Este grupo de empleados, entre los que figuran directivos, técnicos o mandos intermedios, ha accedido al recorte, después de que a finales de octubre la textil ejecutara, con el visto bueno del juez, un expediente de extinción de personal de estructura, un total de 74 despidos. En declaraciones a Europa Press, fuentes sindicales han explicado que, dada la situación, el personal que estaba muy por encima del convenio asumió a finales de año este recorte, ya que uno de los ejes del plan de supervivencia de la empresa pasaba por mejorar la eficiencia y reducir los gastos generales.En paralelo, plantilla y dirección han pre acordado un nuevo ERE temporal de 50 días que afectará a toda la plantilla en España, un total de 238 empleados. Según la textil, este expediente permitirá el tránsito de la situación actual de debilidad de la demanda a una recuperación en ventas prevista para el segundo semestre del año.Para ello, la compañía considera clave salir de la situación de concurso, que prevé que suceda durante el mes de abril, para lograr recuperar la confianza de los principales clientes y aprovechar el tirón de colecciones desarrolladas a partir de la nueva orientación estratégica.Beneficios en TailandiaDogi, que la semana pasada comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sus resultados correspondientes al pasado ejercicio, subrayó que la única filial del grupo que registró beneficios fue Penn-Asia Tailandia, donde esperan mantener la línea de crecimiento de cara a 2010, aunque se prevé un encarecimiento de algunos suministros, sobre todo los costes energéticos.En Sri Lanka, Dogi ha reducido su actividad para reorganizarse para lograr cerrar en los últimos meses de este año cerrar con beneficios, mientras que Dogi China ha seguido un proceso de reestructuración similar al de España, y ahora cuenta con la cartera de pedidos más potente del grupo.La textil catalana Dogi redujo sus pérdidas un 59,8% en 2009, hasta los 39,26 millones de euros, frente a los 59,2 millones de números rojos obtenidos en el ejercicio anterior. La facturación del grupo, con sede en El Masnou (Barcelona) y que preside de Josep Domènech, sufrió una importante caída, situándose el pasado año en los 65,6 millones de euros, frente los 117 millones de 2008.