La Pasarela Cibeles acogió a varios diseñadores de la desaparecida Passarel&middot,la Barcelona y demostró que en Madrid hay sitio para todos, pero sin pasarse porque el programa empieza a estar ajustado. Si Madrid quiere ponerse al nivel del circuito internacional necesita cuerpo. Y ahora lo empieza a tener.Las quejas son de los diseñadores emergentes (jóvenes no los podemos llamar, muchos pasan de la trentena), que desfilan agrupados de dos en dos porque el calendario no da para más. Todos ellos tienen calidad para tener desfile propio, como Juana Martín, de la que se rumorea un posible salto a la semana de Nueva York, Juanjo Oliva o la mallorquina Carmen March. ¿Por qué no apretar el programa, como en las pasarelas internacionales? O estamos o no estamos… Si incluso empieza a haber off, con Ion Fiz y Rocabert, desfilando por su cuenta y riesgo.Algo que también caracteriza a la capital es el desfile de celebridades e instituciones locales por el Parque del Buen Retiro. Su presencia, además de atraer a paparazzies y plumillas del papel couché, sirve también para dar apoyo y aliento a los diseñadores, así como a todo el certamen en sí. No faltaron incondicionales, como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que protagonizó además una de las más espectaculares fugas en un desfile. Fue en el de Elio Bernhayer aprovechando un apagón.Sin novedades al frentePocas sorpresas, ningún descubrimiento ni ninguna colección de las que desencaja la mandíbula. Cosas interesantes, eso sí. Aplaudimos la entrada de Berhanyer en la moda masculina, nos gusta más el british que el latin, pero sabemos que lo que acaba teniendo más salida es el brillante agresivo y algo canalla de sello italiano.También aplaudimos la propuesta de Ángel Schlesser, que aporta nuevas herramientas de seducción a una mujer madura y segura de sí misma y la de Jesús del Pozo, que abrió la Pasarela Cibeles por todo lo alto. Firme en su menos es más, a su corte perfecto y su línea limpia limpísima, sorprendió con la introducción de tejidos rígidos y de aspecto técnico, contrastes de grises y naranjas intensos, acabados plastificados, etc.Miguel Palacio demostró maestría en el corte y en la construcción, en esta ocasión con sorprendentes, inesperados y, en ocasiones, desmesurados anudados. Y TCN, por su parte, cuida y amplia su línea de baño y homewear, con cierto aspecto usado, desgastado, en tonos apagados, con los que potencia la apariencia cálida y relajada.El ingenio de Davidelfín sigue fascinando, aunque esta colección gira sobre lo mismo: una mujer masculina, que suaviza con detalles con clase como las pajaritas en puños y tobillos o vestidos pantalón en punto, de cintura marcada y caída majestuosa. En hombre, opta por reinventar el clásico. Genial también Amaya Arzuaga, que además de su construcción con la mezcla de materiales en sus habituales formas orgánicas, hace un guiño a las crinolinas de Balenciaga en línea futurista, eso sí. En hombre, nos quedamos con las americanas de neopreno acolchadas.Desde hace unas temporadas, Victorio & Lucchino han ido abandonando de manera paulatina los estampados para concentrar todos sus esfuerzos en los tejidos, la fusión y las formas. El resultado es bueno y, en él, no han perdido ni ápice de su fuerza y carácter andaluz. En esta última, a pesar de ser p-v, el negro es protagonista. El hombre es 100% latino, un Dolce & Gabanna con tintes hispánicos.

