Bárbara Julián, responsable de diseño y formación de Shima Seiki Spain, tiene una especial opinión sobre lo que actualmente está ocurriendo en el sector de la formación de la moda en España. 

21.07.2017.- De nuestra entrevista con Bárbara Julián, responsable de diseño y formación de Shima Seiki Spain, surge una crítica constructiva para el sector de la formación en moda en España.

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Los perfiles profesionales del sector textil están cambiando mucho en los últimos años. ¿Nos puede indicar qué fuertes modificaciones ha observado últimamente?

Siempre habíamos distinguido en el sector, el perfil técnico del perfil creativo, así como el comercial y el de compras que tenían la obligación de entenderse con los dos primeros.

Desde que se deslocalizó en exceso la industria, desde que las colecciones pasaron a realizarse en tiempo record, y sobre todo desde la entrada de las nuevas tecnologías donde se confunden los usuarios de según que softwares o máquinas, se valora mucho la incursión de todos los perfiles entre si, por ejemplo,

  • Ahora existen Técnicos que desarrollan los prototipos de manera virtual en 2D o 3D, ofreciendo al diseñador soluciones y propuestas creativas y sostenibles, sin perder tiempo en Tisaje.
  • Existen diseñadores que mejoran sus fichas técnicas hasta el punto de parecer casi fichas de producción, pero que facilitan la comunicación con la manufactura de manera increíble.
  • También técnicos de compras que defienden el diseño y la calidad con una limitación en precio (a veces excesiva), consiguiendo adaptar las propuestas y entendiéndose tanto con los creativos, como con los técnicos de manufactura.
  • Comerciales que cotizan en segundos las prendas gracias a una muy buena base de conocimiento técnico, añadiendo el valor necesario que necesita la marca y respectando a todos los implicados desde la creatividad hasta la producción.
  • Etc, etc,…

También surgen perfiles derivados y segmentados de los perfiles anteriores, así como perfiles de expertos en nuevas tecnologías del desarrollo de productos, por ejemplo:

  • Técnicos de mantenimiento, programación, ajustes, etc.. de máquinas de punto que mezclan punto, con calada y sin costuras (máquinas que necesitan un nivel muy elevado de conocimientos y experiencia en el sector).
  • Patronistas 1.0, 2.0 y ahora 3.0 (patronaje versátil, de ahorro de procesos, en 3D, sostenible, etc..). Ya no importa sólo el volumen, la adaptación, la forma, sino que también se tienen que tener en cuenta en el patrón, el desperdicio de mermas en producción, la versatilidad de las prendas, el ahorro de pasos en el proceso productivo, etc…).
  • Diseñadores de tejido, no de producto, que se fusionan 100% con los perfiles técnicos.
  • Diseñadores de productos técnicos textiles con aplicaciones paralelas a la moda (ortopedia, compresión para deporte, sostenibilidad, etc..), expertos en nuevos materiales, etc..
  • Y un largo etc.

¿Considera que el profesorado de las escuelas de moda de España está preparado para formar a este nuevo perfil profesional del sector de la moda? ¿por qué?

Desde Shima Seiki colaboramos en proyectos, seminarios, workshops, masterclass, etc… con muchas escuelas en toda la península, desde hace muchos años. Antiguamente, los profesores eran profesionales de la industria que impartían clases y compartían experiencia. A día de hoy, el 90% del profesorado que conocemos, no sólo está desligado completamente de la industria, sino que algunos de ellos nunca han formado parte de ella.

Es muy difícil transmitir conocimientos sin experiencia, es muy difícil actualizar conocimientos cuando las tecnologías están cada vez más avanzadas y tu no tienes, en la mayoría de casos, acceso a ellas. Se intenta trabajar mucho la creatividad y muy poco la técnica, pero en los tiempos que corren uno NO va desligado del otro.

Muchos profesionales del sector docente son diseñadores con malas experiencias, algunos de ellos nos han llegado a decir que se sienten “diseñadores fracasados”. Otros son técnicos que no han aguantado la presión del cambio del timing en las colecciones, hay muchos de ellos que son docentes nacidos de la propia docencia,…  Sería injusto valorar sus capacidades, sabiendo que tienen muy pocos recursos, pocas horas lectivas (sobre todo en grados oficiales donde los dos primeros años se han vuelto muy teóricos y muy poco prácticos), poca actitud por parte del alumnado, existe además mucha rotación de docentes lo que no permite una adaptación correcta de los curriculums que se imparten.

