Manuel Díaz, presidente del CIE, habla del futuro del textil en España
El futuro de nuestro sector textil no puede depender solo de la gran distribución de moda. Esta es solo una de las declaraciones que Manuel Díaz, presidente del CIE, hace a Pinker Moda en una entrevista exclusiva con nuestra revista.
18.04.2017.- Manuel Díaz de Marcos nos recibe en el sencillo despacho que Aitpa, la asociación algodonera, tiene actualmente en un centro de negocios en el Ensanche de Barcelona, que pone de manifiesto la política de gasto de la entidad. Lamenta el tiempo que ha pasado desde su toma de posesión hasta la realización de esta entrevista porque yo estoy siempre totalmente abierto a los medios de comunicación, especialmente a los especializados en el sector textil, como Pinker Moda. Lo agradecemos y sabemos, desde hace tiempo, que es verdad.
Tranquilidad y trabajo intenso
Estos meses transcurridos desde su toma de posición parecen haber sido bastante calmados, en comparación con otras épocas del CIE…
Aunque estamos en un momento de estabilidad y tranquilidad, han sido unos meses intensos, de mucha actividad, por ejemplo en nuestras relaciones con Euratex y con los nuevos cargos designados tras las elecciones generales. Hay que tener en cuenta, además, que buena parte del tiempo que ya llevo como presidente del Consejo Intertextil Español, España ha tenido solo un gobierno provisional y que muchas cosas estaban prácticamente paradas. Ahora la situación ha cambiado y es momento de relanzar los contactos.
Foro del sector industrial: se han dado los primeros pasos, pero todavía falta una agenda clara
Entre otras iniciativas, el Ministerio de Economía, que en realidad se denomina Ministerio de Economía, Industria y Competitividad y que, por lo tanto, engloba el antiguo Ministerio de Industria, está trabajando en un foro del sector industrial que engloba a 17 sectores (cuya problemática en el fondo es bastante similar), entre ellos el nuestro, que es uno de los más importantes de España en cuanto a la creación y el mantenimiento de empleo. No olvidemos que el textil/confección supone en torno al 5% del empleo manufacturero en nuestro país, con un total bastante estable en torno a los 134.000 trabajadores, que es una cifra que muy pocos sectores pueden exhibir.
El Ministerio pretende promover una auténtica política industrial en nuestro país. España no puede vivir solo del turismo y de los servicios, aunque a corto plazo contribuyan poderosamente al PIB. Necesita la industria, que contribuye poderosamente a la imagen de marca de un país, que genera un crecimiento económico sólido y que crea empleo de calidad, estable, bien remunerado, que nos hace mucha falta. Por ahora, se han lanzado algunas iniciativas interesantes, como la firma de las asociaciones industriales más importantes pidiendo un Pacto de Estado, y la constitución de un foro por iniciativa del Ministerio de Industria para analizar la situación actual y las posibles acciones.
Hace talta una auténtica política industrial, con una agenda clara
En este sentido, me gusta bastante el modelo italiano del Made in Italy, pero este modelo ha de sustentarse en empresas industriales serias, excelentes, entre ellas las textiles, que cuenten con productos diferenciados, no simples commodities. En España, pasada ya la sangría de las últimas décadas, las empresas textiles que quedan están saneadas, poseen una base tecnológica sólida y tienen un futuro optimista por delante. Por lo tanto, ahora falta que el Gobierno español plasme sus buenas intenciones en una agenda con objetivos claros, que es imprescindible para pasar de los deseos a los hechos.
¿Qué le falta a ese posible plan estratégico de la industria española para ser efectivo?
Yo creo que todavía falta poner en práctica lo que hasta ahora son simples deseos, y el primer paso es tener en una agenda clara sobre política industrial. Han de hacerse unas políticas de apoyo para la industria en general: desde luego, no hablo de subvenciones. Con ello, nuestro peso en el Producto Interior Bruto debería crecer. Además, el empleo industrial da estabilidad y seguridad a la sociedad.
