a seguir, cada vez más expertos defienden el concepto de decrecimiento.

Emisiones

Mito 11: Las emisiones de carbono constituyen el problema más urgente de la moda

Si bien las emisiones de carbono constituyen una preocupación importante en la moda, no son el único ni el principal problema. El impacto ambiental de la moda se extiende más allá de las emisiones de carbono: el uso del agua, la contaminación química, la generación de desechos, la deforestación, la pérdida de biodiversidad, etc. Centrarse únicamente en las emisiones de carbono también se conoce como «la visión del túnel de carbono«.

Las marcas deben procurar reducir sus emisiones, en vez de compensarlas. (Imagen de archivo)

Investigadores de las Universidades de Londres y de Cambridge aclaran que «la visión de túnel de carbono se centra en las emisiones, no en los sistemas y estructuras que protegen y promueven sectores que destruyen el clima«. Además, los aspectos sociales y éticos, como los derechos laborales, los salarios justos, las condiciones laborales y la transparencia de la cadena de suministro, son preocupaciones igualmente cruciales en moda sostenible. Ignorar estas cuestiones y centrarse únicamente en las emisiones de carbono simplifica la sostenibilidad y puede conducir a soluciones incompletas o ineficaces.

Mito 12: Las marcas pueden ser sostenibles cuando compensan sus emisiones

Los proyectos de compensación no pueden considerarse sostenibles por varias razones. Algunos de los métodos de compensación más comunes, como la plantación de árboles, tardan en ser eficaces. Mientras tanto, se acumulan emisiones adicionales, lo que retrasa las reducciones reales de las emisiones. Otro problema con la compensación radica en medir la efectividad de los proyectos de compensación.

En el pasado, esos proyectos han demostrado ser menos efectivos de lo prometido. Además, las empresas podrían depender únicamente de la compensación, lo que podría permitirles mantener o aumentar las emisiones en otros lugares. Esta licencia para emitir puede obstaculizar la reducción de emisiones en sus cadenas de suministro, que constituyen la gran mayoría de las emisiones. Las marcas solo deberían compensar las emisiones que no se pueden reducir. Y, por supuesto, los proyectos de compensación deben ser verificables y eficaces.

El dilema social

Mito 13: Las marcas de moda pueden garantizar condiciones laborales justas en su cadena de suministro

Si bien la participación en iniciativas colectivas y la implementación de códigos de conducta voluntarios muestran un compromiso para mejorar las condiciones laborales, las marcas no pueden garantizar condiciones laborales justas.

Mito 14: Made in Europe garantiza condiciones de trabajo justas

Los productos etiquetados como Made in Europe pueden sugerir estándares éticos altos debido a la existencia de leyes y regulaciones laborales más en algunos países europeos. Pero esta etiqueta por sí sola no garantiza prácticas de producción éticas. En el sector manufacturero europeo todavía pueden existir problemas como la explotación de los trabajadores inmigrantes, la subcontratación en instalaciones menos reguladas y salarios y condiciones de trabajo inadecuados. El abastecimiento ético requiere transparencia en toda la cadena de suministro, incluido el cumplimiento de estándares laborales justos y regulaciones ambientales, independientemente del país de origen del producto.

La moda sostenible también procura mejores condiciones para sus trabajadores. (Imagen de stock)
La moda sostenible también procura mejores condiciones para sus trabajadores. (Imagen de archivo)

Mito 15: La moda justa significa que los trabajadores reciben salarios dignos

El término moda justa se utiliza a menudo en comunicación. Pero el término no está definido legalmente, por lo que las marcas pueden referirse con ella a diferentes realidades. El término no garantiza automáticamente que los trabajadores reciban un salario digno. Y si bien las marcas pueden y deben abogar por salarios dignos en las cadenas de suministro textiles, por lo general no pagan salarios directamente a los trabajadores textiles.

Como las marcas en su mayoría no son propietarias de las fábricas en las que se produce su ropa, pagan por los productos, no por la mano de obra. Por lo tanto, el papel de la marca radica en pagar precios justos por los productos y no presionar a sus proveedores para que produzcan productos cada vez más baratos.

