La Xunta de Galicia ha adjudicado ya el proyecto de construcción y gestión de la primera planta pública de clasificación de residuo textil en la comunidad, que se ubicará en el complejo medioambiental de Sogama en Cerceda (A Coruña).

El contrato adjudicado asciende a 22,48 millones de euros para la que será la primera planta pública de clasificación de residuos textiles en Galicia.

La planta pública gallega estará construida de manera sostenible en un entorno verde, en Cerceda (A Coruña).

La instalación ocupará una superficie de 8.000 metros cuadrados y se ubicará en el complejo medioambiental de Sogama, en el municipio de Cerceda. Tendrá una capacidad inicial de gestión de 3.000 toneladas anuales de residuos textiles, ampliable hasta las 24.000. Se prevé que las obras finalicen en el segundo trimestre de 2026, pudiendo entrar en funcionamiento antes de verano de ese mismo año.

En una primera fase, se crearán entre 16 y 30 empleos directos, cubiertos preferentemente por personas con discapacidad y/o en riesgo de exclusión social, según ha informado la Xunta de Galicia en un comunicado.

Iniciativa sostenible e integradora, por la economía circular

La nueva planta pública de clasificación textil dará respuesta a exigencias de sostenibilidad surgidas en los últimos años. Por ejemplo, a la Ley de residuos y suelos contaminados, que obliga a los ayuntamientos a recoger los residuos textiles de forma diferenciada desde este año. También a las empresas que buscan incorporar en sus productos un porcentaje de fibra reciclada.

Asimismo, colaborará para evitar el desecho de estos residuos, dado que el 90% todavía acaban en el vertedero. Igualmente, contribuirá a los objetivos de descarbonización de Galicia. Según datos de la Agencia Europea del Medio ambiente difundidos por la Xunta, las compras textiles en la UE generaron unos 270 kg de emisiones de CO₂ por persona en 2020.

También la construcción de la planta deberá cumplir criterios de sostenibilidad, como el uso de materiales reciclados y duraderos, la incorporación de soluciones de ahorro energético, mejoras vinculadas al ahorro del consumo de agua y análisis del ciclo de vida e impacto medioambiental del edificio.

Proceso de gestión y clasificación

Los textiles que lleguen a estas instalaciones se someterán a una preclasificación, para identificar aquellas piezas en buen estado que puedan destinarse a la reutilización. Las restantes pasarán por un proceso de clasificación con inteligencia artificial, que organiza los textiles por composición y colores. A continuación, se separarán elementos no textiles y accesorios como botones, cremalleras u otros.

Los tejidos resultantes se prensarán y enviarán a centros recicladores, donde se transformarán en fibra textil reciclada. Asimismo, se contemplarán otros usos, como en productos aislantes.

Finalmente, aquellos textiles que no puedan ser reutilizados ni reciclados, se valorarán energéticamente, evitando que acaben en vertederos y depósitos.

Para más información: https://www.xunta.gal/

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