Plan Como, en marcha
La Asociación Española de Fabricantes de Marroquinería (Asefma) y la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Cádiz aprovecharon el encuentro del sector en el salón Modacalzado+Iberpiel, que se celebró en Madrid a finales de septiembre, para presentar en sociedad las primeras iniciativas que emprende este plan, que se acordó a principios de año.El principal objetivo de esta iniciativa es fortalecer la imagen de marca-parís de los complementos en piel españoles a nivel internacional, potenciando el diseño y la innovación. Por otro lado, tiene como misión reforzar la cadena de valor del sector y unir a los diferentes agentes que la componen, desde los curtidores a los diseñadores y al consumidor, para establecer un tejido empresarial coherente y sólido que contribuya a mejorar la calidad y el servicio de las empresas implicadas.Así, entre las actividades que contempla el Plan Como, destacan acciones de comunicación y promoción del sector, encuentros empresariales, foros de cooperación, seminarios técnicos especializados y la creación de centros tecnológicos de innovación en los principales focos de producción, como el que ya se ha puesto en marcha en la localidad gaditana de Ubrique (Movex). Esta prevista la apertura de otros centros tecnológicos de la piel en Madrid, Barcelona y Bilbao.También se ha puesto en marcha el portal www.plancomo.org, que informará sobre las actividades que contempla el plan.Viéndolas venirLa marroquinería española también está en plena transformación. Tal y como ha ocurrido en otros sectores afines, como el del textil-confección y el del calzado, la marroquinería sufre también las consecuencias de la competencia asiática y del traslado de la producción a países con costes laborales más bajos.En total, en España hay 1.618 fabricantes de marroquinería, de los cuales el 31,4% se concentra en Andalucía, el 18,9% en la Comunidad Valenciana, el 12,3% en Cataluña y el 12,1% en Madrid.El sector está muy fragmentado, ya que se compone en su mayor parte (el 82,82% del total) de pequeños talleres familiares, lo que le convierte en vulnerable ante un mercado que tiende a la concentración en las gamas media y alta, y en el que es imposible competir en las bajas. Son por tanto pymes con poca capacidad de maniobra y adaptación a los cambios, y con márgenes estrechos para invertir en valor, ya sea en el desarrollo de productos innovadores como en la creación de marca.De todos modos, la marroquinería española ha realizado en los últimos años un importante esfuerzo para ganar competitividad, sobre todo en el ámbito internacional. De ahí, el importante crecimiento que han registrado sus exportaciones en el periodo 2003-07, que según datos de Asefma, ha sido del 42,5%. Francia es su principal cliente, seguido de Portugal y Japón.Por otro lado, la industria marroquinera también ha tenido que adaptarse a la evolución de la distribución, a la que responde con pedidos cada vez más pequeños para un tipo de comercio más selectivo. Esto también ha dado pie a su entrada en boutiques de moda.