A principios de junio, Clessidra y Roberto Cavalli anunciaron la firma de una carta de intenciones para la operación, que debería haberse cerrado a finales de este verano. En aquel momento, el diseñador explicó que el acuerdo pasaba por valorar su empresa en unos 300 millones de euros (nueve veces el beneficio bruto de explotación de los próximos años), un precio que Clessidra no está ahora dispuesto a pagar.Por otro lado, el diseñador sigue buscando un primer ejecutivo para su empresa, que actualmente dirige su hija, Cristiana Cavalli.