Cariaggi, hilatura italiana de gama alta, que trabaja sobre todo con cashmere y con lanas peinadas, hizo una presentación en Barcelona para dar a conocer la filosofía de la empresas y sus productos. Tuvo el acierto de realizarla en el Palacio de Pedralbes, donde también ofreció a los participantes una visita guiada a la exposición El Cuerpo Vestido, dirigida por la directora y conservadora del Museo.
Pinker Moda aprovechó la ocasión para charlar con la actual directora general de la empresa, Cristiana Cariaggi, que forma parte de la tercera generación de la familia fundadora, y con Renato Cotto, director general de Cariaggi International. Les planteamos ante todo la actual situación del textil italiano que en el primer semestre de 2009 perdió un 30% de su producción, factuación y exportación.

Un inicio de recuperación

– A la vista de estas cifras, ¿cómo ven el futuro inmediato del sector?
– Estas cifras constituyen una realidad, que afecta tanto al mercado interior como a las ventas en el exterior. Cariaggi también está sufriendo la debilidad del mercado, pero nos mantenemos mucho mejor. A lo largo de estos 6 meses hemos perdido ventas en algunos mercados tradicionales, pero las hemos aumentado un 5% en Francia y un 12% en Japón, y nos mantenemos estables en el mercado doméstico, que supone el 70% de nuestra facturación, que en 2008 alcanzó los 67 millones de euros. El resto la realizamos en un total de 28 países. En todo caso, vista la situación, estamos abriendo nuevos mercados exteriores, como ahora queremos hacer en España.
Pensamos que en los salones de esta temporada se ha notado cierta perspectiva optimista a medio plazo, se ha visto ya cierta recuperación. En este momento, estamos trabajando sólo con los envíos de muestras, pero ahí se nota ya una mejora respecto al año pasado.
Durante las dos temporadas anteriores bastantes compradores –por ejemplo, los estadounidenses– compraron menos de lo necesario para evitar el más mínimo riesgo de exceso de stocks. Ahora, tienen que recuperar los niveles habituales.

Una decisión clave

Por otro lado, como usted sabe, el textil ha pasado ya por numerosos períodos de crisis, por ejemplo la de los años ‘90. Nosotros entonces nos planteamos las preguntas clave del momento: ¿vamos a migrar o no? ¿Cómo podemos seguir siendo competitivos manteniendo la calidad y el servicio?
Y tomamos nuestras decisiones: no vamos a bajar calidades, no vamos a caer en la tentación del outsourcing total. Mantendremos la producción en Italia, mantendremos la calidad y la inversión constante que exige. Vamos a poner la tecnología al servicio de la calidad, no del volumen. Y fijaremos unos precios que sean competitivos.En otras palabras, decidimos invertir en I+D, en nuestros equipamiento técnico y en la formación de nuestro personal para poder rebajar los costes, porque es posible hacerlo. Decidimos seguir ofreciendo calidad y servicio a 360º.
Toda esta evolución aparece reflejada en el libro Cariaggi. A 50 year journey, que distribuyó a los asistentes. Incluyen estudios sobre el cashmere y la vicuña con un análisis detallado de los animales que los producen: la Capra Hircus Laniger y la Vicugna Vicugna.

50 años de calidad

Nuestra empresa nació en 1958. Ahora está dirigida por la tercera generación de la familia fundadora. Ha sido siempre una empresa preocupada de verdad por la calidad, por su plantilla, por sus clientes, etc. Ofrecemos producto de gran calidad y un servicio impecable, con stocks de colores básicos que nos permiten servir el hilo en pocas horas. Para ello estamos invirtiendo constantemente en nuevos equipos, a veces en la digitalización de equipos antiguos que resulta difícil sustituir.
Para asegurar la calidad de la materia prima, creamos hace ya algunos años una empresa mixta en China para asegurarnos el aprovisionamiento estable de cashmere de alta calidad –una fibra larga con muy poco peeling–, que procede sobre todo de los rebaños que pastan en los altiplanos cercanos al desierto del Gobi. Allí realizamos su primera preparación antes de su envío a Italia.
También trabajamos con lana merino, procedente de zonas privilegiadas de Nueva Zelanda –como los alrededores de los lagos Pukaki, Tekapo y Ohau–, donde el clima y el entorno natural aseguran la máxima calidad, con Cervelt, que procede del ciervo rojo de Nueva Zelanda, con vicuña, que vive en los Andes, a alturas entre los 4.000 y 5.000 metros.
Ahora estamos trabajando en el tema de la trazabilidad, que desde ir desde la prenda final hasta el origen de su materia prima. El hilador, por ejemplo, debe saber de dónde procede, en qué circunstancias se consigue. Nosotros, por ejemplo, tenemos certificado que ni un sola oveja que nos da su lana sufre el mulesing. Nuestros ganaderos han conseguido alternativas viables.- ¿En qué salones suelen exponer?- Los del sector de la hilatura para punto: Pitti Immagine Filati, en Florencia, y Spin Expo, en sus ediciones de Shanghai y Nueva York, que acaba de nacer.- ¿Se va a comer la edición de Nueva York a la de Shanghai?- No sé, pero el hecho es que ha nacido con fuerza y, por supuesto, bastantes compradores occidentales –y, por supuesto, los estadounidenses– preferirán ir allí a ver las colecciones que a Shanghai.- ¿Tienen alguna opinión sobre la situación del sector textil en España?- Sabemos que el país eliminó una parte importante de su sector textil, especialmente en hilatura. Pero, al mismo tiempo, dispone de una gran creatividad. Y los consumidores –como en toda Europa– quieren calidad, barata pero calidad al fin y al cabo.