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Guía de Formación

Passarel·la Barcelona replantea su fórmula


25/01/2007

La asociación elaborará esta iniciativa en las próximas semanas y la presentará a instituciones públicas y a los sectores textil y económico. Los diseñadores de Gaudí ponen en marcha este nuevo proyecto tras la falta de consolidación del actual modelo de Passarel·la Barcelona, que en su última edición distó de conseguir sus objetivos ante una clamorosa falta de público. El clima de incertidumbre que generó la Generalitat de Catalunya al no dar por sentada la continuidad de su apoyo tampoco ha ayudado, así como la dificultad por encontrar patrocinadores privados.Ante este panorama y con el objetivo de mantener una plataforma para la promoción del diseño de moda catalán, la Asociación de Diseñadores Gaudí propone estudiar cambios para reimpulsar la pasarela. El objetivo es «crear una propuesta de moda que mire al futuro», con la que esperan contar con el apoyo de administración e industria.Tercera Pasarel·laLa semana pasada se celebró la tercera edición de la Passarel·la Barcelona, desde la desaparición de la Pasarela Gaudí y la Barcelona Fashion Week, la dimisión de su anterior responsable, Paco Flaqué, y el cambio de estrategia de la Generalitat de Catalunya en política de moda, enfocada ahora a la internacionalización y la promoción de jóvenes diseñadores.Pero a la tercera no fue la vencida. El tercer intento no pudo consolidar este proyecto que no consigue apoyo privado y que ve desvanecerse el público. Su actual presidente, Josep Maria Donat, anunciaba el abandono del cargo (que no dimisión), para dedicarse en pleno a su negocio, TCN, en plena expansión (acaba de abrir una tienda en el Paseo de Gracia de Barcelona, junto a la de Valentino).Tampoco pareció funcionar la fórmula de situarse justo al lado del Bread & Butter con el propósito de lograr arrancar a alguno de los 80.000 compradores que visitaron el salón. Tuvieron éxito de públicos los desfiles de siempre: TCN porque es el que arranca y atrae todo un elenco de políticos para la foto, Josep Abril, Antonio Miró, Aramand Basi y, claro está, Custo Barcelona. La Asociación de Diseñadores de Gaudí calcula que pasaron por la Pasarel·la Barcelona 18.000 visitantes. Bueno, si ellos lo afirman, lo creeremos.Lo +
Por Belvis Soler y Silvia RieraMantiene los nombres de siempre, excepto alguno que escapó a Cibeles, e incorpora nuevos valores. La estrella de esta edición, por ejemplo, ha sido José Castro, diseñador de Desigual que da el paso en solitario con éxito y con el apoyo de prensa y crítica. De esta convocatoria subrayar también la colección de Markus Lupfer para Armand Basi y la que presentó en punto Peter Aedo, quien hacía años que no sobresalía.Recordaremos también esta tercera edición por el desfile de Antonio Miró con inmigrantes en situación irregular, que despertó las críticas de la asociación de senegaleses por considerar que frivolizaba en una cuestión comprometida. Desde aquí apoyamos la iniciativa de Miró y su denuncia. El diseño y la creatividad también pueden usarse para recordar a la sociedad la penosa situación que viven ciertos colectivos en nuestro país.El fin de fiesta fue a cargo de Custo Barcelona, que alquiló el espacio Movistar en el Fórum para presentar su colección a modo de fiesta-espectáculo-performace. Ante una muchedumbre, entre la que no faltaron famosos ni políticos locales (como el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, o la segunda teniente de alcalde, Inma Mayol), gogós y modelos mostraron los trapitos del diseñador catalán en jaulas y habitáculos acristalados. Como novedad, un avance de su línea de íntimo, pensada para ser enseñada.¿Qué hacemos con la pasarela?
Por Silvia RieraSi Barcelona quiere ser capital del diseño, lo sentimos, pero pincha en moda. En este país, la moda no se entiende, se ve como algo frívolo, de gente cool y fashion victims, y no se considera como lo que es, otra disciplina artística. Esperemos que gente como José Castro nos lo recuerde y nos devuelva algo de la ilusión perdida.Parece mentira que en Barcelona, que tanto le va el diseño, no acepte ni valore la moda, pero la moda de verdad, la de los creadores. Del mismo modo que no es lo mismo la Pedrera que cualquier xamfrà de l´Eixample de Núñez y Navarro, no es lo mismo una pieza de Txell Miras que otra de Zara, por poner un ejemplo. Si Barcelona dice comprometerse con el diseño, debe hacerlo en todos sus ámbitos y no sólo en aquellos que puede vender como souvenir turístico. Pero en esta batalla, no sólo juegan diseñadores y administración, sino también industria. Parece increíble que desde otros ámbitos como la óptica, el textil hogar, incluso los azulejos, se apueste por los diseñadores para sumar valor a sus productos… ¡y no lo haga la misma industria de la confección! En este país, este divorcio nos va a costar tanto el desarrollo de la creatividad como de la industria en sí. Los diseñadores necesitan socios y estructura empresarial y la industria necesita creatividad y valor. Sería un buen momento.Conclusión: Necesitamos pasarela, más que Bread & Butter, que cualquier día de estos (el día que Barcelona deje de tener esta estela cool) echa la persiana y se va con el rollo a otra parte. El Bread & Butter es un acontecimiento que da mucho dinero a la ciudad (el sector de la hostelería está encantado), pero ¿hasta qué punto sirve para potenciar la industria catalana y española del textil y la confección? Como en todas las ferias, a unas empresas les irá bien y a otras mal, y habrá a quien habrá conseguido vender a Japón ¡sin tener que coger un avión!Pero en la pasarela demostramos lo que somos capaces de hacer, se enseña la creatividad, lo mejor del diseño catalán, se descubren promesas… Si desaparece, Barcelona pierde un tren. Sólo esperamos que esta crisis sirva de revulsivo para nuevo un proyecto fuerte y vigoroso, con un programa de diseñadores de nivel altísimo capaces de despertar el interés internacional, de enseñar a la gente lo que es moda, de devolvernos la magia y la ilusión… Y de buscar el compromiso de administración e industria. Vamos, algo así como París o Londres.