Todo esto solo se puede conseguir a través de un Pacto de Estado promovido por el gobierno, y ya es momento de ejecutar acciones en esa dirección.
¿A cuáles se refiere?
Entre ellos puedo destacar las políticas para prestigiar la formación profesional, que en España, por ejemplo, tiene un papel muy inferior al que tiene en Alemania, donde la relación entre estudiantes de FP y de Bachillerato es inversa a la que tenemos en España. Allí hay el doble de estudiantes de FP que de Bachillerato; en España ocurre lo contrario. Este es un tema crítico para las empresas.
Entre los retos de nuestro país destacan el prestigio de la FP y la estabilidad de la política energética
Otro problema es el de la energía: las empresas y los particulares no pueden depender de si llueve o no para calcular su factura energética, ni pueden estar pagando en su factura de electricidad todos los desaguisados que se hayan cometido. La energía debería tener un precio estable y previsible porque el Gobierno debería tener unos criterios estables en su política energética. No puede estar dando bandazos a todas horas.
E insisto: no hace falta que ese plan estratégico incluya subvenciones de ningún tipo, que corresponden a épocas pasadas. Basta con crear un marco adecuado, en el que las empresas y la actividad económica puedan desarrollarse.
España: un sector textil sólido e innovador
¿Cómo valora usted la situación actual del textil de cabecera español?
Ya sé que en España mucha gente piensa que el sector textil ha desaparecido prácticamente, pero esto no es cierto. Es verdad que en términos cuantitativos es solo la mitad de lo que era hace 30 años, igual que ocurre en la mayor parte de los países europeos. Pero en términos cualitativos, la industria textil española tiene una actividad de I+D muy importante, que le ha permitido desarrollar muchos artículos técnicos (por ejemplo, para el sector deportivo y médico, para la automoción, etc.) y muchos artículos sostenibles. Cuenta con laboratorios de primer nivel, con centros tecnológicos (aunque estos hayan diversificado su actividad), con un alto nivel de robotización, con plantillas estables, que incluso en bastantes momentos han aumentado el número de trabajadores.
En otras palabras, genera un alto valor añadido, aunque los consumidores a menudo no lo perciban, porque –y esta es quizá nuestra principal desgracia- solo perciben los artículos de moda de la gran distribución, que muy a menudo son commodities.
El futuro del sector no puede depender solo de la gran distribución
¿Y cómo ve el futuro del sector textil español?
Lo veo con optimismo. Yo estoy convencido de que el futuro no puede depender solo de la gran distribución. Si quiere servir cada vez mejor al consumidor, no puede conformarse con ofrecer productos baratos –baratos, porque proceden del trabajo pobremente pagado en los países emergentes más pobres-, sino que necesita la innovación y la rapidez que le puede proporcionar un sector textil de proximidad, en nuestro caso el español.
El futuro del textil español no puede depender solo de la actitud y de la evolución de la gran distribución, sino que tiene que apostar por la innovación y el valor añadido.
Pero es que llevamos bastantes años educando incorrectamente al consumidor. Lo hemos hecho mal y tiene mal arreglo, aunque es cierto que ocurre en toda Europa. Hemos creado un modelo de sociedad que se apoya en un consumo acelerado e indiscriminado. Y entonces no tenemos ninguna defensa frente a los países emergentes con producciones baratas, que no respetan los derechos de sus trabajadores, olvidan el cuidado del medioambiente o reciben ayudas encubiertas de sus gobiernos.
¿Esta situación puede cambiar?
La verdad es que no lo creo, aunque también es verdad que cada vez la sociedad percibe más esos problemas. Pero, claro, si les pones por delante a los consumidores unas camisas decentes a precios imbatibles, optan por ellas sin pensar en los problemas de justicia social o de respeto al medio ambiente de los que se escandaliza cuando está charlando con sus amigos.
La relocalización productiva: hay proclamas que son placebo
¿Y qué opina sobre la relocalización industrial del textil en España?
