Si un titular tiene que acompañar a la Cibeles de febrero de 2007 es el de calidad. Se han visto colecciones de nivel altísimo, sobre todo en jóvenes creadores, que además, han arriesgado. Aplaudimos la entrada de Luxoir, que incorporó además una pequeña línea de moda femenina, y de El Delgado Buil, que se hizo además con el premio a la mejor colección de L´Oréal. Ambos dieron un nuevo aire a una pasarela cada vez más aperturista y transgresora.

LuxoirEl Delgado BuilAmaya ArzuagaSpastorCarlos DíezJosé Miró
Arriba del todo, Amaya Arzuaga, siempre en su estilo, pero rompiendo moldes. Esta vez presentó una colección de aires futuristas, en tejidos de aspecto técnico con acabados plastificados, mezclas en punto y tiras de pelo de caballo. Todo ello en sus habituales construcciones, búsquedas de volúmenes y trabajos complejos de estructura. Qué bien tenerla en Madrid.Otra sorpresa, Spastor. El dúo compuesto por Sergio Pastor e Ismael Alcaina demostró haber alcanzado un importante grado de madurez con una excepcional colección para hombre, en la que han depurado su propio concepto y han conseguido líneas más definidas y limpias y estructuras más armónicas. Y para cerrar nuestro grupo de favoritos, Carlos Díez y José Miró, el primero por encontrar nuevas fórmulas a lo que conocemos como moda urbana, y el segundo por la delicadeza, elegancia y serenidad con la que trabaja las posibilidades de la silueta femenina, siempre con ese aire mediterráneo-futurista que le caracteriza.Pero las colecciones estrellas no terminan aquí. Miriam Ocáriz abrió la pasarela con una colección de cuidados detalles, armónica y equilibrada, que se mueve entre la transgresión y la delicadeza. La cordobesa Juana Martín abandonó el volante en una colección que nada tiene que ver con la que debutó en Cibeles hace un año. Mucho más madura y conceptual, en negro riguroso, de siluetas muy definidas y con algún que otro guiño a Balenciaga.
Miriam OcárizJuana MartínV&LÁ. R. de la PradaDavidelfínDevota & Lomba
Victorio & Lucchino siguen en la estela que iniciaron la pasada temporada, en la que tratan de alejarse de tópicos andaluces para trazar prendas más sobrias, que ganan en modernidad sin perder por ello su particular acento. Su hombre, por ejemplo, es urbano, elegante y sofisticado. Ágatha Ruiz de la Prada se reafirma en su estilo, pero en una colección rica, con gran variedad de formas, guardando la armonía en combinaciones de color y depurando los estampados y las ilustraciones. Nos encantó la línea de acolchados. Por cierto, ¿dónde está el hombre de Ágatha?Davidelfín, a pesar de ser efectista como siempre, tiene ciertos puntos de ingenio. Apuntamos: la camisa para chico con capucha, el abrigo de paño con los botones desplazados o la revisión, reinterpretación y experimentación que hace de la gabardina. Destacar también Devota & Lomba, con una propuesta urbana, chic, de cortes perfectos y con detalles clave (como los cuellos big size). En hombre, cada vez mejor. Y como no, Francis Montesinos, del que nos quedamos con sus vestidos camiseros en seda con su nuevo estampado, más sobrio en contraste de color, sus prendas en punto, sobre todo el espectacular poncho con el que abrió el desfile, y su hombre mediterráneo, al que esta vez le incorpora visón. Apuntamos también a Locking Shocking, que trazan un inverno en oro y plata, combinado en blanco, de clara estética futurista. Y otra colección que subrayamos, la del siempre impecable Jesús del Pozo, de elegante y sobrio juego de estructuras a partir de cortes limpios y definidos, y en una gama de color en gris, verdes y azules apagados. Quien demuestra también un dominio absoluto del corte y la costura es Miguel Palacio, que presentó una colección de líneas limpias pero muy rica en detalles. Los Ailanto siguen investigando en estampados en un invierno de vestidos holgados en seda con cierto aire setentero.
F. MontesinosLoking ShockingJesús del PozoMiguel PalacioAilantoElio Berhanyer
En cuanto a los diseñadores consolidados, colecciones quizás más aburridas, pero sin duda bien trabajas. Su propósito no es el de romper ni innovar, sino seguir agradando a sus clientas más fieles. De todos modos, nos llevamos alguna sorpresa, como la capa en cuadro inglés de Elio Berhanyer, el abrigo trapecio con corte en diagonal de Lemoniez, los vestidos holgados de mangas abullonadas de Schlesser, el trabajado de volúmenes en acolchados de Anke Schlöder, y el de estructuras y texturas de la mallorquina Carmen March, el homenaje a Audrey Hepburn de Juanjo Oliva, que presentó además colección masculina, los pantalones en seda negra de Torretta, etc.El jardín de las celebritiesNo viene de nuevo afirmar que una de las cosas que diferencia la pasarela en Madrid y Barcelona es una primera fila de celebrities locales. Barcelona, en su compleja sencillez burguesa, no tiene. Algún que otro político (de los que ponen pasta, claro) se deja caer en el primer desfile, pero ya está. Madrid, en cambio, luce todo su elenco de ministras, aristócratas, actrices y empresarias. Todas ellas encuentran además sus cinco minutos de fama en el backstage, donde uno de los patrocinadores, reparte champange y se encarga de decorar un espacio para fotos y demás.
Esperanza Aguirre en la Kissing Room
Por ahí tropezamos con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, la infanta doña Elena, la ex ministra de Cultura, Carmen Alborch, la actriz Ana Obregón, la actriz y presentadora Cayetana Guillén Cuervo, las también presentadoras Mercedes Milá y Silvia Jato, la cantante Bebe, la actriz Mónica Cruz, las escritoras Espido Freire y Natalia Figueroa, la ex de Philippe Junot, Nina Wendelboe, el cocinero Sergi Arola, la duquesa Fernandina, la sobrina de los Reyes, María Zurita, Ramoncín, y un larguísimo etcétera.El broche lo puso la joven modelo Dree Hemingway, un bellezón que resulta ser bisnieta del célebre escritor, que vino a Madrid a amadrinar el backstage, también llamado Kissing Room de Möet & Chandon.Para ver todos los desfiles, pulse sobre PASARELA CIBELES