Una buena manera de calibrar el nivel del diseño español es observar la aceptación que tiene en el mercado exterior expuesta, codo con codo, junto a las primeras marcas internacionales. En esta última edición se ha constatado su buena salud y sus buenas perspectivas de crecimiento y expansión.Sobre la pasarela parisina se ha estrenado una joven catalana, Estrella Archs, nombre de guerra de Esther Angulo Archs, diseñadora formada en la Escuela de Arte y Técnicas de la Moda de Barcelona, máster en la Saint Martins School de Londres, y con una trayectoria profesional que le ha llevado por los ateliers de Antonio Miró, Nina Ricci, Pucci, Prada y Cacharel, de donde es directora creativa. Ahora prueba suerte por sí sola y lo hace por todo lo alto.

José Castro

Repite en París José Castro, diseñador de origen gallego afincado en Barcelona, que combina su trabajo en Desigual con el desarrollo de sus propias colecciones. Empeño no le falta, ni tampoco ingenio. Su estilo barroco, cargado, sus construcciones a través de superposiciones y creaciones de volúmenes parece que se han hecho un hueco en la semana de la moda de París, en la que debuto la temporada pasada y a la que ahora ha vuelto repitiendo éxito de público. En esta ocasión ha presentado Noitulove, de la que vimos un avance en el 080 Barcelona.Otro habitual de la pasarela parisina es Loewe. La marca española, perteneciente al grupo francés LVMH, despedía al que ha sido su diseñador en estos últimos cinco años, José Enrique Oña Selfa, quien ya avanzó en su día que ahora se dedicará a su propia colección. En enero, le substituirá Stuart Vevers. En ésta última colección, pocas sorpresas. Aires relajados, mediterráneos, en blanco impoluto y arena dorada. Lo mejor, los vestidos plisados de caída majestuosa.Josep Font, como ya apuntamos hace unos días, ha optado por organizar una presentación en pequeño comité en su tienda de París y volcar todos sus esfuerzos en su estrena en la Alta Costura en enero.ShowroomsLa Generalitat de Catalunya colocó de nuevo a una docena de diseñadores en el corazón del barrio de Le Marais para impulsar su internacionalización. Es la tercera vez consecutiva que organiza esta misión comercial, bajo el nombre de Showroom Barcelona, con el mismo grueso de participantes y todo indica que el proyecto empieza a encajar en el circuito comercial de showrooms que durante la semana de la moda inundan París.

Foto de grupo de los diseñadores del Showroom Barcelona

La iniciativa empieza a dar sus resultados. En la primera edición del Showroom Barcelona, los pedidos realizados generaron un volumen de negocio de 80.000 euros, en la pasada edición, ascendieron a 200.000 euros, según datos del gobierno catalán. El objetivo es seguir incrementando esta cifra hasta el punto en que la organización de este evento, que asciende a los 400.000 euros cada edición, no sea deficitaria y el proyecto funcione por sí mismo, sin ayuda pública. Si no se cumple, la Generalitat dejaría de darle apoyo.Según Vicenç Mustarós, responsable del showroom, las dos primeras ediciones fueron la presención de la moda catalana en París, pero es a partir de esta tercera en la que quieren potenciar el carácter comercial y profesional: “hemos venido a vender y el objetivo ahora es que los diseñadores vendan y fidelicen clientes”.Pero hay muchos más diseñadores que estos días presentan colección en París. Uno de los showrooms de visita imprescindible es Le Showroom de Hortensia de Hutten, donde repite Ion Fiz y Anke Schlöder. Otro es Tranoï, que se celebra en el edificio de la Bolsa de París y en cuyo espacio encontramos a Amaya Arzuaga, Miriam Ocáriz, Lydia Delgado y Helena Rohner.