En general, todo lo que se proclama no es más que un placebo. La situación no variará hasta que los grandes de la distribución no cambien y entiendan que los mejores proveedores son los más cercanos. Tienen muchas ventajas para ellos y para todo el país. Mientras tanto, el sector textil ha de trabajar para la exportación y para atender a pedidos pequeños, urgentes y marginales que lógicamente no se pueden formular a proveedores de la otra punta del mundo.
Las proclamas públicas sobre la relocalización industrial son un placebo
Trump + Brexit: más seducir y menos prohibir
En este sentido, ¿considera que resulta viable la política industrial de Trump, que desea devolver a Estados Unidos su tradicional capacidad manufacturera?
No lo creo en absoluto, porque el mercado es el que es y las empresas tienen sus propios números y estrategias de comercialización. Las medidas concretas que pueda adoptar no son sostenibles. No creo que los eslóganes populistas que utiliza lleguen a transformar el país. Por otro lado, soy enemigo del proteccionismo a ultranza, que es lo que se propone aplicar Trump. Para reindustrializar un país, como Estados Unidos por ejemplo, hay que esforzarse mucho más en seducir que en prohibir, hay que crear un clima adecuado para fabricantes y consumidores. Los consumidores estadounidenses no comprarán más productos de su país por mucho que lo exija su presidente si no tiene una ventaja que los diferencie.
No creo que Trump consiga reindustrializar Estados Unidos a la fuerza. Por otro lado, considero que el Brexit ha sido un enorme error.
Es vital que en todas las partes del mundo haya un libre tránsito de mercancías, pero con las mismas reglas para todos, con acuerdos uniformes para todo el mundo. Y eso incluye la prohibición de subvenciones de cualquier tipo (a la importación de materia prima o de maquinaria, a la exportación, etc.), el respeto a los derechos laborales (no hay derecho a tener obreros que, por ejemplo, trabajan hasta 50 o 60 horas semanales y que reciben unos sueldos de 30 o 40 euros). Las subvenciones y cualquier otra traba a la libre circulación de mercancías rompen la libertad e igualdad del mercado, se cargan el mercado libre.
Pero hay países –como India- que se quejan amargamente de que algunos vecinos y competidores suyos –como Bangladesh, en este caso- tengan unos acuerdos de acceso libre a los mercados occidentales de los que ellos carecen…
Lo comprendo. Insisto: todo el mundo debería disponer de acuerdos comerciales justos, o mejor, todo el mundo debería constituir un terreno de juego abierto para todos en las mismas condiciones. De lo contrario, siempre habrá agravios comparativos entre unos y otros países.
Dentro de Europa, y dentro de Euratex, sin embargo, existen distintas percepciones al respecto…
Sí. Las ha habido desde hace tiempo y las sigue habiendo. Los países del Norte y del Sur tienen visiones muy distintas e intereses contrapuestos. Tenemos que aceptarlo y vivir con ello. En el Sur mantenemos todavía una manufactura textil abundante; en el Norte, en cambio, dominan las grandes cadenas de moda, con aprovisionamiento externo.
Y dentro de este mismo contexto internacional, ¿qué opinión le merece el Brexit y sus consecuencias para el sector textil/moda?
El Brexit ha sido una mala, una pésima noticia para todos, británicos y europeos en general. Ha sido un enorme error social y económico. Espero que quede alguna posibilidad de revertirlo, pero eso depende ya de los propios británicos y de sus negociaciones con la UE.
Marca España, una iniciativa incompleta
¿Cómo ve usted la Marca España?
Me parece una iniciativa incompleta, pensada más hacia fuera. Creo que debemos poner más el foco en nuestras empresas, pues solo con empresas excelentes conseguiremos una imagen de país bien proyectada. Debe responder a una realidad, a unos valores diferenciales en los que se apoye el textil y la moda hecha en España. Y, por supuesto, en nuestro caso debería incluir todos los sectores que tienen algo que ver con la moda: el textil, la moda, los accesorios, la óptica, la cosmética, etc.