Mito 16: Las marcas pueden pagar un salario digno en su cadena de suministro

Por lo general, las marcas no son propietarias de las fábricas donde se confeccionan sus pedidos. En realidad, subcontratan casi siempre su producción. La gran mayoría de las personas que producen ropa son empleadas y pagadas directamente por proveedores, no por marcas. Las marcas pagan precios por los productos que compran a sus socios de la cadena de suministro. Eso significa que toda la narrativa sobre este tema es engañosa.

Greenwashing y sus consecuencias

Mito 17: El greenwashing es fácil de detectar

Algunas afirmaciones son obviamente falsas. Pero en muchos casos, el greenwashing puede ser difícil de detectar. Un artículo publicado en el Journal of Environmental Psychology señaló que «los consumidores pueden aprovechar su capacidad para distinguir las diferentes categorías de productos a este respecto. En general, identifican mejor el greenwashing cuando están preparados para buscarlo. Si no sospechan de ningún potencial greenwashing, caen en su trampa». Esto podría deberse a que existen diferentes formas de greenwashing y diferentes tipos de reclamaciones. Por ejemplo:

Afirmaciones vagas. Constituyen una gran parte de las afirmaciones ecológicas y utilizan expresiones que no tienen una definición legal. Eso reduce su significado. Crean una impresión de comportamiento respetuoso con el medio ambiente sin realmente apoyarlo.

Muchas empresas se suben al carro de la moda sostenible con afirmaciones vagas e imprecisas. (Imagen de archivo)

Afirmaciones engañosas. Una afirmación engañosa dependerá de las circunstancias de cada caso. Lo que induce a error a un grupo de consumidores no necesariamente induce a error a otros. Una afirmación puede ser engañosa incluso si es parcialmente cierta.

Afirmaciones irrelevantes. La irrelevancia es un poco más difícil de detectar. Estas afirmaciones están respaldadas por evidencia y dicen la verdad hasta cierto punto, pero no son importantes. Las afirmaciones también son irrelevantes cuando son ciertas, pero no ayudan a los consumidores a encontrar productos ambientalmente preferibles.

Materiales

Mito 18: Algunos materiales son más sostenibles que otros

Nuestro sector siempre está a la caza de materiales más sostenibles. Sin embargo, a menudo faltan pruebas claras y una consideración de su ciclo de vida completo. Medir el impacto de los materiales en la vida de las personas, en la naturaleza y en los animales es muy difícil. ¿Por qué? Porque solo podemos medir hasta cierto punto y la calidad de los datos varía mucho. También deben considerarse los componentes sociales del cultivo o la fabricación de materiales, no sólo las cifras relativas al uso del agua y las emisiones de CO2.

Mito 19: Si un material usa menos agua que otro, es más sostenible

¡No! Esta práctica de comparar categorías de impacto único ha dado lugar a mucho greenwashing. Estas cifras y explicaciones suelen basarse en evaluaciones del ciclo de vida (ACV, o LCA en inglés). Las marcas las utilizan para investigar posibles impactos ambientales e identificar puntos críticos en su ciclo de vida. En el pasado, se utilizaban para comparar aspectos o materiales que no debían compararse (por ejemplo, fibras sintéticas y naturales).

Otro problema es que los ACV tienen un alcance limitado y rara vez incorporan dimensiones sociales. Además, se pueden realizar utilizando diferentes ciclos de vida, teniendo o sin tener en cuenta el fin de su vida útil. Por lo tanto, para evitar un resultado sesgado, los ACV no deben usarse para comparar diferentes grupos de materiales o diferentes materiales.

La moda sostenible no depende únicamente del tejido usado. (Imagen de stock)
La moda sostenible no depende únicamente del tejido usado. (Imagen de archivo)

Mito 20: Los materiales de origen vegetal siempre son mejores

Este mito y el siguiente son ejemplos perfectos de cómo la generalización puede conducir a desinformación. Primero: los materiales de origen vegetal no siempre son mejores. Para comprender su impacto necesitamos saber y comprender cómo se procesan, tiñen y terminan. Los materiales de origen vegetal pueden hacer que parezca que no se utilizaron productos químicos tóxicos en el proceso, pero no tiene por qué ser cierto.

