Ágatha en Nueva York
Ruiz de la Prada reinterpreta los vestidos de las meninas, el famoso cuadro de la Familia de Felipe IV, pintado en 1656 por el sevillano Diego de Velázquez, con miriñaques y abultados volúmenes del Barroco, adaptándolos a la mujer de hoy, con un punto de travesura e ingenuidad y mucho optimismo, con la utilización de tejidos clásicos como algodones, rasos o sedas, y con sus ya conocidos lunares, flores o corazones. Los vestidos que la diseñadora madrileña presenta en la Gran Manzana formaron parte de las creaciones que mostró en las pasarelas de Madrid y Milán en septiembre. “Pienso que a más crisis más creatividad. A lo mejor tampoco ibas a vender, pues me he dicho: voy a aprovechar la crisis para hacer lo que me dé la gana”, confiesa Ruiz de la Prada en declaraciones a la Agencia Efe. Rosas fucsias, naranjas, verdes, violetas o amarillos intensos han inundado así esta presentación que llega a Nueva York en un momento en que la mayoría de los comercios de ropa y complementos están colgando el cartel de rebajas y de descuentos que, a veces, llegan hasta el 70%, incluyendo las prendas de temporada. “Lo importante ahora es sobrevivir. No hablamos de proyectos, sino de supervivencia. Pero también es divertido, porque yo recuerdo mis inicios”, también en época de crisis, señala. En los años 80 “trabajábamos mucho y todo salía mal, pero había mucha emoción… Vamos a hacerlo lo mejor que podamos. Ahora hay que hacer esas ideas que siempre habías querido hacer y que en otra ocasión nunca hubieras hecho. Hay que trabajar muchísimo y hacerlo lo mejor posible y, así, intentar poner al mal tiempo buena cara”, recordaba la diseñadora española con optimismo. Tras la exposición de esos diseños en Manhattan, Ágatha Ruiz de la Prada explica que se plantea la posibilidad de realizar una muestra de todos sus vestidos meninas en París.