Birkenstock presenta una colección de ‘homewear’ con Parachute
Birkenstock se alía con Parachute, una marca estadounidense de artículos para el hogar, con una colección de zuecos y zapatillas de estar por casa más calentitas.
Birkenstock se ha asociado con Parachute, marca estadounidense de artículos para el hogar creada en 2014, para crear una línea de zapatillas con forro de piel. Su colaboración se basa en el compromiso de ambas marcas de ofrecer calidad y comodidad en sus productos.
Ariel Kaye, fundadora de Parachute, ha mostrado su entusiasmo sobre su asociación con Birkenstock. «Personalmente, he sido una gran fan de Birkenstock desde que tengo memoria. Uso sus zapatos casi todos los días. En 2020 tuvimos nuestra primera conversación con el equipo y quedó claro que compartimos los mismos valores y compromiso con la comodidad y la calidad. En Parachute nos encanta asociarnos con marcas que tengan nuestro mismo sentido estético. También nos gusta que sus artículos resulten funcionales e inspiradores para los consumidores. Birkenstock fabrica un calzado muy cómodo; nosotros procuramos fabricar los productos más cómodos para el hogar. Es una combinación perfecta».
Por ahora, los artículos de la colección están disponibles exclusivamente a través de las páginas webs de Parachute y Birkenstock. Más adelante, llegarán también a los detallistas que trabajan con estas marcas.
Modelos destacados de la colección
La colección incluye una línea en color aguamarina llamada Agave. Está inspirada en la ropa de cama Parachute en el mismo tono. También está disponible en ella la opción Mink, que es un tono marrón que ya existía.
También destaca la zapatilla Zermatt Premium Slipper, que tiene un precio de 180 dólares. Presenta un forro de piel de oveja, además de una suela exterior de EVA para que descansar en interiores o exteriores, proporcionando una sensación de lujo. Para celebrar la asociación, Parachute ha combinado las nuevas zapatillas con batas en gasa Organic Terry.
Birkenstock: 250 años de historia
Birkenstock nació en Alemania en 1774, hace ahora 250 años. La fundó un zapatero experto que ya tenía una preocupación por conseguir que los pies de sus clientes se mantuvieran sanos, un objetivo difícil en aquella época, sobre todo en zonas rurales o industriales. Un siglo más tarde, en 1896, estableció su sede en Frankfurt, que en aquel momento era uno de los centros más importantes de Alemania en producción y comercio de calzado.
A fines de siglo, la marca buscó crear un calzado anatómico. En torno a 1920, desarrolló unas suelas flexibles, que con el tiempo se convertirían en el denominado System Birkenstock, que respondía al deseo del Naturgewolltes Gehen: andar de la forma más natural y sana posible. 40 años más tarde desarrolló las sandalias y zuecos con el footbed -la suela interior- que ya patentó.
Birkenstock se lanzó a la producción masiva y a la diversificación de sus modelos, entre los que tienen una especial relevancia Zurich, Madrid, Arizona, Boston, Gizeh, etc. Ahí se encontró con un problema: su deseo de producción industrial chocaba con el anhelo de customizar en la medida de lo posible su calzado. En todo caso, y como no quería trasladar su producción a países emergentes, decidió crear fábricas en la Alemania Oriental, quizá también como contribución al desarrollo económica de esa zona.
Para más información: https://www.birkenstock.com/us/campaign/parachute/ y https://www.parachutehome.com/