Desde hace ya varios años, la industria de la moda está avanzando hacia un modelo más responsable a nivel medioambiental. Actualmente, sus primeros esfuerzos en materia de sostenibilidad están empezando a dar sus frutos y a ser positivamente valorados por parte de los consumidores finales. Ante este escenario cambiante, el IFM (Institut Français de la Mode) – Première Vision Chair, ha hecho un nuevo estudio sobre el progreso de la moda sostenible.

Lo ha hecho a través de una encuesta a 5.000 personas de Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y Estados Unidos. Gracias a la misma, tenemos una idea más clara sobre cómo vemos la moda eco-responsable y cómo esta percepción afecta a nuestras compras.

El estudio IFM-Première Vision sobre el progreso de la moda sostenible, realizado por primera vez en 2019, brinda información sobre la dinámica en el trabajo en términos de eco-responsabilidad y nuevas evoluciones, ayudándonos a guiar a toda la industria en la comprensión de este nuevo panorama. Presentamos a continuación las cuestiones más destacadas de la presente edición del informe:

el progreso de la moda sostenible

1. La moda sostenible ha sido escuchada

La primera lección que se extrae de este estudio es que la moda parece haber iniciado su evolución hacia la eco-responsabilidad a los ojos del gran público. Percibida hasta hace poco como una de las industrias más contaminantes, su transformación incipiente se ha empezado a visibilizar ante los consumidores.

Los indicadores lo confirman: la estrategia iniciada hace años por las grandes casas de lujo, seguida después por el conjunto de la industria, está siendo más comprendida y valorada. “La imagen de la moda está mejorando. Se están notando los esfuerzos que hacen las marcas, especialmente en materia de información y transparencia”. Así lo asegura Gildas Minvielle, directora del Observatorio Económico IFM.

En respuesta a la pregunta “¿Es la industria de la moda más o menos respetuosa con los criterios medioambientales que otros sectores?”, el 64,3% de los encuestados franceses dijo que era igual o más respetuoso. Esta cifra representa 6 puntos más que hace tres años, cuando el lado estético de la moda parecía entrar en conflicto con las preocupaciones ambientales de los consumidores. Esta evolución también se puede ver en Alemania (67,8%, +8 puntos) y alcanza sus cotas más altas en Italia y Estados Unidos, donde el 74,7% y el 81,5% de los encuestados, respectivamente, consideran que la moda es tan respetuosa con el medio ambiente o más que otras industrias.

¿Qué pasa con sus compras reales? En un contexto económico complicado —las ventas de ropa y textiles aún no han recuperado los niveles de prepandémicos de 2019—, el presupuesto destinado a moda eco-responsable va en aumento. Concretamente, ha pasado de 136,5 euros a 148,6 euros por persona y año en Francia. En el caso de Alemania, la cifra ha incrementado de 148 a 212 euros y en Estados Unidos de 171 a 230 dólares.

Sin embargo, la ropa “verde” todavía tiene un largo camino por recorrer antes de convertirse en una parte tan importante de nuestros hábitos de compra. Por ejemplo, mientras que el 68% de las mujeres (con los hombres siguiendo la misma tendencia) compraron alimentos orgánicos y el 63% compraron cosméticos orgánicos en el último año, solo el 44,9% de los franceses eligieron ropa eco-responsable. Esto es más que en el Reino Unido (42%) pero menos que en Italia (54,4%).

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2. Ecología y belleza van de la mano

Los factores subyacentes pueden explicar el auge de la moda sostenible, comenzando con una mayor conciencia de los problemas ambientales. Sin embargo, el estilo también importa. En este sentido, ha habido un cambio en la mente de los consumidores: la moda eco-responsable se ya es compatible con las tendencias y la elegancia.

Esta es una gran noticia, y que deja atrás la dicotomía “sostenible vs bello”, que ha prevalecido durante mucho tiempo. En los cinco países encuestados, nueve de cada 10 personas consideran que los productos sostenibles están de moda; 8 puntos más en Francia y 13 en Alemania con respecto a 2019. Estos datos demuestran que el cambio iniciado por algunas marcas de lujo hace varios años se está imponiendo.

3. Consumidores más informados

Hace apenas tres años, la falta de información se citaba como el principal obstáculo para comprar ropa eco-responsable. Entre los no compradores, más de la mitad de personas encuestadas en Francia (50,4%) dijo que su razón para no apostar por este tipo de moda era que no sabía lo suficiente sobre el tema. En 2022, el nivel de información entre el público francés había aumentado considerablemente y esta cifra había caído al 33%. De hecho, el número de consumidores que se consideran bien informados se ha duplicado en algunos países, pasando del 18% al 36% en Alemania y del 32% al 57% en EUA.

Además de una mayor conciencia, es más probable que los consumidores sepan dónde encontrar estos productos en sus tiendas locales. Prueba de que la industria está dando un giro en términos de transparencia y ha alcanzado un mayor nivel de madurez en estos temas.

el progreso de la moda sostenible

Entre los canales de información preferidos por los clientes destacan:

  • La propia etiqueta de la prenda es con diferencia el canal de información más popular en todos los países encuestados. Más del 70% en Francia y entre el 60% y el 70% en el resto de mercados, según el estudio sobre el progreso de la moda sostenible.
  • La información proporcionada directamente en el punto de venta.
  • Otras fuentes de información, como la web de la marca, los medios de comunicación o las redes sociales, quedan muy rezagadas.

