Bruselas ya avisó que propondría a los Veinticinco aplicar tasas a la importación de calzado de China y Vietnam y ayer su comisario de Comercio concretó las medidas, que excluyen el calzado infantil y los deportivos de alta tecnología, al primero por miedo que pueda afectar a las familias y, el segundo, porque considera que su producción en Europa es más bien escasa. Así, gravará el 19,4% del calzado importado de China con un 4,8% y el 16,8% de Vietnam, con un 4,2%.En caso de que los Veinticinco diesen su visto bueno, las medidas empezarían a aplicarse a partir del 7 de abril, con el objetivo de estar bien consolidadas a mediados de septiembre. Ésta es una medida provisional, que se aplicará tan sólo durante seis meses, hasta octubre, pero que podría devenir definitiva y continuar cinco años más.¿Y el consumidor?Estas medidas, según Bruselas, sólo afectan a nueve de cada cien pares que los europeos compran. En principio, el consumidor no tiene porqué verse afectado si en los últimos cinco años el precio del calzado importado ha disminuído alrededor de un 20%, mientras que en las tiendas se ha mantenido estable o, incluso, ha aumentado. Para hacernos una idea, Mandelson asegura que la tasa sólo encarecerá 1,5 euros el calzado que entra sobre una media de 8,5 euros y que su precio final de venta oscila entre los 30 y 100 euros.El comisario de Comercio ha subrayado también que el objetivo de la Comisión Europea no es proteccionista, sino que su papel en este caso es el de regulador de una práctica ilegal como es la venta por debajo del precio de coste.