Añadir también que no se entiende mucho la gran obsesión de la administración de justificar a los “buenos” profesores con títulos y títulos: Que si Grados, Masters, CAP, el B2 de inglés, etc… mínimo para impartir clases. Todo Esto limita y mucho a los buenos profesionales que además son los que SI tienen recursos, ya que vienen de la propia industria. Se debería valorar a veces mucho más la trayectoria profesional que el propio CV.

¿Piensa que las universidades tienen los recursos necesarios para que tanto profesores como alumnos puedan conseguir sus objetivos de forma óptima?

La pregunta se responde con otra pregunta: ¿Cuántas escuelas, tienen una máquina textil electrónica??  O  ¿Cuántas escuelas, tienen y trabajan los alumnos con un software real de patronaje digital en 3D? Que nosotros conozcamos, sólo una en toda la península, y eso que las máquinas electrónicas existen desde hace más de 50 años!.

Es cierto que Internet ha facilitado la búsqueda de recursos tanto técnicos como creativos, pero todo tiene un límite… Hay alumnos que hemos tenido en prácticas que no saben dibujar bocetos proporcionados en medidas, porque están habituados a descargar imágenes, u otros que nunca han quemado un hilo para saber que composición tiene, por ejemplo.

La justificación de todos es decir que la escuela enseña “bases” y que la especialización correrá a cargo de las empresas cuando los alumnos salgan de la escuela, esta idea alimenta a la industria de diseñadores “gratuitos” donde se da por hecho que el diseñador no aporta nada y en la mayoría de casos, ofrece pérdida de tiempo, cosa que desde mi punto de vista me niego a creer. Hay alumnos brillantes con una creatividad brutal que los pones delante de una máquina y realizan maravillas. Si desde la propia escuela le hubiesen facilitado los recursos, tal vez tendría mejores oportunidades a nivel laboral, o tendría más claro lo que quiere, o donde quiere trabajar. El hecho de que la escuela no tenga buenos recursos, hace también que el alumno esté un poco perdido, o dude de sus verdaderas capacidades. Da pena, seguir viendo a día de hoy, portfolios de alumnos de prendas tejidas a mano, o tejidos comprados, no diseñados por ellos mismos.

Por otro lado, también pienso que la culpa de la falta de recursos no es 100% de las escuelas, en otros países, es la propia industria quien facilita los recursos a las escuelas, e incluso es la responsable de la formación del profesorado o de la corrección de los Curriculums de Formación, o de la inversión de recursos de la propia escuela. Recuerdo hace un tiempo que estuve en la Universidad de Leeds, presentando el software APEX3 delante de todo el claustro y también del “comité de Indústria” que corroboraba cada detalle de la explicación, justificando si el recurso se utilizaba o no en la Industria tal y como exponíamos nosotros. Fue muy curioso, ya que incluso aportaron mucho más de lo que entonces sabíamos sobre la “difícil” comunicación entre los creativos y los técnicos.

La formación dual sigue siendo una asignatura pendiente en la mayoría de los centros de formación del sector textil y de la moda. Muy pocos la tienen implantada, ¿a qué se debe esto y cómo se puede solucionar?

Desde mi punto de vista, la formación DUAL estuvo mal implantada desde el minuto 1:  ¿“Convencer a la Industria desde las escuelas, de que tiene la obligación de dedicar horas y recursos en “acabar” de formar a los estudiantes”?  Y además son los propios profesores los que tienen que localizar y convencer a las empresas de esa inversión. Profesores que desconocen el workflow de la mayoría de las empresas con las que hablan.  Al final el objetivo de todos ellos se convierte en “colocar” a los estudiantes lo antes posible.

Personalmente, creo que se tendría que haber implantado en sentido contrario. Ya que la industria es la primera en detectar la falta de perfiles profesionales, y también la primera en reconocer la falta de conocimientos de los estudiantes. Es ella misma la que tiene que contactar con las escuelas asignadas, tener la libertad de modificar los temarios impartidos, y tener la obligación de dotar en recursos y formación al profesorado primero, y luego a los estudiantes de esa adaptación. Y todo ello, supervisado por los organismos administrativos correspondientes de “educación”, “Industria”, etc…

Por otro lado, la formación DUAL se podría y se debería realizar desde el primer año de formación, tanto en grados de formación profesional, como en Universidades, y tendría que ser asignatura también para el profesorado, para ello la administración también debe ser muy flexible.

En la fusión de la formación con la industria está la clave del futuro. Ningún trabajador debería dejar de formarse nunca, y ningún estudiante debería empezar a valorarse como trabajador después de pasar por años y años de “prácticas, becas, Juniors,…” etc…

+ Read the article about fashion employments: Pinker Moda 357

+ información: www.shimaseiki.com