Tras su paso por Max Mara, Prada, Lanvin y Brioni, la canaria Cristina Ortiz se estrenaba esta semana en la moda milanesa como nueva directora creativa de la colección de mujer de Salvatore Ferragamo y conseguía pasar la prueba con creces, obteniendo el visto bueno de la prensa especializada. Nos lleva al Nueva York de finales de los 70, para trazar una mujer firme, segura de sí misma, de rasgos masculinos, pero en la que fluye sensualidad y se respira seducción.Su gran mérito ha sido mantener la elegancia y la sofisticación, rasgo distintivo de una casa de raíz familiar herencia del diseñador que calzó al Hollywood delos 30, incorporando elementos rompedores, con fuerte acento punk, como las grapas metálicas que unen las piezas de blusas, vestidos o chaquetas, o los jerseis oversized de punto con tramas metálicas.Sastres impecables, en sobrios blanco y negro, pantalones masculinos de majestuosa caída, mini americanas sin solapas y envolventes abrigos de paño como corazas. Endurece la silueta con el estilismo, de maxi cinturones en piel de grandes hebillas y guantes moteros. La fantasía la derrocha en los mini vestidos en seda, cuya volatilidad desprende feminidad y sensualidad.

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