Proyecto Seda, para mejorar la calidad de vida de familias campesinas
El Proyecto Seda está impulsado por el INTI con financiación europea, para promover la sericultura sostenible como salida económica para productores y emprendedores
21.03.2018.- Del 10 al 13 de abril la edición conjunta de Emitex, Simatex y Confemaq, organizada por Feria de Frankfurt, presentará en el Centro Costa Salguero de Buenos Aires el Proyecto Seda, que busca difundir la sericultura -es decir, la producción y el cultivo del gusano de seda (Bombyx Mori)- a través de un enfoque sostenible y con valor local agregado. Consiste en un conjunto de técnicas para producir capullos y, con ellos, la seda misma como producto textil final.
El Proyecto Seda nació en 2016, cuando el INTI Instituto Nacional de Tecnología Industrial) se presentó a un concurso convocado por la Unión Europea a través del Mecanismo Regional para la Cooperación y la Asociación Internacional. La propuesta fue seleccionada junto a otras ocho iniciativas y recibió 1.684.990 euros para financiar, desde enero de 2017, cuatro años de trabajo. El objetivo es transferir conocimientos y experiencias para fomentar el crecimiento económico sostenible y la mejora en la calidad de vida de productores, campesinos, artesanos, organizaciones sociales, instituciones educativas de zonas marginales, etc. en América Latina y el Caribe.
Las acciones que se llevan a cabo a lo largo del continnente consisten en encuentros regionales, talleres internacionales, cursos de formación y creación de redes de cooperación. También contemplan la ayuda monetaria directa a los productores. Los líderes del proyecto mostrarán en esas ferias las distintas etapas de producción del gusano y los productos que se pueden realizar con el filamento de seda, que van desde prendas de vestir hasta joyas y productos de higiene, medicina y cosmética, como hilo dental y jabones exfoliantes.
Tradición china exportada al mundo entero
La producción de seda es una tradición china milenaria que se mantuvo en secreto durante siglos. Con el tiempo, este arte se fue transmitiendo a otras zonas del mundo por medio de espías y mercaderes. Cuando llegó a Europa occidental, la actividad se industrializó. Cabe destacar que la producción de la seda es una actividad artesanal que permite el trabajo en familia. No necesita grandes superficies cultivo ni tecnología específica ni mano de obra calificada. Por este motivo es una oportunidad accesible y rápida de poner en marcha. En Argentina existen alrededor de 50 productores de seda repartidos entre La Pampa, Misiones, Jujuy y Buenos Aires. Sus ingresos rondan de media los 60.000 dólares por temporada. Los lugares propicios para el desarrollo de esta actividad son las zonas templadas, más favorables para el cultivo de la planta de mora (Morus alba), ya que el gusano come sus hojas recién cosechadas. A los 45 días de vida, el animal comienza a construir el capullo que finalmente se transformará en la fibra de seda.
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