Mito 21: Podemos abandonar por completo los materiales sintéticos

Los materiales sintéticos son muy complejos y actualmente constituyen la mayor parte de los materiales en el mercado. Su producción y uso conllevan una larga lista de consecuencias negativas. Están hechos de combustibles fósiles, liberan microfibras, tardan mucho en descomponerse, pueden ser difíciles de reciclar y pueden generar contaminación a largo plazo si terminan en vertederos. Necesitamos encontrar mejores alternativas. Pero los materiales sintéticos también pueden tener propiedades y funciones que muchos usuarios no quieren perder y que no son fácilmente reemplazables por materiales naturales.

Mito 22: Sólo las fibras sintéticas como el poliéster desprenden partículas

No. Otros materiales -como el algodón- pierden microfibras. Una prueba realizada por Plos One mostró que el poliéster tratado mecánicamente libera seis veces más microfibras que las muestras de nylon con estructura tejida e hilos filamentosos. Los textiles de algodón y lana también desprenden grandes cantidades de microfibras. La similitud entre el ancho promedio de las fibras textiles aquí y las encontradas en el océano respalda la idea de que la ropa doméstica es una fuente importante de microfibra. Se necesitan más estudios para comprender el alcance total de los impactos negativos que tiene la emisión de fibras, sean de algodón o de poliéster.

Mito 23: Los agricultores pueden ganarse la vida mejor con el algodón orgánico

En la mayor parte del mundo, la extracción de recursos naturales para la producción de fibras como el algodón y el cáñamo se realiza de formas distintas. La mayoría de los agricultores trabaja por cuenta propia y no reciben salario; obtienen sus ingresos vendiendo su cosecha. Los precios de las materias primas se basan principalmente en los llamados precios mínimos globales, que, al igual que los salarios mínimos, no equivalen a un ingreso justo o un ingreso digno. Esto también se aplica a los cultivos certificados orgánicamente y a los cultivos en los que se paga una prima de Comercio Justo.

Pero, afortunadamente, hay excepciones, como los agricultores retratados en las “Historias desde la tierra” de Cotton Diaries & A Growing Culture. Sus recursos introducen soluciones prometedoras en Brasil, Benin e India, donde los agricultores han hecho una transición exitosa al algodón orgánico. Así que esto puede ser cierto si apoyamos a los agricultores en transición de la agricultura convencional a la orgánica y les pagamos precios justos por el algodón cultivado orgánicamente.

Mito 24: El poliéster es más sostenible que el algodón porque emite menos CO2

No se deben comparar diferentes materiales porque esto conduce a resultados sesgados. Esto se debe a que el proceso de producción, los recursos, los factores sociales y la gestión del reciclaje son diferentes para diferentes materiales. El poliéster deriva de productos petroquímicos, que involucran procesos como la polimerización y la extrusión, que tienen impactos ambientales distintos en comparación con los procesos agrícolas del algodón. El cultivo de algodón requiere tierra, agua, pesticidas y fertilizantes, cada uno con su propia huella ambiental. Por lo tanto, comparar estos dos materiales no tiene sentido.

La lana es uno de los tejidos preferidos de las marcas de moda sostenible. (Imagen de archivo)

Mito 25: La lana es mala para el medio ambiente debido a las emisiones de metano del ganado

La lana es una fibra natural renovable, a diferencia de las alternativas sintéticas, y es biodegradable, evitando el problema de la contaminación por microplásticos. Si bien las ovejas producen metano a través de la digestión, este metano se considera parte de un ciclo natural del carbono, que se obtiene de la hierba que consumen y que captura el dióxido de carbono de la atmósfera. Cuando se gestiona bien, con pastoreo rotativo y agricultura regenerativa, la cría de ovejas puede contribuir a una huella de carbono equilibrada, mostrando la lana como una opción de material natural viable.

