Consideran que el plagio implica un descenso en las ventas, lo que repercute en la producción y en los puestos de trabajo de las empresas españolas. Por el momento, la primera acción que han emprendido ha sido la apertura de una oficina en Elche, en la misma sede de la patronal ilicitana, que se encargará de detectar copias en el mercado. Para ello, cuenta con un abogado que se dedicará de manera exclusiva a canalizar demandas por plagio y a crear una base de datos de supuestos infractores. El empresario Antonio Medina, uno de los impulsores de esta iniciativa, ha explicado que el plagio es «como un delito de apropiación indebida de la propiedad intelectual» y que, además de ser un engaño al consumidor, «merma las ventas y pone en peligro puestos de trabajo». En este sentido, apunta que, en alguna ocasión, algunas marcas se han visto obligadas a paralizar la producción de una línea de moda completa al estar el mercado inundado de copias que se vendían hasta un 60% más barato y convertían el modelo en vulgar.Otro ejemplo de ello lo protagoniza Hispanitas, que el año pasado logró incautar en Alicante, Barcelona y Madrid, cerca de 10.000 pares de zapatos copiados de sus modelos.Medina ha recordado que el 90% de los plagios tiene un origen asiático y ha subrayado que, en su empresa, la copia le ha supuesto un 10% menos de ventas en Italia. Hace hincapié en que es un engaño y un delito y cree que la justicia, por no querer provocar alarma social no está actuando con la intensidad y rapidez deseable.