La colección de Max Mara, presentada en Ischia, Lisboa y Estocolmo, combina el lujo italiano con el folklore sueco.
Max Mara ha presentado su colección Resort 2024 en el Salón Azul del Ayuntamiento de Estocolmo, sede de la ceremonia de entrega de los Premios Nobel. Mezcla la artesanía y el lujo italianos con el folklore sueco para dar vida a la mujer cosmopolita. Tiene como icono principal a Selma Lagerlöf, primera mujer en ganar un Premio Nobel y autora destacada por su literatura folklórica.

Se trata de una colección muy vestible, inspirada en la cultura escandinava y en el lugar que ocupa en ella el empoderamiento de la mujer. Incorpora como elemento destacado el tradicional delantal sueco, renovado en forma de vestidos hippies elegantes. Parte de prendas clásicas de Max Mara, a las que la colección añade toques escandinavos, como borlas y remaches. Entre ellas destacan minichalecos convertidos en blazers sin mangas con dobladillos deshilachados, y los clásicos abrigos Cameland, rematados con mangas abullonadas de fines del siglo XIX.
Otros elementos, como los puños masculinos con vestidos camiseros de gasa o tafetán, hacían referencia directa a Lagerlöf, que despreciaba las convenciones burguesas y tenía parejas homosexuales cuando todavía era ilegal. Ian Griffiths, director creativo de Max Mara se ha inspirado en el tipo de ropa que podrían haber llevado las heroínas de Ibsen en su lucha contra la estricta sociedad de su época. Max Mara no busca ropa intelectual, sino ropa normal que transmita ideas intelectuales. No esperamos que la mujer Max Mara vista prendas experimentales.

Colección inspirada en el folklore septentrional
En esta ocasión, Griffiths puso la mirada en el norte para inspirarse. Creo que esta colección despertará un enorme interés en Escandinavia porque recuerda su arte, diseño, cultura y paisajes. También por sus referencias a Peer Gynt, trolls, gigantes y hechiceras. Es una cultura que permite a Max Mara explorar nuevos territorios.
De hecho, Max Mara tiene mucho en común con la cultura y el diseño escandinavos, que se traducen en un diseño minimalista y sustancial. Ofrece siempre diseños racionales y funcionales, pero nunca simples.
Cuando se le pidió que definiese el ADN de Max Mara, Griffiths respondió: una mujer decidida a ser la mejor, una ganadora del Nobel en cualquier campo en el que se encuentre. Una mujer que ha descubierto el poder de las prendas como herramienta para empoderarse y que ha descubierto el poder de lo silencioso, de lo discreto.

Las colecciones Crucero, una buena oportunidad para las marcas
Las colecciones Crucero son una gran oportunidad para crear una experiencia envolvente de lo que representa nuestra marca, explicó Maria Giulia Prezioso Maramotti Germanetti, directora de retail multicanal de la marca. Permiten una conexión física y brindan la oportunidad de digerir Max Mara en su totalidad. Eso resulta crucial hoy en día.
Maria Giulia, que forma parte de la tercera generación de la familia fundadora, considera que su papel consiste en mantener la coherencia del mensaje en todos los puntos de contacto de Max Mara con su clientela. Es una estrategia que ha funcionado muy bien para la marca, fundada en Reggio Emilia en 1951.
El año pasado, obtuvo unos ingresos de 1.777 millones de euros, el 61 % de ellos procedentes de la exportación. El grupo, que cuenta con 5.300 empleados y 2.500 puntos de venta, también incluye las líneas Max&Co y Weekend Max Mara. Maria Giulia las define respectivamente como la hija grunge de nuestra clienta y la mujer que trabaja de lunes a viernes y que descansa el fin de semana.
Parte del éxito se debe a la coherencia de su diseño. Griffiths lleva 33 años en Max Mara, a la que se incorporó tras salir de la universidad, al haber ganado un concurso de diseño de la marca para encontrar talentos.
Para más información: https://es.maxmara.com/
15.08.2023