Recientemente, el parlamento aragonés aprobó el reforzamiento oficial de la Marca Aragón. ¿Cree que este es el camino?
Cada institución pública y cada empresa conocen su entorno y define su estrategia. Pero este tipo de iniciativas es difícil de visualizar por parte del gran público. En España hay pocas realidades con factores diferenciales que justifiquen la promoción de una marca propia hacia el exterior, pero entiendo que haya iniciativas locales. Lo bueno sería confluir en una estrategia común que pueda aportar una mayor visibilidad.
La Marca España es una iniciativa incompleta y la reducción de los presupuestos del ICEX es un error terrible
Y ya que hablamos de la Marca España, ¿qué nos puede decir de la evolución actual del ICEX?
El ICEX ha apoyado muchísimo a la exportación desde hace años, ha realizado una tarea vital para muchas empresas que han comenzado a exportar gracias a su información y a su apoyo. Lo que el Gobierno ha hecho con la reducción de los estímulos a la internacionalización durante los últimos años es un error. Sus presupuestos son ahora más o menos una cuarta parte que hace algunos años. De hecho, los planes sectoriales que nosotros tenemos entre manos reciben solo migajas. Es una inversión muy rentable, que merecería la pena preservar porque tiene un efecto multiplicador muy claro.
Perspectiva 2017: hacia la Industria 4.0
¿Cuáles son los retos del sector para 2017?
Yo creo que fundamentalmente se trata de avanzar hacia lo que ahora denominamos la Industria 4.0, que supone asumir los actuales retos tecnológicos, renovar todavía más la maquinaria y, quizá sobre todo, digitalizar todo el entorno en que se mueve la empresa. Por otro lado, a nivel de venta al consumidor final, la llegada de los artículos de moda al consumidor final a través de un sistema más completo de plataformas digitales.
La meta fundamental de las empresas en 2017 es el acercamiento a la Industria 4.0, con la digitalización de toda su estructura
¿Y la misión del CIE en este futuro?
El Consejo Intertextil debe acompañar a las empresas en este camino, mantener una presencia influyente del sector ante las autoridades, tanto las españolas como las comunitarias, y dar a conocer a la sociedad una imagen actualizada del sector textil, que –como he dicho antes- ha avanzado muchísimo.
¿Puede haber a corto plazo nuevas integraciones en el Consejo?
Si se refiere al sector de producto terminado, representado por Fedecon (Federación Española de Empresas de Confección) y AEGP (Agrupación Española del Género de Punto) tenemos una buena relación operativa, que es lo más importante. Podemos trabajar conjuntamente sin necesidad de que se sienten en el Consejo. También tenemos una buena sintonía personal con sus dirigentes.
En todo caso, lo ideal siempre es tener una patronal integrada por todos los sectores, pero integrada de verdad, porque en la práctica lo que ahora tenemos es un modelo casi gremial.
Hace ya bastante tiempo se había hablado del deseo de integrar a la distribución…
A día de hoy no hay nada en esta dirección, pero, aun viviendo realidades diferentes, es deseable la colaboración de toda la cadena de valor para que el sector continúe con su recuperación.
Convenio textil: el actual ha funcionado bien
Y, ya para terminar, ¿qué puede decirnos sobre el convenio textil/confección?
El convenio actual, que finaliza a fines de este año, ha funcionado razonablemente bien. De hecho, mantenemos una buena relación con los sindicatos y compartimos con ellos el diagnóstico de la situación, pero todavía no nos hemos puesto a trabajar en el nuevo convenio, que en principio podría seguir las líneas maestras del actual. No creo que la renovación deba ser compleja para nada.
El convenio textil/confección ha funcionado razonablemente. Su renovación no debería presentar problemas graves.
Otra cosa es que el contexto político español pueda variar completamente el marco en que nos movemos. Esto y sus consecuencias para el convenio son imprevisibles y ya no dependen de nosotros. Pero fuera de esto, insisto en que las perspectivas son buenas.
+ info: www.consejointertextil.com
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