Mito 26: Tencel (Lyocell) es una fibra natural

Tencel Lyocell es una fibra sintética producida por Lenzing. La materia prima del Lyocell es pulpa de madera natural, pero el procesamiento es químico. Tencel es la marca registrada utilizada por la empresa para un material que también se conoce como Lyocell o Modal.

Mito 27: La ropa hecha de fibras naturales es biodegradable

El hecho de que una prenda esté hecha de algodón o de lana no significa que sea biodegradable. Esos materiales se descomponen rápidamente, pero la biodegradabilidad no se reduce sólo a la fibra utilizada. También hay que contar con los tintes y acabados. Muchos de ellos contienen sustancias químicas nocivas que pueden filtrarse al medio ambiente. Estos productos químicos pueden contaminar los ríos, el suelo y el aire, planteando riesgos para los ecosistemas y la salud humana.

Persisten grandes preguntas sobre la motivación detrás de la biodegradabilidad: ¿Por qué queremos biodegradar la ropa? ¿Será simplemente porque queremos seguir consumiendo al mismo ritmo y buscar la manera de que los residuos desaparezcan? ¿Qué beneficios aporta la ropa biodegradable? ¿Acaso devuelve nutrientes al suelo?

Mito 28: Los biosintéticos no contienen combustibles fósiles

Si bien los materiales biosintéticos derivan de recursos renovables como las plantas, a menudo requieren combustibles fósiles en sus procesos de producción. Textile Exchange publicó un informe completo, también explicaba los procesos de producción: «Si bien los pasos desde la conversión de biomasa hasta la producción de productos químicos intermedios difieren para los biosintéticos en comparación con los sintéticos de origen fósil, los pasos restantes de la cadena de suministro pueden ser los mismos».

Mito 29: El algodón consume mucha agua

Esta afirmación ha existido durante años. Las marcas y los medios de comunicación todavía lo utilizan, pero no es verdad. Dado que un tercio de todos los cultivos de regadío se cultivan en regiones con una alta demanda de agua, la culpa de la gestión insostenible del agua no debe recaer en un solo cultivo. Un tercio de todos los cultivos de regadío se enfrentan a un estrés hídrico alto. El estrés y la escasez de agua son un problema grave para el planeta, pero esta afirmación es engañosa por varias razones:

  • El algodón es un cultivo tolerante a la sequía y al calor, muy adecuado para climas con escasas precipitaciones.
  • El algodón no es uno de los mayores usuarios de agua de riego en comparación con otros cultivos. Utiliza menos riego por hectárea que el arroz, el trigo, el maíz, la soja y muchas verduras.
  • La afirmación de que el algodón es adicto al agua se utiliza para retratar el cultivo de algodón como un usuario de agua insostenible. Esto es falso, ya que muchas regiones con escasez de agua están trabajando para gestionar mejor su agricultura. De hecho, estos datos se utilizan indebidamente y se abusa de ellos en fines no científicos.

Mito 30: Los materiales naturales siempre están libres de plástico

Los materiales naturales como el algodón y la lana no derivan de combustibles fósiles. Sin embargo, dependiendo del procesamiento, teñido y acabado, pueden contener plásticos. Y no hay que olvidar que ciertas fibras naturales, como el bambú y el rayón, derivan de la celulosa, pero pueden implicar métodos de procesamiento sintéticos.

Los tejidos derivados de botellas PET recicladas también pueden ser contaminantes. (Imagen de archivo)

Mito 31: El poliéster reciclado de botellas de PET es fantástico

La mayor parte del poliéster reciclado hoy en día proviene de botellas de PET. Pero esta es una solución falsa y no tan sostenible como la promocionan las marcas de moda. La Fundación Changing Markets explicó bien el problema: una vez convertido en ropa, el plástico no puede reciclarse más y acabará desechado. Esto significa que la ropa está camino del vertedero o la incineración. Convertir botellas de plástico en ropa las elimina de los circuitos circulares de reciclaje, donde pueden volver a convertirse en botellas nuevas. El plástico reciclado que se destina a productos sintéticos no ayuda a detener el problema de los microplásticos.

