El objetivo es protejer la propiedad intelectual de las marcas y los diseños, porque según el vicepresidente de la asociación zapatera de Elche, Antonio Medina, el plagio implica una merma en las ventas y pone en peligro puestos de trabajo y líneas de moda originales. El primer paso de la asociación, que cuenta con el apoyo de la Federación de Industrias del Calzado Español (FICE), es abrir una oficina central en Elche, en la misma sede de la asociación de industriales ilicitanos, destinada a la detección de copias en el mercado. Por el momento, cuentan ya con un abogado dedicado en exclusiva a canalizar demandas por plagio y tienen previsto crear una base de datos con los infractores que hayan detectado. Medina ha explicado que cerca del 90% de los plagios tienen un origen asiático y que los productos copiados «son de precio y calidad muy inferior, lo que repercute en que el producto queda quemado en el mercado». Los empresarios que han acordado unirse proceden de Elche, Elda, Petrer, Villena, Almansa y Fuensalida, principalmente, y entre las firmas figuran Pikolinos de Elche o Hispanitas de Petrer.