Rana Plaza todavía trae cola
Más de tres años después del accidente ocurrido en un edificio industrial de Rana Plaza, en Dakha, la capital de Bangladesh, que provocó la muerte de 1.134 trabajadores, la justicia del país aún no ha llevado a juicio a las 38 personas acusadas de ser las causantes del accidente.
19.10.2016.- La vista oral del juicio más esperado de la historia del sector textil en el mundo, que estaba prevista para el 18 de septiembre, se pospuso hasta el próximo 17 de noviembre. El principal acusado es Mohammad Sohel Rana, propietario del inmueble, que fue arrestado mientras intentaba huir a la India poco después de los hechos. Mohammad y sus colaboradores directos obligaron a los trabajadores a trabajar en el edificio aunque ellos no querían porque en los días anteriores al hundimiento ya habían notado grietas importantes en sus muros.
Esta tragedia -ocurrida en abril de 2013- simboliza los problemas de la industria confeccionista de Bangladesh, que genera el 80% de las exportaciones del país y que paga algunos de los salarios más bajos del mundo. Es cierto, sin embargo, que como consecuencia del accidente los salarios han ido mejorando y que la seguridad de los edificios industriales ha mejorado, aunque muchos siguen sufriendo problemas importantes que difícilmente podrán corregirse salvo que las marcas que producen allí -entre las que están Primark, Benetton o Walmart– estén dispuestas a mejorar los precios que pagan a sus contratistas locales.
Algunos grupos occidentales de moda, entre las que están H&M e Inditex, se han declarado dispuestos a aumentar su producción en ese país porque consideran que la situación ha mejorado sensiblemente, sobre todo gracias Acuerdo con la Seguridad de las Fábricas firmado en 2003 por 200 marcas, importadores y detallistas europeos de moda. Aunque los efectos directos de este Acuerdo tienen 2018 como fecha límite, es probable que se mantenga más allá de ese año, porque todavía falta rematar muchos proyectos, entre ellos la constitución de comités de seguridad en la mayoría de las fábricas. De hecho, solo a mediados del año pasado, los inspectores del Acuerdo acreditaron las dos primeras fábricas, ambas situadas en Dakha, que han implementado todos los cambios exigidos por el Acuerdo para garantizar la seguridad estructural de los edificios y su resistencia al fuego.
Las acciones terroristas de grupos islámicos suponen ahora mismo una dificultad añadida, pero el gobierno del país se ha comprometido a aumentar la seguridad y proteger especialmente a los extranjeros que estén en el país por motivos de trabajo. Hace solo unos meses, un grupo de marcas, como Gap y Wall Mart, confirmaron que mantendrán su compromiso con Bangladesh, a pesar de las dificultades.
Rob Wayss, director ejecutivo del Acuerdo, considera que desde aquella fecha la situación ha mejorado sustancialmente y que el 65% de los problemas detectados ha sido resuelto ya satisfactoriamente: ningún otro país ha acometido una tarea como la que se está haciendo en Bangladesh. Los compradores pueden tener la seguridad de que aquí se cumplen las leyes referentes a la seguridad en el trabajo. Para muchas de las marcas que producen o compran en Bangladesh, este país es una importante base de aprovisionamiento. Muchas de ellas, de hecho, están planeando aumentar aquí sus compras.
El 80% de las exportaciones de Bangladesh son generadas por su sector confeccionista, que cuenta con 4 millones de puestos de trabajo. Es el segundo exportador de confección del mundo, solo por detrás de China, a los mercados de Europa y Estados Unidos.
+ información: www.bangladesh.gov.bd