Mito 32: El plástico oceánico procede del océano

Este tema tiene varios aspectos. No podemos solucionar el problema del plástico oceánico si primero no cerramos el grifo. El efecto positivo de recoger plástico del océano se desvanece si no solucionamos el origen del problema. Los científicos estiman que al menos entre 9 y 14 millones de toneladas de plástico llegan al mar cada año.

En segundo lugar, en la mayoría de los casos las frases «Nuestro plástico procede del océano» o «Plástico ligado al océano» no se sostienen. Por definición, el plástico oceánico puede proceder de diversas fuentes: la basura costera, los ríos o las actividades terrestres. No siempre procede directamente del océano. Para combatir el plástico en los océanos, los esfuerzos deben centrarse en la prevención de desechos, su eliminación adecuada y las iniciativas de limpieza.

Mito 33: El cultivo de algodón no implica trabajo infantil

Si bien algunas normas de certificación de algodón orgánico prohíben el uso de trabajo infantil, su aplicación y seguimiento pueden ser un desafío, especialmente en regiones con regulaciones débiles. Según el informe de 2021 de la OIT, las últimas estimaciones mundiales indican que 160 millones de niños y niñas se dedicaban al trabajo infantil a principios de 2020, lo que representa un 10% de todos los niños del mundo. El 70% de ellos trabaja en el sector agrícola, a menudo al algodón.

El proyecto Clear Cotton apoya la eliminación del trabajo infantil y del trabajo forzoso. Ha sido cofinanciado por la Unión Europea y la Organización Internacional del Trabajo.

Cada vez más marcas apuestan por fórmulas de cuero vegetal, en pro de la moda sostenible. (Imagen de stock)
Cada vez más marcas apuestan por fórmulas de cuero vegetal, en pro de la moda sostenible. (Imagen de archivo)

Mito 34: El cuero vegano es ecológico

Esta afirmación es engañosa porque no es precisa ni jurídicamente vinculante. Ecológico puede significar cualquier cosa y nada. Al abordar el tema del cuero vegano podemos decir que el asunto dista mucho de ser blanco y negro. Si bien el cuero vegano no implica crueldad animal, generalmente está hecho de materiales a base de combustibles fósiles. Por lo tanto, no es una solución simple para un tema complejo. También se utilizan muchos químicos en el procesamiento del cuero y algunos cueros también tienen revestimientos de PU.

Mito 35: La lana convencional utiliza mulesing

El mulesing se practica principalmente en Australia con ovejas merinas, en las que se les cortan grandes pliegues de piel de las nalgas de las ovejas. La práctica es muy criticada debido a preocupaciones sobre el bienestar animal, pero se mantiene en ese país. Según Four Paws, organización de defensa de los derechos de los animales, el 80% de la lana merino destinada a prendas de vestir se produce en Australia.

La gran mayoría (~86%) de la lana australiana es lana de ovejas a las que se practica el mulesing para controlar la presencia de moscas que provocan dolor intenso, inflamación e incluso la muerte. Las moscas ponen huevos en los pliegues de la piel de las ovejas y los gusanos comen el tejido de las ovejas. Existen alternativas indoloras que poco a poco se van imponiendo.

Estadísticas y cifras

Mito 36: El sector de la moda es el segundo más contaminante del mundo

Esta afirmación se repite todavía a menudo, pero no es cierta. Nuestro sector tiene un impacto ambiental considerable, pero no es la segunda industria más contaminante del mundo. Según un artículo publicado en Nature Reviews Earth & Environment, el textil-moda es responsable del 9% de las emisiones globales, pero también existen otras cifras, a partir del 4%.

Los procesos de moda sostenible intentan reducir las emisiones de carbono. (Imagen de stock)
Los procesos de moda sostenible intentan reducir las emisiones de carbono. (Imagen de archivo)

Mito 37: Se necesitan 18.000 litros de agua para producir un par de vaqueros

Hay mucha desinformación sobre el algodón, como esta afirmación. La huella hídrica de los jeans varía según factores como la variedad de algodón, las prácticas agrícolas, las técnicas de procesamiento y el país de producción. Cifras generalizadas como 18.000 litros de agua no se aplican a todos los vaqueros producidos. Pueden diferir significativamente dependiendo de múltiples variables.

