Dogi cierra 2006 con pérdidas
Dogi International Fabrics responsabiliza este descenso del volumen de negocio a la desaceleración del mercado europeo por culpa de la deslocalización de sus clientes, lo que afecta sobre todo a la planta de El Masnou, en la que trabajan unas 500 personas. Para ello, ya ha anunciado que ha reservado una partida de 1,5 millones de euros para afrontar el recorte de plantilla que afectará a unos 60 trabajadores de esta fábrica y que se llevará a cabo este trimestre.Otros motivos que apunta la empresa son el incremento de los costes energéticos y de materias primas, las ineficiencias de la puesta en marcha de la ampliación de la fábrica de China (que opera a plena capacidad desde finales del pasado verano), los intereses pagados a los obligacionistas (cifrados en 1,1 millones de euros) y los gastos previstos en el expediente de regulación de empleo que llevará a cabo este trimestre. También suman los 1,5 millones de euros de activos que deberán darse de baja con motivo del traslado de la planta del Masnou a las afueras de la misma localidad, una operación que acumula retrasos y que espera finalizar este año.Las medidas para salir del bache se contemplan en el nuevo plan de negocio que el consejo de administración de la empresa ha preparado para este año y que incluye una profunda reestructuración del grupo: reducción de personal, mejoras en la cadena logística y de producción, y optimización de los costes energéticos y de estructura. El objetivo es ahorrarse cinco millones de euros.Por otro lado, Dogi explica también que el proceso de adquisición de la compañía estadounidense EFA se encuentra en su fase final y espera concluir el tema a finales de marzo. EFA cerró el año con ventas de 36,9 millones de euros, un beneficio operativo (Ebitda) de 5,2 millones y un beneficio neto de 1,6 millones.En cuanto a la alianza empresarial en Sri Lanka, Dogi estima que la sociedad inicie su actividad industrial este verano y empiece a producir en septiembre.Ampliación reciente de capitalEl presidente, consejero delegado y accionista de referencia del grupo, Josep Domènech, ha pasado de controlar el 29,2 al 25% del capital de la compañía tras la ampliación de capital de 39,35 millones de euros en acciones. El objetivo es el de financiar nuevas inversiones a corto y largo plazo, como la reciente compra de EFA, el traslado de la planta del Masnou y la puesta en marcha de la de Sri Lanka.