La tendencia que marca el invierno es de una elegancia que se apoya en lo sobrio, simple y sencillo. Colores pálidos, grises, negros y beige, metalizados y aspectos sedosos, en busca del destello y la sorpresa. Desaparece prácticamente el estampado y la ilustración, dando pie al juego de texturas, de armonías de color, de cortes y volúmenes.En este contexto, el complemento asume un papel de protagonista en la silueta de hombre urbano. En las pasarelas de moda masculina de París y Milán hemos visto bolsas de mano de grandes dimensiones, en cuero, limpio o envejecido, en colores o metalizados, siempre acorde con cada estilo.

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