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Guía de Formación

Anita Chester, de Fundación C&A, habla sobre la protección del medio ambiente en la moda


06/09/2018

Anita insiste en la colaboración de las partes interesadas y en la lucha permanente por encontrar nuevas materias primas más favorables al medio ambiente

06.09.2018.- La web de la organización Environmental Leader, dedicada a proporcionar información sobre la protección del medio ambiente, publicó el 27 de julio una entrevista con Anita Chester. Anita es la responsable de la búsqueda de materias primas sostenibles en Fundación C&A, la fundación corporativauna de C&A, una de las marcas de moda más comprometidas con el medio ambiente. Resumimos aquí algunas de sus opiniones, que siempre son muy respetadas.

Para ser fieles a su promesa de ofrecer moda sostenible –asegura Anita Chester-, las marcas de moda deben invertir esfuerzos en la búsqueda de materiales alternativos al algodón convencional. Debe tratarse de soluciones realistas, pero diseñadas para modificar radicalmente la situación del sector. Una de sus claves consiste en la colaboración entre todas las partes interesadas.

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Anita Chester, a la izquierda, con la periodista

Problemas ambientales de las diferentes materias primas

Muchas de las fibras actualmente utilizadas por el sector de la moda –sigue diciendo Anita Chester- tienen un impacto social y medioambiental importante. La viscosa, por ejemplo, está asociada a la deforestación y al abuso de productos químicos en su proceso industrial. Las fibras sintéticas exigen menos agua y suelo que las fibras celulósicas, pero su producción está basada en materiales fósiles y requiere mucho consumo energético. Además, no son biodegradables y desprenden microfibras al medio ambiente.

El algodón, por su parte, representa el 90% de todas las fibras textiles usados en nuestro sector. Su cultivo está muy generalizado en 80 países de todo el mundo, donde exige una inversión intensiva. Si el cultivo es convencional, consume grandes cantidades de pesticidas, herbicidas y agua. El algodón orgánico consigue menos rendimiento por hectárea que el cultivo algodonero tradicional, pero tiene menos costes, lo cual beneficia a sus agricultores. El problema es que la producción de algodón orgánico supone todavía menos del 1% de toda la producción mundial de algodón. Su cultivo se enfrenta a problemas que impiden una adopción más generalizada.

Por todo ello, la Fundación C&A está trabajando con más de 40.000 agricultores de todo el mundo, para ayudarles en su transición hacia el entorno orgánico.

Otro reto clave del sector son los desechos. El 75% de los materiales usados en el procesamiento textil/moda a lo largo de toda su cadena de valor termina en los vertederos. Solo un 1% de todos los materiales usados en nuestro sector son reciclados para crear nuevas prendas.

C&A y otras marcas avanzan ya en la dirección correcta

En 2017, C&A sacó ya al mercado sus primeros productos con la certificación Cradle-to-Cradle Gold en tiendas de Europa y América. Actualmente esta gama de productos incluye ya prendas femeninas, masculinas, juveniles e infantiles. Por otro lado, después de probarlo en Holanda, ha implantado en Bélgica, Luxemburgo y Suiza su sistema de recogida en tiendas de prendas ya usadas.

Gracias a la dinámica instaurada por C&A otras empresas avanzan también en la dirección deseada: Ikea alcanzó ya en 2017 sus objetivos en el uso de algodón sostenible y se propone alcanzar en 2030 una meta más ambiciosa: que el diseño de todos sus productos siga los principios de la economía circular y use solo materiales reciclados y renovables.

Por su parte, Adidas y Parley (organización dedicada a promover la lucha contra los plásticos marinos) siguen manifestando su preocupación por los peligros de la polución oceánica con plásticos. Su calzado usa ya Parley Ocean Plastic, un textil patentado fabricado con plásticos marinos reciclados, una tecnología que será usada pronto por otras marcas también sensibles al futuro del medio ambiente.

El salto hacia las materias primas ecológicas

Muchas marcas han comenzado a explorar su futuro con el objetivo de acercarse a horizontes más ecológicos. Son conscientes de que los consumidores tienden a ahorrar dinero comprando productos de fast fashion. Sin embargo, algunas empresas están implantando modelos de negocio con más futuro. Es el caso, por ejemplo, de Mud Jeans, que plantea el leasing de las prendas y que, por lo tanto, contribuye a reducir el uso de nuevas materias primas.

North Face, por su parte, lanzó en junio de este mismo año su colección North Face Renewed, una gama de productos basados en la reutilización de artículos defectuosos o devueltos a las tiendas, que son limpiados y reparados hasta tener el mismo nivel que cualquier prenda nueva, pero que son vendidos online a precio reducido. Constituye un ejemplo de economía circular, con el que las empresas pueden seguir haciendo negocio reutilizando las materias primas ya usadas anteriormente.

Anita Chester termina la entrevista reconociendo que un cambio de esta magnitud es necesariamente lento, pero que poco a poco veremos un cambio hacia el uso de materiales reciclados y reciclables. A ello contribuirá poderosamente la creciente conciencia de los consumidores, conscientes de los problemas que suponen el cambio climático y la polución. Los empresarios no tendrán más remedio que hablar el mismo lenguaje que los millennials y actuar en consecuencia.

+ Info: www.fundacioncya.org