McKinsey y BoF presentan ‘The State of Fashion 2025’

El nuevo pronóstico de BoF con la consultora McKinsey en ‘The State of Fashion’ anticipa un año inseguro y difícil, donde la moda deberá preocuparse por 10 temas principales.

Los autores del informe The State of Fashion 2025 afirman que las dificultades económicas y geopolíticas, combinadas con los cambios en el consumo, definirán un año turbulento e inseguro para la moda y el textil.

El estudio, elaborado por Business of Fashion con la consultora McKinsey, muestra que hasta el 80% de los ejecutivos consultados no espera una mejora del panorama en el sector de la moda para este año. También resulta llamativo que solo el 18% de ellos mencione la sostenibilidad como una de sus tres máximas prioridades. En 2024, esta cifra fue del 29%.

Los consumidores, marcados por el reciente período inflacionista, son cada vez más sensibles a los precios. Al mismo tiempo, aumentan las trampas con las que se encuentran a la hora de comprar, se acelera el cambio climático y el comercio global se reorganiza. Las diferencias regionales se harán aún más evidentes que en 2024.

Todavía hay nichos de crecimiento, pero la incertidumbre económica, las disparidades geográficas y el cambio de comportamiento de los consumidores exigirán superar bastantes dificultades para aprovecharlos. En consecuencia, es probable que 2025 sea un momento de ajuste para muchas marcas.

El crecimiento seguirá al ralentí

El año 2025 mantendrá en buena parte la lentitud observada en 2024. El crecimiento de los ingresos será bajo. Aunque el lujo ha liderado la creación de valor en los últimos años, el Índice McKinsey Global Fashion pronostica que en 2025, será el resto del mercado el que impulse el aumento de beneficios por primera vez desde 2010.

Los profesionales encuestados se muestran tan pesimistas como el año pasado. Solo el 20% espera mejoras en la confianza del consumidor. El 39% considera que las condiciones del mercado empeorarán.

Es cierto que la caída de la inflación y el aumento del turismo en Europa beneficiarán a la moda. La fortaleza de los segmentos más ricos de la población en Estados Unidos y los nuevos motores de crecimiento en Asia compensarán la incertidumbre en China. Este país seguirá siendo el centro de gravedad de la región, pero las marcas irán centrando su atención en otros mercados asiáticos, como Japón, Corea e India.

Nuevas oportunidades

Los ejecutivos adaptarán localmente sus modelos de negocio, ampliarán su rango de precios, se centrarán en el posicionamiento de la marca e impulsarán los segmentos de segunda mano y de precios reducidos.

También mejorarán la experiencia de compra. Los consumidores están volviendo a comprar en tiendas físicas. Los detallistas deben recordarles lo que les gusta de esa experiencia.

En el regreso al comercio físico, el sector de lujo ha tenido dificultades. El año 2025, las plataformas online generalistas pueden sufrir una experiencia parecida. La mayoría de empresas han visto cómo caía el valor de sus acciones y han tenido dificultades para responder a la caída de la demanda y al aumento de los costes.

Las empresas de comercio electrónico están buscando nuevos caminos. A menudo, los compradores lamentan la dificultad de encontrar lo que quieren. La selección, el contenido y la búsqueda impulsados por IA pueden ayudar a los clientes.

Atención a la agilidad y a la sostenibilidad

Según The State of Fashion, las marcas también están reevaluando su mercado. Históricamente, la moda ha priorizado a compradores jóvenes. Ahora, sin embargo, está creciendo la conocida como generación Silver, que son los clientes mayores de 50 años. Las marcas se beneficiarán de ellos y los cortejarán más que nunca.

No todas las marcas tendrán agilidad para hacer estos cambios. Resultan más fáciles para las empresas jóvenes, no lastradas por su historia. Esto es especialmente notable en el segmento de prendas deportivas, que están captando mayor cuota de mercado.

