La entidad Ence Energía y Celulosa ha impulsado la creación del Consorcio Gallego para el Reciclaje Químico Textil Posconsumo, desde la localidad de As Pontes, en A Coruña.
La nueva entidad para el reciclaje químico de textil en la provincia de A Coruña contará con la colaboración de la empresa sueca ShareTex, las universidades de Santiago de Compostela y Vigo, los centros de investigación Cetim y Aimen y las empresas de reciclaje Insertega y Coleo.
La iniciativa apuesta por promover un Polo de Innovación Industrial en As Pontes. Se trata de un consorcio autonómico, que reunirá el conocimiento y experiencia de esas distintas empresas, universidades y centros tecnológicos para desarrollar conjuntamente actividades de I+D+i.
El reciclado químico permite recuperar una mayor gama de materiales que el reciclado mecánico, como por ejemplo aquellos cuya composición presenta mezcla de componentes. Consigue así integrarlos de nuevo en la cadena de valor textil o en productos de alto valor añadido.
Por tanto, la actividad de este consorcio gallego, así como la iniciativa en As Pontes, complementan otros procesos de reciclaje ya existentes. Crean una vía para incrementar la capacidad de reciclaje en la región y el país para cumplir con los objetivos medioambientales de la Unión Europea.
El objetivo fundamental de esta iniciativa es fomentar la actividad investigadora para dar solución a este problema. Conseguirá también dotar a Galicia de una planta piloto para verificar la viabilidad de escalar estas tecnologías de reciclado. Además, abre la puerta a la posibilidad de construir en el futuro una planta comercial que absorba el impacto regional del actual incremento en la generación de residuos textiles que no pueden ser reciclados mediante otras tecnologías ya implantadas en la industria.
El proyecto se alinea también con la estrategia del grupo Ence, que apuesta por la minimización en el uso de recursos naturales. De hecho, la bioplanta que la empresa está desarrollando en As Pontes sigue estas mismas premisas. Así, ocupa un suelo industrial sin afectar a espacios naturales, no emplea madera y tiene un consumo mínimo de agua. En concreto, es quince veces menor que el de una planta de celulosa virgen. Asimismo, esta instalación se autoabastecerá de energía renovable y presenta nuevas potencialidades gracias a la recuperación de CO2 biogénico para su uso en la producción de biocombustibles.
Para más información: https://ence.es/