En el colectivo de los diabéticos, el empleo de un calzado y una plantilla adecuados es una de las medidas preventivas de mayor eficacia, ya que son más propensos al desarrollo de lesiones en los pies, y de las personas con enfermedades crónicas.El proyecto beneficiará también a todos los usuarios de calzado profesional, de los cuales casi la mitad reconoce tener problemas en su trabajo, según ha informado el presidente de INESCOP, José María Amat, quien ha señalado que el objetivo de su proyecto es ayudar a colectivos sociales que tiene problemas en su ejercicio profesional por “no poder usar un tipo de calzado obligatorio”, que les puede causar patologías bastante graves.Para ello, INESCOP prevé dos niveles de actuación que abarcan desde la adaptación de plantillas y calzado a aquellas personas con problemas más débiles hasta aquellos usuarios que poseen una morfología anormal, para lo que se emplearán sistemas de digitalización que permitan personalizar el calzado.El segundo proyecto, que llevará a cabo el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV), persigue la integración de las personas con discapacidad en el sector financiero, lo que constituye el primer estudio de ese tipo que se hará en España, según el director del IBV, Pedro Vera. El IBV identificará los puestos de trabajo tipo, determinará los requerimientos y estudiará las características de las personas con discapacidad para facilitar su integración al mundo laboral.Vera ha indicado que, de los cuatro millones de personas con discapacidad en España, alrededor del 65% está inactivo, a pesar de encontrarse en edad de trabajar.Este es uno de los dos proyectos de interés social que ha firmado Caja Mediterráneo (CAM) con la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (REDIT), orientados a personas con discapacidad y con enfermedades crónicas.