El salón parisino del Pret-a-Porter definió las tendencias para la próxima temporada bajo el título de contrastes. Si todo está inventado, queda buscar la originalidad en la mezcla y encontrar la inspiración en la unión de los opuestos. Para concretar todo esto, el salón propuso 3 temas –composing attitude, re-mixing attitude y puzzle attitude– que presentó a través de las tres plantas del edificio que ocupa la feria.

De este modo, en la planta primera centró la oferta de composing attitude: concepto centrado en la feminidad, la funcionalidad y la sofisticación. Busca el equilibrio en la armonía entre colores sensibles, juegos de transparencias y en los reflejos en blanco y tonos naturales que aportan originalidad y luminosidad. Traza un estilo inspirado en la camisería, en el traje para el trabajo, siempre bajo una óptica actual. En los colores, se imponen los neutros sofisticados y los cálidos, así como el turquesa. Y, en cuanto a los tejidos, se pone el acento en las texturas rústicas, en los algodones, tejidos en canalé, piqués, shantung, etc.

En la segunda planta, se expuso el tema re-mixing attitude, que busca la sensualidad en contrastes fuertes, en la unión de tejidos ligeros y volátiles con tejidos estructurados y arquitectónicos, y en el juego de estampados, con efectos brillantes, rotos, rayas y cortes que crean estructuras complejas y buscan nuevos equilibrios. Se topa así con un estilo de inspiración masculina, de líneas desestructuradas, que juega con formas y volúmenes. Los colores son, por un lado, intensos, y, por otro lado, helados. Se imponen también los encajes, jaquards… En tejidos, predominan las gasas, el tafetán con contrastes en mate y brillo, etc.

Y, en el último nivel, el puzzle attitude, un concepto que encuentra la poesía en la mezcla y la improvisación, de influencias tribales, estéticas de todo el mundo, de ayer y de hoy… y especial acento en enfoques naïf y románticos. Impone un estilo de formas eclécticas, con juego de volúmenes y de formas, intentando unir, por ejemplo, la estética de los setenta con la de los cincuenta. En cuanto al color, los tonos metálicos se mezclan con los pasteles sobre fondos blancos, y, referente a los tejidos, priman los algodones de aspecto usado, los bordados… El denim es omnipresente, el lino se impone en su versión más natural, especial acento en las muselinas, los plisados, etc.

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