Las vendas creadas por el EMPA suizo alertan al personal sanitario si una herida no cicatriza correctamente sin necesidad de quitar el vendaje.

31.07.2017- El EMPA suizo, una de las mejores instituciones europeas en I+D, ha desarrollado unas vendas, que cuentan con unos sensores que se iluminan con distinta intensidad si el nivel de Ph de una herida abierta cambia. Su aplicación permitiría controlar la evolución de las heridas, no solo en un recinto sanitario sino en el propio hogar de los pacientes. Más adelante podría crear una aplicación telemástica para que el paciente enviase los datos a su centro médico.

Este producto ha nacido especialmente para vigilar la evolución de las heridas crónicas. Normalmente, el personal sanitario debe cambiar sus vendas regularmente, no solo por razones de higiene, sino también para vigilar el proceso de curación de la herida. El cambio de ventas, sin embargo, es un proceso delicado que ofrece algunos problemas, porque puede doler e irritar la pìel, reabrir una herida medio cerrada, facilitar la entrada de bacterias, etc. El personal sanitario tendría un trabajo más fácil si pudiese controlar las heridas sin necesidad cambiar su vendaje. Este nuevo artículo textil permite hacerlo simplemente vigilando el color del sensor.

Este nuevo producto textil forma parte del proyecto Rusitex (fluorescente sensing integrated into medical textiles), financiado por la iniciativa suiza Nano-Tera.

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Gracias a ello, los investigadores de EMPA, junto con otros del ETH de Zurich, del Centro Suizo de la Electrónica y el Hospital Universitario de Zurich, han desarrollado este nuevo material textil. La solución desarrollada se basa en los cambios bioquímicos que se producen en el cuerpo humano a medida que una herida va cicatrizando. El nivel de glucosa, de oxígeno y de Ph tiene aumentos o disminuciones que se pueden detectar con los sensores adecuados. Cuando una herida se cura normalmente el Ph del cuerpo del paciente aumenta hasta 8 y después baja a 5 o 6. Si no cicatriza y se convierte en crónica, el nivel de Ph fluctúa entre 7 y 8. Los expertos involucrados consiguieron crear un instrumento de medida que controla esos tres parámetros.

Como explica Luciano Boesel, del laboratorio de membranas y textiles de biomiméticas del EMPA: los vendajes inteligentes con sensores integrados permiten proporcionar una información permanente sobre la evolución de una herida, sin que los vendajes tengan que cambiarse con tanta frecuencia como hasta ahora.

Ello significaría un trato mejor a los pacientes, menos trabajo para el personal sanitario y menos costes globales. Solo en Suiza, el sistema de salud gasta cada año 15 millones de euros en el tratamiento de heridas.

Aemás, el precio de este textil solo supera en un 20% al de los vendajes tradicionales. Los participantes en el proyecto Rusitex están trabajando ya con varias empresas comerciales interesadas en el desarrollo comercial de su novedad. Se trata de Flawa, Schoeller, Kenzen y Theranoptics, por ejemplo.

+Info: www.empa.ch