La patronal española del calzado ha querido quitarle dramatismo al incidente y explica que sólo deben interpretarse dentro del clima de disputa comercial y como represalia ante las medidas antidumping impuestas por la Unión Europea, así como una manera de querer deteriorar la imagen del producto europeo, cuyo valor es la calidad, la innovación, el diseño y la marca.Desde FICE se insiste así que se trata de una acción aislada, «de dimensión reducida y localizada en una zona muy concreta en un país de enormes dimensiones». También ha avanzado que esta cuestión se pondrá sobre la mesa en la próxima reunión del comité ejecutivo de la Confederación Europea del Calzado, prevista para el 11 de enero.Protesta antidumpingUna de las marcas de zapatos que las autoridades locales de la región de Zhejiang decidió quemar es la española Callaghan. El gerente del Grupo Hergar, Basilio García Morón, ha explicado a la Agencia Efe que la quema fue «una acción con efecto propagandístico para el consumo interno, en propuesta por las medidas antidumping de la UE» y ha añadido que «no tiene sentido que digan que quema calzado por su mala calidad, porque estamos hablando de marcas como Hugo Boss, Clarks o nosotros mismos, que son de bandera».Asegura que «han buscado las marcas más representativas que están vendiendo en China y han querido montar un poco de show como protesta por el tema antidumping» e insiste en que «es la reacción que tienen en esta provincia de Zheijiang y no una acción del gobierno chino». El empresario subraya que «el antidumping no ha hecho gracia a los fabricantes locales chinos, que habrán presionado a los políticos y los políticos han contestado de esta manera».