Ágatha Ruiz de la Prada vuelve a desfilar en la pasarela de Milán con una colección realmente buena, lejos de la que presenta en Cibeles, mucho más convencional, al uso. Ante el público italiano y, a los ojos de la prensa internacional, que es la que cuenta, vuelca toda su creatividad y sorprende con una original, divertida y, ante todo, surrealista colección dedicada a Salvador Dalí. En su universo de color se cuelan los huevos, los panes, las jaulas, los armarios, los ojos y los labios. La simbología del pintor catalán no tiene fin y el reto de Ágatha Ruiz de la Prada ha sido llevarla a la ropa y hacerlo bajo su particular mirada pop. Es una colección más conceptual y artística, cargada de humor, respeto y guiños oníricos.