En 2025, las marcas también deberán anticipar los cambios en el comercio global para gestionar su abastecimiento. Seguramente priorizarán proveedores cercanos y geopolíticamente estables.

Las cadenas de suministro deberán ser más ágiles, reducir el exceso de inventario y minimizar el riesgo de escasez. Las presiones sobre los márgenes y los cambios normativos impulsarán avances en la gestión de stocks.

Por último, la crisis climática seguirá condicionando las cadenas de suministro y el comportamiento de los consumidores, aunque estos han demostrado estar menos dispuestos de lo esperado a pagar más por productos sostenibles. El costo del cambio climático y las medidas gubernamentales para combatirlo darán mayor prioridad a la sostenibilidad. Los que la aborden serán recompensados por el mercado.

Los 10 temas prioritarios de 2025

Según The State of Fashion, los 10 temas que configurarán la agenda de 2025 son los siguientes:

Reconfiguración del comercio mundial. El comercio mundial está cambiando a medida que las principales economías se diversifican y se abastecen de países con los que tienen una mayor sintonía política. Esta evolución se acelerará debido al aumento de los costos, a la evolución de las políticas comerciales y a los objetivos de sostenibilidad. Es probable que las marcas diversifiquen su abastecimiento y busquen deslocalizaciones cercanas.

Nuevos motores de crecimiento en Asia. La desaceleración económica de China, las preferencias cambiantes de los consumidores y el regreso de los viajes están creando dificultades al crecimiento en China. Las marcas de moda miran a otros mercados asiáticos. India será un foco importante. El auge del lujo se mantendrá en Japón, impulsado por el gasto internacional y nacional.

Descubrimiento de nuevas marcas y productos. Los consumidores esperan una nueva era de descubrimiento de marcas y productos, respaldada por el impulso de la IA.

Atención a los consumidores seniors. Las marcas de moda se han centrado tradicionalmente en los jóvenes, un segmento cada vez más difícil. La Generación Silver, de más de 50 años, representa una población en crecimiento con alta capacidad de gasto. Las marcas que atraigan a estos compradores y creen un atractivo intergeneracional lograrán un crecimiento incremental.

Mayor sensibilidad a los precios. Las presiones económicas han llevado a los compradores a ser más conscientes de los costes. Esta dinámica impulsará el crecimiento de segmentos como la reventa, las rebajas y las imitaciones, entre otros. Las marcas, en todo caso, deberán demostrar su valor.

Valorar el comercio físico. Valorar la experiencia en la tienda física es clave para reactivar las ventas. El personal comercial tiene un papel central para conectar con los clientes. La experiencia del cliente y del empleado están vinculadas.

Dificultades para las plataformas electrónicas. Después de un período difícil para las plataformas de comercio electrónico de lujo, las restantes se enfrentan ahora a sus propias dificultades. Para sobrevivir, deben definir un papel claro.

Innovación frente a conservadurismo. Las marcas innovadoras aumentarán su cuota de mercado, en lucha con las más conservadoras. Para ganar participación de mercado, las marcas deberán desarrollar productos innovadores y utilizar canales adecuados para activar historias únicas.

Excelencia en la gestión del inventario. El inventario sigue siendo un problema en nuestro sector. En 2025, las presiones sobre los márgenes y la regulación de la sostenibilidad exigirán planificar la cadena de suministro. Para ello, las marcas usarán cada vez más herramientas tecnológicas para ganar en agilidad.

La sostenibilidad exigirá acción. La fragmentación y la complejidad de la cadena de valor, junto con la resistencia de los consumidores a pagar por productos sostenibles, dificultan alcanzar los objetivos de sostenibilidad. La inacción, sin embargo, no es una opción. El sector de la moda debe actuar colectivamente para generar un impacto positivo.

Para más información: https://www.businessoffashion.com/reports/news-analysis/the-state-of-fashion-2025-bof-mckinsey-report/

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