E. Berhanyer Á. Schlesser J. del Pozo M. Palacio Davidelfín A. Arzuaga

Los últimos días, los mejoresSensacional Miriam Ocáriz, fiel a su estilo, revisa clásicos, que reinventa con estilo, es elegante, pero con ese punto irreverente que le da carácter y autenticidad. Quienes también están de premio desde que llegaron a Madrid son los Spastor. Es mesura, equilibrio, pura arquitectura. Juegan con el tejido para crear siluetas y efectos.Sorprendente El Delgado Buil, estas chicas están que se salen. Siguen investigando su propuesta anterior centrada en el oeste americano, pero en versión future, en colores intensos, tejidos sintéticos, acabados lustrosos, cremalleras que tanto construyen como desestructuran, estampados guepardo… No en vano han sido merecedoras, por segunda vez consecutiva, del Premio L´Oreal a la mejor colección de Cibeles.La guerrera urbana con tintes samurai de José Miró convence pero no entusiasma. La prenda casual diluye su estilo y creatividad, que sigue concentrando en prendas espectaculares en prendas de fantasía. La visión future de Locking Shocking fue de aplauso, aunque no cuela lo de repetir prendas en diferentes colores para alargar el desfile. Son maestros en el corte y la construcción, su revisión de la americana es genial. Ganan madurez, solidez y rigor, sin perder frescura.Juana Martín alcanza también niveles fuera de serie. Qué lejos queda su revisión de la moda flamenca. Ha depurado el estilo y ha demostrado que detrás de aquellos volantes se escondía un gran talento. Esta colección p-v´08 sigue en la línea de la anterior, en negro absoluta, líneas limpias y contenidas e ingenio en construcciones y trabajo de tejidos.La de Juanjo Oliva es una mujer ultra chic. El diseñador va ganando con el tiempo y sabe cómo sacar provecho al menos es más.Luxoir pierde color y, gracias quizás a que permiten descansar los ojos, podemos observar que tienen ingenio y calidad, en particular en el juego de patrones. El estreno de Sita Murt fue algo regular. Es buena en punto, pero no tanto en plana. Queda claro que la camisería le ayuda a completar la colección, pero no alcanza el nivel de calidad y creatividad que tiene en el punto.De Alma Aguilar decir que, si algo define su colección de verano, es la palabra bonita. Sí al hippy elegance de apuntes Valentino, pero no cuelan los abrigos sesenteros de manga corta abullonada de la temporada pasada. De Carmen March, aplausos con reservas a sus guiños a la ejecutiva Armani y Donna Karan de los 80 en plata, versión two thousand. Y de Anke Schlöder nos quedamos con las estructuras hechas a base de nudos, un apunte original, a pesar que satura sus ya saturadas creaciones patchwork.La noche y la fiesta es sin duda terreno del diseñador de origen venezolano Hannibal Laguna. Presentó una colección exquisita, en oro y plata, cuidada.

M. Ocáriz Spastor Delgado Buil José Miró L. Shocking Juana Martín
Juanjo Oliva Luxoir Sita Murt Alma Aguilar A. Schlöder H. Laguna

Lo más flojitoÁgatha Ruiz de la Prada no convenció. Una colección bastante convencional, de prendas sencillas de punto, con sus motivos habituales… Lemoniez desesperó, en una colección aburridísima, sin nada nuevo, nada. Javier Larrainzar aburrió con más de lo de siempre. No acertó ni en los estampados ni en los estilismos.Flojita también la colección de Devota & Lomba, una segunda parte de la anterior en clave futurista y con apuntes papirofléxicos, pero con la fórmula algo agotada. A Francis Montesinos le salvan los aplausos de sus incondicionales, porque fue una colección bastante pobre de ideas, pero es que claro, lo de llevar el sello de moda española a veces condiciona demasiado. Lo de la mujer torera, otros diseñadores no españoles lo han vestido con más gracia.Otro que creemos que pinchó fue Juan Duyos. A sus construcciones en patchwork le faltaba un objetivo, un discurso, perdían equilibrio, armonía… Kina Fernández tampoco convence, ni reorientando su sello étnico hacia el look safari, demasiado visto. Y Lydia Delgado, de contenida, se pasa. Su apuesta lencera sirve para abrir el apetito, pero no lo satisface.La de Roberto Torretta es una colección correcta de pret-a-porter, bien confeccionada, pero falta de imaginación y de sorpresa. Tampoco acabó de convencer Antonio Alvarado, aunque tuvo alguna prenda ingeniosa. Una colección bebe de muchas fuentes y no acaba de tener una línea concreta y definida. La nueva fórmula de María Lafuente tampoco acaba de cuajar. Incorpora hombre y rediseña su mujer con líneas más arquitectónicas, que falta pulir.Otra colección flojita es la de Carlos Díez. A pesar que sigue siendo buenísimo reinventando el tejano, esta versión indi de la moda urbana y este estilismo a lo rey Jerjes, el malo de 300 (la adaptación al cine del cómic de Frank Miller), no convence.En baño, poca fantasía en general, revisando fórmulas. Menos estampados y predominio de lisos. Andrés Sardá estuvo algo más soso de lo habitual, lo que se traduce en ocasiones como contenido y equilibrado. El estilismo fue horroroso y deslució la puesta en escena. Una Ursula Andress en versión future de juguete muy muy deslucida.

De la Prada Lemoniez D&L Montesinos Juan Duyos K. Fernández
R. Torretta L. Delgado A. Alvarado M. Lafuente Carlos Díez A. Sardá

Para ver todas las imágenes de las colecciones, pulse sobre PASARELA CIBELES P-V´08