Según Fashion Revolution, las marcas desconocen –o, por lo menos, no informan- sobre aspectros clave de su funcionamiento

Fashion Revolution –entidad sin afán de lucro- ha realizado y publicado la octava edición del Fashion Transparency Index, ahora correspondiente a 2022. Ha revisado y clasificado 250 empresas en función de la información que revelan sobre sus políticas, prácticas e impactos sociales y medioambientales, incluidas sus cadenas de suministro.

Y en la cadena de suministro es donde aparecen los principales problemas. El 94% de las grandes marcas de moda, por ejemplo, no revelan qué energía se utiliza en la fabricación de sus prendas. No es un problema de falta de transparencia, sino de ignorancia. Significa que apenas les preocupa. También implica que esas marcas no se preocupan por lo que hacen sus cadenas de suministro más allá de realizar sus entregas en plazo y con el precio acordado. Además, los datos –si se conociesen- implicarían mayores obligaciones financieras para las marcas.

El 99% de las marcas, por otro lado, no declara públicamente el número de trabajadores de sus cadenas de suministro que cobran un salario digno. De nuevo, demuestra sobre todo un problema de falta de interés. Esto no es problema nuestro. Nosotros hacemos los encargos, recibimos las mercancías y las pagamos. Nuestros proveedores sabrán cómo las fabrican.

Según Fashion Revolution, la transparencia sobre el uso de combustibles en la fabricación es fundamental para ayudar a las marcas a reducir su dependencia del carbón y a pasar a formas de energía más limpias para mitigar los efectos del cambio climático.

Fashion Revolution, Fashion Transparency Index, transparencia informativa

En general, avances poco impresionantes

A la vista de los datos recogidos, Fashion Revolution considera que se han realizado progresos poco impresionantes en cuanto a transparencia informativa. Hecho, las 250 empresas analizadas han obtenido una puntuación media global del 26% sobre el 100% que podrían obtener. Esta cifra supone un aumento de sólo el 2% respecto al año pasado.

Como honrosa excepción, dos de las 250 analizadas obtuvieron por primera vez una puntuación igual o superior al 80%. Una de ellas es Gucci, que es una de las empresas con mejores resultados en el Índice. Por otro lado, más de la mitad (52%) publican ahora sus listas de proveedores de primer nivel, frente al 32% de la primera edición del Índice.

Los escasos avances son preocupantes ante el aumento de la desigualdad social, la destrucción del medio ambiente y la entrada en vigor de varias nuevas leyes, ha declarado Liv Simpliciano, responsable de política e investigación de Fashion Revolution.

Nos complace que una minoría de marcas obtenga por fin una puntuación del 80% o superior, pero incluso el 100% de transparencia es sólo el punto de partida. Parece que muchas grandes marcas de moda aún no se han presentado siquiera a la carrera.

La marca italiana OVS, que encabezó el Índice en 2022, volvió a obtener la puntuación más alta este año, con un 83%, seguida de Gucci, con un 80%. En el extremo inferior de la escala, 18 grandes marcas obtuvieron una puntuación del 0%, frente a las 15 del año pasado. Entre ellas figuran Fashion Nova, Max Mara, Savage x Fenty y Tom Ford.

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El 88% de las marcas no informa sobre su volumen de producción

Según el informe, el 88% de las marcas no revelan sus volúmenes de producción anuales (en 2021, fue el 85%), aunque es un dato clave para abordar el problema de los residuos.

Sólo el 7% de las empresas publican los resultados de los análisis de las aguas residuales de sus proveedores para abordar las repercusiones de la contaminación del agua en los trabajadores de la confección, las comunidades locales y el medio ambiente.

La presentación de informes es esencial, ya que permite al público acceder a información sobre las políticas y los compromisos de las marcas de moda, ha afirmado Simpliciano. Sin acceso a la información, las partes interesadas afectadas, los ciudadanos, los clientes y la sociedad civil en general no pueden exigirles responsabilidades por el cumplimiento de sus compromisos. A falta de datos, resulta difícil entender si el sector de la moda está cambiando las cosas o no.

Sugirió que parte de la culpa la tiene el greenwashing, que consiste en que las marcas silencian deliberadamente cómo abordan los problemas de derechos humanos y medioambientales en sus cadenas de suministro. Creo que esto está relacionado con la falta de comprensión del clima legislativo actual y con el nerviosismo ante la posibilidad de que se les llame la atención, continuó, citando casos ocurridos el año pasado en el Reino Unido y Noruega.

Además, las empresas dudan indebidamente a la hora de revelar información debido a su sensibilidad comercial. Divulgar esta información abre oportunidades de colaboración, resuelve más rápidamente posibles problemas de derechos humanos y medioambientales y ayuda a aumentar la confianza entre los clientes de las marcas, entre otras cosas.

+ Info: https://www.fashionrevolution.org/about/transparency/

Pinker Moda

18.07.2023