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La excesiva expansión de la firma y el cambio de los gustos del consumidor no le está sentando nada bien a Crocs. El fabricante de calzado planea salir de los contratos de arrendamiento de 75 a 100 tiendas y despedir a 180 de sus 5.000 empleados, entre ellos, 70 puestos de trabajo dentro de su sede. Asimismo, la compañía prevé recortar el número de estilos que vende entre 30% y 40%, y deshacerse de algunas categorías, incluido el calzado de cuero y los zapatos de vestir fabricados bajo la marca Elite, centrándose así una vez más en las sandalias, mocasines y otros zapatos casual.

En palabras de Andrew Rees, presidente de Crocs, “la compañía debe hacerse más pequeña para mejorar la rentabilidad”. Para ello, planea cerrar o convertir 75-100 tiendas de las 600 que tiene en el mundo.

* Para más información: https://www.crocs.com