Mito 38: El 25% de los insecticidas del mundo se utilizan en el algodón

Existen variaciones de esta afirmación. A veces se presenta como que el algodón utiliza entre el 24% y el 25% de todos los insecticidas a nivel mundial, o entre el 16% y el 25% de los pesticidas. No es correcto utilizar datos de ventas globales de pesticidas e insecticidas, ya que los datos de ventas no son un indicador de su uso real ni reflejan su impacto. Para entender el impacto, tendríamos que saber cuánto se está usando y sus condiciones de uso.

Transparencia

Mito 39: Transparencia es igual a justicia

Un mito común es confundir transparencia con justicia. Conocer la cadena de producción es importante, pero por sí solo no garantiza que se implementen condiciones laborales justas o prácticas sostenibles. El Fashion Accountability Report de 2024, por ejemplo, asegura: entre las 52 empresas de moda que evaluaron, en base a 88 métricas individuales que miden diferentes parámetros, la puntuación promedio de las empresas fue de 14 puntos, los mismos que el año anterior. Esto es bastante deprimente si se considera que hay un total de 150 puntos posibles y que la crisis climática es un hecho. La transparencia es un primer paso, pero requiere acciones adicionales para lograr una verdadera justicia social y ambiental.

Sostenibilidad

Mito 40: La moda sostenible se preocupa solo del medio ambiente, no de la justicia social

Si bien el debate sobre la moda sostenible a menudo gira en torno a la sostenibilidad ambiental, no estamos de acuerdo con este sentimiento. La verdadera moda sostenible considera tanto los aspectos ambientales como los sociales. El trato ético a los trabajadores, los salarios justos y las condiciones laborales seguras forman parte integral de la moda sostenible. Esto se debe a que el sector se basa en mano de obra de bajos salarios, condiciones de trabajo peligrosas y destrucción del medio ambiente, con poca consideración por el bienestar de quienes producen los textiles.

Mito 41: La moda de lujo es inherentemente sostenible

Las marcas de lujo aprovechan factores de valor percibido como calidad, innovación y exclusividad para mantener precios altos. Sin embargo, estos altos precios no garantizan prácticas comerciales responsables. Muchas marcas de lujo comparten instalaciones de fabricación con la moda rápida, dependen de materiales sintéticos y no informan sobre su producción.

Lujo tampoco es sinónimo de moda sostenible. (Imagen de archivo)
Lujo tampoco es sinónimo de moda sostenible. (Imagen de archivo)

Muchas marcas de lujo todavía dependen de procesos de producción que requieren un uso intensivo de recursos. Además, el sector del lujo no es inmune a problemas como la sobreproducción, el desperdicio y la explotación de la mano de obra. Recientemente, Loro Piana, una de las marcas más caras del mundo, se enfrentó a acusaciones de explotación de comunidades indígenas en Perú para obtener lana de vicuña. Precios más altos y marcas de lujo no significan que implementen altos estándares ambientales y sociales.

Mito 42: Las marcas de moda se vuelven sostenibles de la noche a la mañana

Ser más sostenible es una maratón, no una carrera al sprint. Esto es especialmente cierto cuando hablamos de cambios fundamentales y sistémicos y de nuevos conceptos como el decrecimiento. Todos estos cambios exigen tiempo. Además, el viaje hacia la moda sostenible es un proceso que en realidad nunca termina.

Mito 43: La moda lenta es intrínsecamente diferente a la moda rápida

Si bien la moda lenta (slow fashion) aboga por prácticas éticas y sostenibles como salarios justos, cadenas de suministro transparentes y diseños más duraderos no es diferente de la moda rápida (fast fashion) en términos de los productos que ofrece y la producción. La distinción radica en sus valores, su estructura financiera a menudo y su enfoque general hacia la sostenibilidad.

