Cremalleras Rubí debía 600.000 euros a entidades financieras, 700.000 euros a trabajadores, 800.000 a proveedores y 1,4 millones a ex trabajadores. En total, la deuda ascendía a 3,5 millones de euros, de los cuales la empresa se compromete a liquidar 2,45 millones, por la condonación del 30%.

Cerró 2010 con un volumen de negocio de ocho millones de euros y pérdidas de alrededor de 100.000 euros.