4. Durabilidad, reparabilidad y segunda mano

En 2022, los consumidores consideraban que las materias primas son muy importantes. En este sentido, empezaron a buscar materiales que puedan considerarse eco-responsables (ya sean naturales o no), reciclados y fabricación de alta calidad, libres de productos tóxicos.

La importancia de los materiales se ve reforzada por tres poderosas dinámicas:

Durabilidad

Comprar con menos frecuencia y conservar los artículos durante más tiempo. La búsqueda de ropa duradera está creciendo. Como resultado, se presta más atención a los materiales con los que están hechos y su calidad, lo que afecta directamente la vida útil de un producto.

Esta búsqueda de durabilidad se alinea con la de responsabilidad, que sigue estando muy estrechamente vinculada a los materiales en la opinión del público. Concretamente, en Francia, el 37,7 % de los encuestados cita los materiales como la primera métrica de responsabilidad ecológica.

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Reparabilidad

La idea de reparar la ropa se está extendiendo rápidamente. El informe sobre el progreso de la moda sostenible asegura que en 2022, el 64,2% de los encuestados franceses aseguraron haber reparado (o hecho reparar) al menos una prenda. La cifra es aún más espectacular en Italia, donde alcanza el 82,4%. Ofrecido por ciertas marcas e incluso nuevas empresas dedicadas a este servicio, la tendencia hacia la reparabilidad es todo menos anecdótica. La confección se une a otros sectores donde se aprecia esta tendencia (muebles, electrodomésticos, decoración, etc.).

Segunda mano

El mercado mundial de segunda mano ha experimentado un auge y sigue creciendo. Aproximadamente una de cada dos mujeres y uno de cada tres hombres compraron un artículo de segunda mano el año pasado. Una tasa que sigue aumentando. Aunque antes debían su popularidad al hecho de que eran menos costosos, ahora los artículos de segunda mano también se eligen por otras razones.

Aunque sigue ocupando el primer lugar, el precio se cita con menos frecuencia como motivo de compra (68,6% de los franceses, frente al 74,8% tres años antes). Mientras que las credenciales medioambientales de la segunda mano ganan terreno (48% de los franceses, frente al 43%). Lo mismo ocurre con la durabilidad y la reparabilidad, ya que el sector de segunda mano exige prendas de buena calidad que puedan vivir varias vidas.

5. Crece el valor del “Made in”

Las percepciones de responsabilidad ambiental siguen estando fuertemente correlacionadas con la proximidad geográfica de los sitios de producción. Según la encuesta sobre el progreso de la moda sostenible, para ser considerada sostenible, una prenda debe fabricarse cerca del destino de venta según la mayoría de franceses (82,3%), italianos (79%) y estadounidenses (85%). “La definición de ‘hecho localmente’ se ha ampliado para incluir a nuestros vecinos europeos”, explicó Gildas Minvielle. Casi 6 de cada 10 franceses creen que una prenda hecha en Europa también ofrece garantías de responsabilidad ambiental. Una opinión que ha aumentado 13 puntos desde 2019. Sin embargo, todavía está lejos de la producción más local.

En Estados Unidos, este movimiento “regionalista” que se vive en Europa no es nada visible, mientras que el “localismo” está en niveles récord. Mientras que el 53% de los consumidores creía que un producto elaborado por sus vecinos centroamericanos podía ser considerado responsable, hoy solo el 28% lo cree.

6. Sed de información fiable

Los consumidores piden información clara y fiable sobre cómo se fabrica su ropa. De hecho, si bien la proporción de consumidores que sienten que tienen suficientes datos se ha duplicado en los últimos años, todavía representa solo un tercio de la muestra. Sin embargo, 6 de cada 10 personas en Francia dicen que una mejor información les animaría a comprar productos más sostenibles.

Así, tanto los compradores como las marcas anticipan los cambios regulatorios, ya sean nacionales, europeos o estadounidenses. Las etiquetas de certificación tienen un papel clave para guiarlos. Sin embargo, la gran variedad de las mismas (actualmente hay más de 400 etiquetas eco-responsables) dificulta su comprensión. De las 12 etiquetas seleccionadas y presentadas a los encuestados el conocimiento ha sido muy heterogéneo. En Francia, solo la etiqueta ecológica de la UE destaca con un 74% de conocimiento. Los demás se reconocen con dificultad.

A Better Way

el progreso de la moda sostenible

Junto a la cuesta sobre el progreso de la moda sostenible, Première Vision está lanzando «A Better Way”. Se trata de un programa sostenible para un abastecimiento más transparente que ayudará a la industria a adaptarse a estos nuevos desafíos. Se trata de una solución que analiza las iniciativas de los expositores de PVP y destaca sus esfuerzos ante compradores y visitantes.

Un pictograma específico garantiza compromisos verificados en cinco áreas: iniciativas sociales, impacto en el lugar de producción, trazabilidad, composición del producto, sostenibilidad y fin de vida. 290 fabricantes ya forman parte de A Better Way, diseñada para simplificar y guiar a un mercado que lo necesita.

Para más información: https://www.premierevision.com/en/

Pinker Moda

06.07.2023