The Language of Glove es un guante inteligente que traduce el lenguaje americano de signos. Ha sido desarrollado por ingenieros de la Universidad de California.

28.08.2017.- El guante inteligente –denominado The Language of Glove– se realizó con conponentes electrónicos elásticos y baratos que permiten que el costo del guante no supere los 100 dólares y que, por lo tanto, sea comercialmente viable.

Los investigadores están pensando ya en usar el guante para otras aplicaciones, que pueden ir desde la realidad virtual y aumentada hasta la telecirugía, la defensa, etc.

Timothy O’Connor, estudiante de nanoingeniería en la Universidad de California, ha asegurado que el reconocimiento de los gestos es solo una demostración de las capacidades operativas del guante. Nuestro objetivo final es que ese guante inteligente sirva en el futuro para que las personas puedan usar sus manos en actividades de realidad virtual. Esto es mucho más intuitivo que el uso de un joystick u otros controles que se usan actualmente. Resultaría muy útil para jugar, pero sobre todo para montar sistemas de entrenamiento, por ejemplo en cirugía porque permitiría simular el movimiento de las manos del cirujano.

El guante es un producto único debido a su bajo coste y a la facilidad de su fabricación: hemos desarrollado un diseño sencillo para wearables, usando componentes que ya existen en el mercado. Nuestro trabajo podría permitir a otros investigadores desarrollar tecnologías similares, con un coste muy bajo, aseguró Darren Lipomi, profesor de nanoingeniería y miembro del Center for Wearable Sensors en esa misma Universidad y líder del grupo que ha desarrollado el guante.

Guante inteligente, Universidad de California

El lenguaje del guante

Sus desarrolladores utilizaron un guante de piel de uso deportivo, al que adhirieron nueve sensores elásticos en el reverso de los nudillos: dos en cada dedo y uno en el pulgar. Los sensores están fabricados con un polímero con base de silicona recubierto con una pintura de carbono conductora de la electricidad, y están fijados en el interior del guante con una cinta de cobre. Además, están conectados con un cable de acero inoxidable con un cirtuito impreso de baja potencia adherido a la parte trasera de la muñeca. Los sensores cambian su resistencia eléctrica según el dedo esté estirado o encorvado: en el primer caso, codifican un 0; en el segundo, un I. Así, pueden codificar las letras del alfabeto americano de signos.

Cuando la mano forma una letra determinada, el guante crea un código binario de nueve dígitos que traduce esa letra. Por ejemplo, el código para la letra A (el pulgar, estirado; y los otros dedos, doblados) es 011111111. El código para la B (el pulgar, doblado; y los otros dedos, estirados) es 100000000.

Los ingenieros, además, han dotado al guante de un acelerómetro y de un sensor de presión para poder distinguir la letra I de la letra J, porque sus gestos son diferentes pero generan el mismo código de nueve dígitos.

El circuito impreso convierte los códigos de nueve dígitos en una letra y transmite la señal vía Bluetooth a un smartphone o a una pantalla de ordenador. El guante puede convertir las 26 letras del lenguaje americano de signos en un texto. Los expertos también usaron el guante para controlar una mano virtual para formar las letras de ese alfabeto.

El equipo está desarrollando ya una nueva versión del guante que posee ya el sentido del tacto. Su objetivo es crear un guante que pueda controlar una mano virtual o robótica y que pueda enviar sensaciones táctiles a la mano del usuario.

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