Varias iniciativas promueven una moda verdaderamente sostenible. (Imagen: Slow Fashion Next)

Mito 44: La moda sostenible es demasiado cara para el consumidor medio

Si bien algunas marcas pueden tener precios más altos, hay opciones de precio medio. Las prendas atemporales y de alta calidad a menudo pueden resultar más rentables a largo plazo. A veces genera dudas el mal uso del margen de beneficio y la rentabilidad de las piezas duraderas y atemporales.

Mito 45: Las regulaciones sobre el greenwashing hacen más sostenible la moda

Las regulaciones de greenwashing, como la directiva europea sobre afirmaciones ecológicas, atacan las prácticas engañosas que presentan productos o marcas como más respetuosos con el medio ambiente de lo que realmente son. Sin embargo, no hacen que la industria sea más sostenible, ya que solo se centran en el marketing.

Reciclaje, segunda mano y recuperación

Mito 46: Comprar ropa de segunda mano resuelve la crisis de sostenibilidad de la moda

En 2023, un estudio europeo sobre reciclaje textil encontró que «el impacto ambiental de la reutilización de textiles es 70 veces menor, incluso si se tienen en cuenta las exportaciones globales para reutilización, incluidas las emisiones del transporte«. El sector de la segunda mano también tiene grandes estimaciones: se estima que en 2030 tendrá un valor de 84.000 millones de dólares, el doble de lo que valdrá entonces el mercado de la moda rápida. Por tanto, no debería sorprender que las empresas estén intentando sacar provecho de este mercado.

Hoy en día, menos del 1% de nuestra ropa se recicla y se convierte en ropa nueva. Por tanto, la respuesta es no. Si bien el reciclaje puede reducir los desechos, no aborda las causas fundamentales del problema, como la sobreproducción, el consumo excesivo y la velocidad en la presentación de novedades. Reducir la sobreproducción y el consumo excesivo y repensar la producción es esencial para lograr un cambio real.

Mito 48: La ropa donada ayuda a los pobres

Si los consumidores no revenden su ropa, a menudo la donan pensando que su ropa puede ayudar a alguien. Si bien la donación a organizaciones benéficas que trabajan con personas necesitadas puede ser un caso de uso eficaz, la donación a plataformas de devolución de las marcas generalmente no lo es.

Para donar ropa, el mejor proceso es asegurarse realmente de que nuevos usuarios consiguen esas prendas. (Imagen de archivo)

Aunque la posibilidad de que estos artículos encuentren nuevos propietarios es esperanzadora, muchos artículos quedan atrapados en el comercio mundial de ropa usada, sin beneficiar a nadie. Aquí es donde los programas de devolución no alcanzan los objetivos proclamados por las marcas. Si bien los clientes esperan que la ropa donada sea reutilizada o reciclada de inmediato, la realidad es que estos artículos suelen permanecer almacenados mucho tiempo y acaban incinerados o en vertederos.

Mito 49: Las marcas fabrican ropa nueva con la ropa que se deja en sus sistemas de devolución

Los consumidores a menudo dejan su ropa en centros de devolución, pensando que llegará a personas necesitadas o que será reciclada para convertirla en prendas nuevas. Pero no podría estar más lejos de la verdad. Aunque hay un par de marcas de moda que han iniciado un verdadero camino en esa dirección.

Cero desperdicio

Mito 50: Las marcas que trabajan con dead stock no generan desechos

Las marcas de moda que utilizan dead stock de tejidos no los consideran residuos cero porque el término residuo cero tiene un significado más amplio. La incorporación de estos tejidos ayuda a reutilizar recursos existentes, pero las verdaderas prácticas de cero desperdicio implican minimizar el desperdicio en cada etapa del proceso de producción.

Los procesos textiles con dead stock también pueden generar residuos. (Imagen de archivo)

Por eso la etapa de diseño es tan importante para conseguir desperdicio cero. El desperdicio cero, sin embargo, también significa optimizar los patrones. Si bien el uso de dead stock es un paso positivo hacia la sostenibilidad, es solo un aspecto de un enfoque integral mucho más amplio.

Para más información: https://thecrisps.substack.com/p/debunking-50-myths-about-sustainability

Pinker Moda

21.05.2024