Teresa Helbig

Txell Miras, Teresa Helbig y Zazo & Brull reafirmaron su gran talento. Descubrimos a jóvenes que prometen, como Elena Martío Ortiz, alma de Martin Lamothe, así como a creadores extranjeros, como Carolin Lerch, detrás de Pelican Avenue, o a la coreana Il Galantuomo. Y también nos llevamos alguna que otra decepción, como con Materialbyproduct o Elsa Esturgie, con propuestas que de tan sencillas aburrían, o con el holandés Maikel Bongaerts, con una colección cortísima, de apenas quince salidas.La nueva pasarela tampoco consiguió atraer a gran número de visitantes y fueron los desfiles de diseñadores catalanes los que consiguieron reunir una mayor afluencia de público. Quejas también para la organización por el repentino y temprano cierre de la sala de prensa el jueves por la tarde, que nos hizo la espera entre desfile y desfile más larga y helada.La Generalitat de Catalunya se tendrá que poner las pilas de cara a la próxima edición de la 080 Barcelona Fashion que, en su estreno, ha dejado un sabor insípido. El programa ha sido más bien pobre. Sólo doce diseñadores han salido a defender un proyecto de promoción de la moda catalana, siendo la mitad de ellos extranjeros. Un detalle que ha dejado fuera de juego a creadores del resto de España, que por no ser ni catalanes ni extranjeros, parece que ya no tienen hueco en Barcelona.Emergentes o independientes, los diseñadores participantes tienen en general un buen nivel creativo, pero poco fondo empresarial, salvo contadas excepciones. Su talento no ha sido suficiente para devolver a Barcelona un papel protagonista en la moda española. Ha faltado algún nombre relevante y de peso que diera autoridad y credibilidad a este proyecto, con la mala pata de que el único que quedaba, Antonio Miró, fuese crítico con él y anunciase su desfile despedida. Txell Miras, una de las promesas del diseño de este país, o Teresa Helbig, uno de los gratos descubrimientos de la pasada edición cero de la 080, carecen todavía del peso de otros creadores consagrados para atraer público y prensa profesional.Tampoco hubo ningún evento paralelo que completase el programa de desfiles. Estaba prevista una exposición sobre el proceso creativo a través de la obra de Miriam Ocáriz, pero por problemas técnicos se suspendió y se ha pospuesto para septiembre.Se organizó un showroom con los diseñadores que desfilaron y alguno más, en el que aprovecharon para mostrar mejor las colecciones a algún periodista curioso. Y es que vender algo tenía que ser empresa titánica tan fuera de fechas. El gobierno catalán debería tener en cuenta que después de la semana de la moda de París todo el pescado ya está vendido. De hecho, son fechas propias de pasarelas regionales o de proyectos fin de curso, de poco interés periodístico o comercial.También hubo pocas declaraciones oficiales. El secretario de Comercio y Turismo y encargado de este proyecto, Emili Valdero, hizo un balance positivo, apuntó “satisfacción” por parte de Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona, y habló de “consolidación”. Y poca presencia de políticos. Sólo se dejó ver el conseller de Innovación, Universidades y Empresa, Josep Huguet, el viernes a primera hora. En cambio, Antonio Miró consiguió sentar en el concesionario de Lexus en la calle Tuset, con representantes de CiU y del Partido de la Ciudadanía.De cara a la próxima edición, que se celebrará en septiembre, todavía no se ha avanzado nada. No se tiene claro ni cuál será el lugar.ModaFad, emergentes sin pretensionesMuy parecido al proyecto de emergentes del 080 Barcelona Fashion, en el que la Generalitat de Catalunya invierte el 80% de un presupuesto de 1,3 millones de euros por temporada, es el de ModaFad, que celebró este fin de semana en el CCCB su edición número 25 con la filosofía de siempre, ser plataforma para diseñadores que empiezan. A esta iniciativa, el gobierno catalán destina 60.000 euros por temporada.Celebró su habitual desfile colectivo, el PasaFad, que en esta ocasión tuvo como lema Derechos Humanos, toda una declaración de principios en la que invitaban a los creadores a denunciar las condiciones laborales de la industria textil en países del Tercer Mundo. Y organizó otros dos desfiles colectivos más, uno con los ganadores de la pasada edición del PasaFad y otro con diseñadores que en este último año han recibido premios internacionales. Éstos fueron Sebastián Barneche, Georgina Vendrell, Ana Galbany, Bente Bjor e Ícaro Ibáñez.El MerkaFad, que cada vez toma más el cariz de showroom y se aleja del de mercadillo, volvió a tener gran éxito de público durante el sábado.