La SFW, de Shanghái, ha sido una explosión de diseño chino
La SFW contó con más de 100 desfiles –en gran parte, con público- y gran número de showrooms y eventos de moda
20.04.2021.- La SFW (Shanghai Fashion Week) ha celebrado del 4 al 17 de abril su segunda edición con público desde la reapertura del país después de la pandemia. El tono ha sido sólidamente optimista especialmente para los creadores chinos, que ahora dominan el mercado frente a las marcas occidentales.
Según datos oficiales, el número de compradores ha crecido un 53% respecto a la anterior edición. Bastantes marcas han registrado aumentos bastante más importantes.
Marcas chinas ya bien estalecidas en el mercado, como Comme Moi, Leaf Xia, Yes by Yesir y Dawei, han celebrado pasarelas con público. Bastantes diseñadores emergentes se apuntaron a la plataforma Labelhood, que celebró sus eventos en el Tank Museum.
Algunas marcas occidentales aprovecharon también la oportunidad de mostrarse una vez más a los consumidores chinos. Dior, por ejemplo, celebró un desfile con una precolección de moda femenina.
La Semana de la Moda contó con dos plataformas principales. El espacio Xintiandi acogió más de un centenar de desfiles de marcas consagradas. La plataforma Labelhood ofreció los desfiles de los diseñadores más noveles. Además, la Semana contó con numerosas presentaciones de colecciones, showrooms, ferias especializadas, exposiciones, etc.
La organizadora de la Semana es el SIFC (Shanghai International Fashion Center), una institución sin afán de lucro que promueve el sector de la moda en China. Además de esta Semana, también se encarga de Mode Shanghai, Design by Shanghai Overseas Project y otras iniciativas chinas de moda.
China está dando otro salto adelante en moda
Recomendamos a nuestros lectores que se olviden de las limitaciones de Zoom y de WhatsApp e intenten acercarse a las tecnologías usadas durante la Semana. Por otro lado, el problema para los –por ahora- escasos periodistas occidentales que entrevistan a diseñadores, marcas o detallistas chinos es que estos viven en un mundo totalmente diferente al nuestro. En Europa y Estados Unidos, por ejemplo, los consumidores estamos empezando a salir del círculo vicioso de los cierres de sectores, poblaciones, etc. Los profesionales, por nuestro lado, estamos empezando a pensar en los salones y pasarelas de moda presenciales que podremos disfrutar después del verano. En China han superado esta etapa. Shanghai, especialmente, está convertido en una locomotora de producción y consumo, donde el gasto en moda está creciendo desde el año pasado.
Nadie sabe exactamente cómo pero China –donde las vacunaciones masivas comenzarán solo en julio- ha conseguido dominar la pandemia. El riesgo de contagio parece ser mínimo, incluso en los espacios habilitados para los desfiles, donde han sido habituales las mascarillas.
Mercado ahora dominado por los creadores chinos
Con las limitaciones a los viajes internacionales, el consumo nacional de moda se ha redirigido hacia las marcas chinas. Tasha Liu, fundador de Labelhood, ha explicado que con la pandemia los diseñadores locales han salido muy beneficiados. Los ciudadanos chinos que tradicionalmente viajaban al extranjero y compraban allí, ahora se dan cuenta de que los creadores chinos están a la altura que esperan y compran sus colecciones. Cuando abrimos el registro de asistentes a los desfiles –sin coste alguno- las 6.000 plazas disponibles se agotaron en tres minutos. Despertaron el mayor interés que hemos visto nunca en las anteriores ediciones.
La mayoría de los diseñadores, por otro lado, han celebrado dos desfiles, uno para compradores profesionales y medios de comunicación y otro para consumidores finales.
Los amantes de la moda de fuera de Shanghai también prestaron atención a la SFW. Un canal de Taobao presentó una colección de novedades para primavera de 2021. Tuvo una audiencia de 10 millones de seguidores y vendió artículos por más de 1,5 millones de dólares. Era la primera vez que ofrecía una iniciativa de este tipo.
Ming Ma, satisfecho con el auge del diseño chino
Ming Ma –que se formó en la Central St. Martins, de Londres- es uno de los diseñadores de Shanghai que ahora disfruta de mayor demanda. Después de la pandemia ha recibido pedidos de más de 100 tiendas de toda China. Antes de esa fecha eran solo 10.
El propio Ma comenta: antes había tiendas que solo compraban artículos italianos o franceses. Como ahora no pueden hacerlo, recurren a creadores chinos. Y como los resultados son óptimos, repiten sus compras. Lo mismo ocurre con muchos consumidores finales, que ahora tienden a comprar modelos de creadores chinos. Sienten que están de moda y se muestran orgullosos de ello. Se dan cuenta de que esos creadores son originales y creativos. Durante la pandemia, muchos diseñadores y estudiantes de moda no pudieron viajar al extranjero. Se quedaron aquí a trabajar y han conseguido revolucionar el ambiente.
Incluso los periodistas y críticos chinos de moda estuvieron casi todo un año sin viajar a Nueva York, Londres, Milán o París. Eso les ayudó a reconectar con lo que sucedía en su propio país. Creo que la pandemia ayudó a los ciudadanos chinos a pensar mucho más en su propia cultura y creatividad. Ahora estamos viviendo esta energía, pensando en términos más locales. Toda China es ahora mismo un laboratorio experimental. Es una situaciòn tremenda.