El diseñador, que vendió la marca Joseph hace cinco años por unos 26,4 millones de euros, destacó en el mundo de la moda por sus diseños clásicos con prendas de punto de gran calidad, como rebecas, chalecos de algodón y camisetas blancas.Hijo de un vendedor de muebles franco-marroquí, emigró a Londres desde Casablanca a finales de los años cincuenta para trabajar como peluquero. Durante los años 60, comenzó a viajar a París donde conoció a Kenzo, cuyos jerséis de alegres coloridos comenzó a vender en su peluquería de King´s Road. Muy pronto, abandonó la peluquería y abrió su primera tienda en 1972, en el barrio londinense de Chelsea, a la que siguieron una veintena de establecimientos en otras ciudades británicas, como Manchester y Leeds, y en Francia, Alemania y EEUU.La página web de la marca Joseph recoge, a modo de homenaje, algunas de las alabanzas que el diseñador recibió en vida.Miucca Prada dijo de él que “adoraba su vitalidad” y que sus tiendas se encontraban “entre las más bonitas de todo el mundo”. Christian Lacroix destacó su capacidad para servir “tanto a los negocios como al arte del diseño” con tanta pasión que personificaba “la moda de finales del siglo XX”.