Grandes mujeres en el altar
Para ir calentando motores, presentó ante la prensa un avance de su nueva colección en su atelier, en la calle Balmes de Barcelona, junto al Círculo Ecuestre, una de las zonas de la ciudad de importante concentración de oferta nupcial, con las tiendas de Rosa Clará y Raimon Bundó.La joven diseñadora nos confiesa que está muy satisfecha con la buena acogida que está teniendo esta temporada, que empezó a vender en abril. Poco a poco ha ido ganando puntos de venta, que elige y selecciona con muchísimo cuidado. Es de paso quizás lento, en comparación con el ritmo al que se mueve este mercado, pero seguro y firme. Sin ayudas ni apoyo institucional de ningún tipo, con mucha confianza en sí misma y un buen equipo, empieza a hacerse un hueco en el universo de la moda nupcial.Inmaculada García nos explica que en esta ocasión se ha inspirado en la personalidad de grandes mujeres, a las que ha rendido un pequeño homenaje en cada uno de sus vestidos. Algunas de éstas son Isadora Duncan, Coco Chanel, Rita Hayworth o Audrey Hepburn, entre otras. Por otro lado, ha desarrollado una nueva línea, mucho más romántica, suave y sutil, de tejidos vaporosos, que se desmarca de sus habituales construcciones más rígidas y estructuradas.Su conocimiento de los tejidos le ayuda a desarrollar piezas sorprendentes y muy personales. En esta ocasión, propone líneas muy limpias, en las que centra toda la atención en las texturas, las superficies, la ligereza o la rigidez de los materiales con los que trabaja. Mezcla tejidos vaporosos con tules, gasas, encajes, pasamanerías, entredoses, bieses y mikados, siempre con los alambres y los flecos, que son su sello personal.En cuanto a la silueta, opta por el corte imperio, pero también por el corte en cadera, y se atreve con un modelo de falda corta.García sigue en su empeño de hacer vestidos de novia para mujeres que no quieren sentirse disfrazadas de novia.En cuanto a su colección de fiesta, sigue ampliándola con nuevas líneas para ajustarse a los diferentes tipos de mujer. Propone así, una línea para una chica más joven y desenfada, de vestidos cortos y entallados, en telas vaporosas y colores vivos, otra para una mujer más madura, que valora diseños elegantes que realcen su porte, y una tercera más serena, de traje chaqueta, pensada para las madrinas.