Calzado Pikolinos diseñado y fabricado en Kenia por mujeres Maasai
Pikolinos consolidaba así el proyecto de diseño, fabricación y comercialización alternativa y sostenible con la comunidad Maasai, que empezó el pasado año y que esta temporada llega, además de a España, a países como Francia, Estados Unidos, Rusia o Reino Unido, que han apostado fuerte por esta colección.
En el acto de presentación, el líder Maasai quiso destacar la importancia de “haber permitido a la mujer Maasai tomar un papel protagonista en el desarrollo de la comunidad, al tiempo que ha agradecido que se pongan en marcha proyectos de desarrollo sostenibles en el tiempo y respetando la cultura”.
Por su parte, el vicepresidente de grupo Pikolinos, Juan Manuel Perán, destacó la “importancia de llevar a cabo acciones de cooperación sobre el terreno, aportando los instrumentos para el desarrollo. Ojalá que otras firmas, a nivel mundial, vean que otra forma de hacer las cosas es posible y sigan el camino que hemos marcado”.
Este proyecto, en el que las mujeres maasai han bordado de manera artesanal la piel de los zapatos y bolsos con su artesanía típica, ya ha permitido mejorar la calidad de vida de toda la comunidad mediante el pago de salarios justos, contribuciones a la comunidad y, gracias a la interactuación de otras entidades, la construcción de una escuela para más de 400 niños en plena sabana africana.
Con esta segunda Colección Maasai, compuesta por mocasines, sandalias y bolsos, que por primera vez llega a los puntos de venta internacionales, Pikolinos da un paso más en su visión de la Responsabilidad Social Corporativa, demostrando su interés en colaborar con los más necesitados además de ser pioneros en la búsqueda del desarrollo del comercio justo. Además, los beneficios íntegros de la venta de estos zapatos están destinados a proyectos de desarrollo en el Maasai Mara.
Gracias a este proyecto, las mujeres de esta comunidad han logrado ganar, por primera vez, un salario, algo reservado como en otros muchos lugares de África exclusivamente a los hombres. Pero lo más importante es que el trabajo que realizan les permite mantener su cultura y su estilo de vida (la tribu Maasai está declarada en peligro de extinción por Naciones Unidas). El resultado de este proyecto es que más de 1.000 familias Maasai tienen una fuente de ingresos estable que les permiten acceder a bienes básicos como comida o medicamentos.
La comercialización de una línea étnica de calzado por parte de Pikolinos surge de la colaboración con la Asociación de Desarrollo, Comercio Alternativo y Microcrédito (ADCAM), dirigida a la promoción de proyectos sociales en diferentes lugares del mundo, y especializada en educación, mujer y microcrédito.