Expertos de cuatro empresas vinculadas al reciclaje textil abordan en este escrito la relación entre el reciclaje mecánico y el químico.

06.10.2021.- Expertos de cuatro empresas conocidas por su vinculación con el reciclaje textil -Recover, Renewcell, Worn Again Technologies y Circ- han escrito este artículo informativo. En él explican que los sistemas mecánicos y químicos pueden y deben coexistir en el mercado para atender a los diferentes tipos de tejido, el objetivo de su reciclaje, su planteamiento financiero, etc. 

Muchos profesionales piensan que se trata de dos sistemas alternativos e incluso opuestos. La realidad es que son más bien complementarios en incluso sinérgicos. 

Durante la última década han aparecido diversas tecnologías en ambos sistemas –primero para el reciclaje mecánico y después para el químico- para facilitar la circularidad del sector textil/moda. Muchas de ellas han ofrecido resultados satisfactorios pero muy pocas han conseguido llegar a un nivel industrial. 

Últimamente, de hecho, el sector textil ha tendido a interesarse por las tecnologías químicas, olvidando las interesantes posibilidades de las mecánicas, que tienen la ventaja de que están más avanzadas y de que admiten un escalado industrial más rápido. Los sistemas de reciclaje químico, en cambio, apenas han llegado todavía a una escala industrial. De hecho, la mejor opción es una que combine las dos metodologías para acelerar la circularidad y sostenibilidad de nuestro sector. 

Todos estamos unidos en el empeño de crear un sector de la moda circular, asegura Helene Smits, responsable de estrategia corporativa de Recover. Para conseguirlo creo que debemos usar ambas tecnologías. El reciclaje mecánico puede mantener vivo el algodón durante algunos ciclos de reciclaje. Después, cuando está ya demasiado degradado, podemos regenerar sus fibras con un método químico que las transformará en fibras celulósicas.

reciclaje textil
Una planta de reciclaje textil enzimático

Ventajas e inconvenientes: sinergias

La gran ventaja del reciclaje mecánico es un escaso impacto ambiental. No necesita agua ni químicos y gasta poca energía. Su índice Higg en el reciclado del algodón es diez veces menor que el de la producción de algodón virgen. 

Por otro lado, es una tecnología versátil, ya suficientemente experimentada y que es fácilmente escalable. Las fibras recicladas de algodón pueden mezclarse fácilmente con algodón virgen en proporciones variables, dependiendo del resultado que se busque. Su uso ayudará a que bastantes marcas de moda alcancen en 2025 los índices de circularidad que se han propuesto. 

Por otro lado, varias tecnologías de reciclaje químico –como las de Worn Again y Circ- se dirigen sobre todo al reciclaje de las mezclas de algodón y poliéster, que son las más habituales en el mercado. Este reciclaje separa las fibras y recupera el algodón al tiempo que rompe los monómeros de poliéster o lo recaptura como polímero. El reciclaje mecánico puede reciclar mezclas pero no separa las fibras. 

Desde nuestro punto de vista -afirma Cyndi Rhoades, fundadora de Worn Again- no se trata de elegir este una u otra tecnología. El reciclaje mecánico puede jugar un papel importante en la conquista de la circularidad. El químico o regenerativo, por su parte, aunque un poco más adelante, podrá sustituir el recurso a materiales vírgenes y ayudará a eliminar la emisión de gases efecto invernadero. 

Creo que necesitaremos ambas tecnologías para dar circularidad a la moda, remacha Helene Smits, de Recover, porque ambas tienen ventajas y limitaciones. De hecho, a la vista de las numerosas y variadas necesidades existentes en el sector, hemos de contar con ambas para acercarnos a la circularidad. No solo son complementarias, sino que deben poder trabajar en sinergia. 

¿Escasez futura de materia prima reciclable?

Harald Cavalli-Björkman, directivo de Renewcell, dice también: considero que la sinergia entre ambas tecnologías constituye una gran oportunidad para reciclar el algodón con el objetivo de alcanzar la calidad, el tacto y el precio que permitirá sustituir el algodón virgen por el reciclado y biodegradable. Ambos sistemas son también cada vez más escalables y viables económicamente. 

Lo que sí existirá en el futuro es una competencia entre varias de las tecnologías existentes para asegurarse el suministro de materia prima, que escaseará pronto. Durante los cinco próximos años se pondrán en funcionamiento varias plantas con capacidades entre 30 y 60.000 toneladas anuales. 

La recogida y la clasificación de los restos textiles será una de las actividades claves en el proceso de reciclaje, asegura Luke Henning, director financiero de Circ. Generará cadenas de suministro variadas para el algodón, la lana, el nylon, los acrílicos, el poliéster y sus diversas mezclas. En lugar de reciclar esos materiales en lugares diferentes, tendría sentido instalar plantas para todos ellos en el mismo lugar, para facilitar las sinergias. Tendrían una ventaja económica y aumenarían la capacidad de reciclaje. 

Quizá el planteamiento más realista sería usar primero el reciclaje mecánico –debido a su menor huella ambiental- para mantener el mayor tiempo posible las propiedades del algodón. Cuando sus fibras estuviesen ya demasiado degradadas, sería el momento de someterlo el reciclaje químico para regenerar sus propiedades. Para ello sería necesario implementar un sistema de identificación y seguimiento del material. 

Este artículo ha sido escrito por Helene Smits (CSO, Recover) en colaboración con Cyndi Rhoades (fundadora de Worn Again Technologies), Harald Cavalli-Björkman (Chief Growth Officer, Renewcell) y Luke Henning (CFO, Circ). 

+ Info: https://www.recovertex.com/