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Bally nació hace ciento cincuenta años y su éxtio está basado en seguir haciendo zapatos a mano de una gran calidad. La entrada de Texas Pacific, el fondo de capital riesgo estadounidense, ya se está dejando notar y su intención es corregir a toda costa cifras como la de los 12.306 millones de pesetas que Bally perdió en 1998.Su primera medida será el cierre de unos cien establecimientos de los que Bally tiene en Europa, centrando la actividad en una red de 110 tiendas. El grupo zapatero tiene en total unos 420 establecimientos en todo el mundo. Dentro de esta medida, la compañía asegura que intentará que haya el menor impacto posible sobre los trabajadores, aunque se pueden ver afectados unos 500. Otras medidas consistirán en dejar de fabricar en la localidad suiza de Schönenwerd y trasladar parte de la producción a Caslano para estar más cerca de los distribuidores más importantes. Además, quieren abrir un nuevo centro de piel y moda en Ticino (Suiza).En España el impacto de estas medidas va a ser muy leve ya que únicamente disponen de dos centros: uno en Madrid y otro en Barcelona. El grupo también vende a través de franquicias, espacios diferenciados en zapaterías y en algunos puntos de los grandes almacenes El Corte Inglés. El precio medio de un par de zaptos Bally oscila entre las veinte y las veintiséis mil pesetas.