Un equipo del EMPA, de Suiza, dirigido por Luciano Boesel, ha conseguido producir fibra óptica para sensores que resultan especialmente adecuados para soportes textiles.

18.04.2017.- Con su tecnología, la fibra óptica puede fabricarse directamente por fusión sobre artículos textiles, como si fuese un hilo, para equipar emisores y detectores, sobre todo para uso hospitalario. Las fibras resultantes –fibras ópticas poliméricas- son especialmente flexibles y se pueden usar dentro de un material tejido.

Tradicionalmente, estas fibras, que se asocian con tecnologías de la comunicación, no son suficientemente flexibles, asegura Maike Quandt, la primera autora del estudio, porque si se fuerzan demasiado resultan dañadas. El empeño de los investigadores es crear sensores que puedan integrarse en materiales textiles. En otras palabras, conseguir una fibra que pueda coserse y anudarse sin que se rompa.

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Soportan el lavado a máquina

Estos nuevos sensores textiles –que han sido presentados en el Journal of the Royal Society Interface- pueden fabricarse industrialmente y pueden resistir un ciclo de lavado para desinfectarlos. Gracias a estas características pueden usarse en el sector hospitalario para controlar la circulación de la sangre y prevenir la aparición de llegas en enfermos que pasan el día en la cama.

Los investigadores los probaron en un sombrero, que permitió controlar el ritmo cardiaco en la frente de los pacientes: normalmente el ritmo cardiaco se mide en partes delgadas del cuerpo, como un dedo o un lóbulo de la oreja. Sin embargo, enviando un rayo de luz a través del tejido y midiendo su intensidad, que cambia según el pulso, y que vuelve al detector, podemos determinar también el ritmo cardiaco.

Otra de las ventajas del nuevo sensor es que se puede usar en cualquier parte del cuerpo, porque mide la reflexión de la luz. Basta con que el sensor esté situado sobre la piel, en cualquier sitio.

Otras aplicaciones en desarrollo

El equipo del EMPA está ahora intentado mejorar este sensor textil para que pueda medir otros parámetros del funcionamiento del cuerpo humano. De momento, los hemos validado para medir el ritmo cardiaco –asegura Boesel- pero también podríamos medir la saturación de oxígeno o la capacidad metabólica del cuerpo.Además, aparte de su uso hospitalario, podría utilizarse en prendas deportivas, ya que no no causa ningún frotamiento en la piel.

Este proyecto de investigación ha sido desarrollado por el EMPA en colaboración con el Instituto CSEM, del Hospital Universitario de Zurich, y con el Centro Suizo de Paraplegia, en Nottwil.

EMPA, una historia de 137 años

El EMPA nació en 1880 dentro de la Escuela Politécnica Federal de Zurich, dedicado sobre todo al estudio de materiales para construcción. Más adelante, amplió su perpectiva hacia varios sectores de ingeniería mecánica. En 1937 pasó a depender del Swiss Text Institute de St. Gallen y a denominarse Swiss Federal Laboratories for Materials Testing and Research for Industry, Construction and Commerce, abreviado en EMPA. En 1962 se trasladó a una sede nueva en Dübendorf, cerca de Zurich, construida especialmente para él, donde pudo ampliar el ámbito de su trabajo. Desde 2001, se dedica sobre todo a la investigación y desarrollo de materiales, con una especial atención al sector de la nanotecnología.

Bajo el lema Research that Captivates, en 2005 celebró sus 125 años de vida. Tres años más tarde, lanzó un incubador de empresas. En 2010 revisó su catálogo de I+D para concentrarse en cinco áreas de especial interés (materiales nanométricos, entorno sostenible, salud, recursos naturales y energía) y en trabajos que sean comercializables. Aunque el textil no aparece entre sus actuales prioridades, algunos de sus desarrollos son aplicables a nuestro sector.

+ Info: www.empa.ch